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Hay un elefante en la habitación, pero casi nadie está dispuesto a reconocerlo. El uso de esteroides y otras sustancias químicas para lucir músculo es una tendencia que va al alza en los últimos años, y sin embargo hay muy poca gente dispuesta a hablar del tema. En esta nueva serie, El tabú de los esteroides, hablamos con sus protagonistas para buscar respuestas al silencio que rodea el dopaje en los gimnasios.
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Según un informe de la Unión Europea, un 6% de los ciudadanos comunitarios que van al gimnasio son consumidores de anabolizantes, un tipo de sustancias que favorecen el crecimiento de tejido y que en clave de rendimiento deportivo sirven para aumentar la masa y mejorar el tono muscular de cualquier atleta, también aquellos que no son culturistas.
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Aunque parece una contradicción, la mayoría de consumidores de esteroides anabolizantes no recomienda su uso a otras personas, al menos en abierto. Otro sinsentido es que los usuarios consultados para realizar esta serie se han mostrado dispuestos a hablar del tema, “porque hay mucha desinformación y sensacionalismo”, pero después no han querido dar su testimonio anónimo a VICE Sports.
“No tengo ningún problema en hablar de ello, pero siempre que he leído algún artículo de periódico se tergiversan mucho las cosas y se da un enfoque en el que se nos ve como bichos raros, locos y tal”, me comenta por teléfono un consumidor de estos productos. Héroe Fitness, un youtuber referente de la musculación y la preparación física en España que anunció que “se pasa al lado oscuro”, también ha declinado hablar con nosotros, a pesar de que es de los pocos que ha reconocido públicamente que no es natural.
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Parece que el hermetismo sigue imponiéndose en este mundillo, pero después de contactar con unos cuantos atletas “ciclados”, como se les califica de manera despectiva, encontramos a un culturista amateur de 28 años dispuesto a contarnos su experiencia con los esteroides. Brian* lleva más de 10 años cultivando su cuerpo, y desde hace un par de años se pincha para lograr sus objetivos en el gimnasio.
Según él, los referentes de culturismo, musculación y fitness —los Stallone y los Schwarzenegger de turno— son la base del problema, el motivo de que tanta gente acabe recurriendo a los productos químicos para conseguir “el cuerpo perfecto”. Lo que le jode a él es que, por usar estos potenciadores, la sociedad le tilde despectivamente de ciclado, un término que le duele hasta la médula.
“El desconocimiento hace mucho daño, si tienes que explicarle a todo el mundo de qué va el tema, te vuelves loco. La gente no sabe el sacrificio que es, no lo entienden. No se lo puedes decir a nadie porque cambia la imagen que tienen de ti, está muy mal visto. La gente no ve tus entrenamientos, solo ve que estás tomando algo, y eso es malo“.
Por eso, más allá de a sus colegas del gimnasio y a su mujer —”ella ha tomado pastillas que hacen lo mismo, es algo normal en casa”—, Brian prefiere no contar a nadie su experiencia con los esteroides. Lo nuestro es una excepción, porque piensa que si más compañeros se animaran a contar sus historias se diluiría el tabú que pesa sobre ellos. En sus respuestas podemos detectar, rápidamente, las contradicciones que asumen todos los consumidores.
Brian, ¿por qué empezaste a consumir esteroides?
Empecé porqué llegué a mi límite natural, llegó un momento en que mi cuerpo no crecía, siempre estaba igual por mucha dieta que hiciera y no avanzaba. Siempre busqué un desarrollo natural, pero redondear los brazos y los hombros es imposible. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a ver cuerpos artificiales en la tele, así que desde el principio buscamos un objetivo imposible.
¿En tu experiencia, te han beneficiado?
Sí, muchísimo, un montón. Mejora toda la forma del músculo, todo es más redondo, ganas peso. Es muy difícil estar inflado y marcado a la vez, llega un punto en que la piel se te afina, es un cambio muy exagerado.
¿Por qué crees que existe esta visión tan negativa sobre los esteroides?
Tengo muchos amigos que se piensan que cuando haces esto te vas a inflar y morir de hambre, pero no se trata de eso. Para conseguir tus objetivos, los más importante es la comida, la dieta, el trabajo en el gimnasio, salir a correr todos los días. Estos productos sirven de ayuda para que el cuerpo absorba el alimento, pero son solo un complemento.
¿Me puedes poner un ejemplo concreto?
El Winstrol, uno de los productos que más usamos, es un medicamento para gente anoréxica o con problemas de crecimiento muscular. Aumenta tu masa muscular y hace que el cuerpo tenga más hambre y permite que absorba más proteínas de lo que es normal.
¿Y no has notado ningún problema de salud?
No, de momento no. Siempre he tomado los protectores adecuados, he comido mucha verdura durante la preparación. La gente se piensa que esto solo es comer proteína e hidratos, pero hay que equilibrar bien la dieta. Me hago una analítica cada año y los valores son normales, no preocupa a los médicos ni me dicen nada.
Pero se habla mucho de calvicie, infertilidad… ¿qué hay de cierto en todo esto?
Sí, hay gente que tiene problemas. Te estás metiendo testosterona artificial. El cuerpo normalmente funcional con un 60% de testosterona natural, y cuando te metes estos productos pasas al 150%, vas al doble o al triple de lo normal. Al tenerla altísima, el cuerpo deja de fabricar testosterona, así que cuando acabas la preparación tienes que tomar otros productos para el post, que sirven para reactivar la producción natural. Lo que pasa es que es todo esto es muy caro, y mucha gente pasa de hacerlo. Entonces puedes estar un par de meses con problemas en la cama.
¿Y seguro que tú no has notado ningún cambio?
Bueno, si que es cierto que tengo más mal humor desde que me pincho. Llevo casi seis meses sin tomar nada, y ahora lo noto muchísimo. Estoy más dejado, más depresivo. Una vez que lo haces y te ves tan bien, es un tema que luego te lleva a la depresión, porque no podrás conseguir los mismos resultados sin pincharte.
La depresión es, sin duda, uno de los síntomas que resalta los riesgos que conllevan el abuso de los esteroides y otras sustancias similares en el mundo de los deportes de fuerza; aunque Brian cree que no tiene más problemas que sus cambios de humor, la necesidad que siente de entrar en un nuevo ciclo —”más pequeñito, como mucho uno al año”, se justifica mientras me lo cuenta— resalta que está enganchado. Al fin y al cabo, son medicamentos que los deportistas se toman sin prescripción médica y en cantidades poco recomendables.
“Lo importante es pillar a un preparador, que se dedican a esto profesionalmente. En mi caso, él es quien me prepara la dieta y las cantidades que debo tomar, y después me dice consigue este producto por allí”, reconoce Brian, que confía en su entrenador personal “porque él también ha usado y ves el resultado en su cuerpo”. Él piensa sacarse el título de preparador en breve, así que el sistema se alimenta a sí mismo.
Otro tema importante a tener en cuenta, como en cualquier aspecto de la vida, es el dinero, y es que ciclarse no sale barato. “Es bastante caro. Una preparación pequeñita, la primera que te puedes hacer, vale entre 300 y 500 euros. Yo me he gastado más de 2 000 euros en dos años”, comenta Brian, que ha completado cuatro ciclos —en su caso, de dos meses, con tres pinchazos semanales que él mismo se administra en casa en el culo, los hombros o el bíceps, según la zona que se busque potenciar— y va a por el quinto.
La venta de estos productos en España es ilegal, ¿cómo te lo montas?
Está súper fácil, hasta puedes conseguirlos en Internet, está al alcance de todo el mundo. Hay chicos por allí, como quien vende droga. Llamas al coleguita y le pides que te dé esto y lo otro. Son gente que suele estar en el mismo gimnasio, que hacen lo mismo que tú.
Entonces, por cómo me lo cuentas, ¿es algo muy habitual?
Hay mucha gente que usa estos productos, y es algo muy normal. En el gimnasio no cuesta hablar del tema, pero fuera de él nadie dice nada.
¿Cómo puedo detectar a alguien que se pincha?
Por la forma del cuerpo, los trapezios y los hombros, que cogen una forma totalmente antinatural, superredonda. Natural es imposible, tío, hay que tener muy buena genética. Todos los culturistas de élite se pinchan, absolutamente todos.
¿Qué te dicen los amigos de todo esto?
Que lo deje porque no se puede abusar de esto. Los culturistas de élite, los Mr. Olympia de Estados Unidos, tienen una media de vida muy pequeña, con 60 años están todos muertos. ¿Entiendes?
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Le respondo a Brian que sí, que entiendo lo que me dice, ¿pero, y él? “Sí, pero me llena muchísimo”. No lo dejará por gusto y por vicio, porque al final me acaba diciendo lo mismo que la mayoría de personas que usan esteroides, que no se lo recomendaría a nadie bajo ninguna circunstancia.
“Una vez lo pruebas vas a repetir, así que mejor ni probarlo. Da tan buen resultado, que no conozco a nadie que solo lo haya hecho una vez. Es como en cualquier deporte, una vez pruebas el dopaje y vuelves a tu estado normal dices ‘¿pero esto qué es?’”.
Brian está atrapado, aunque siempre quiera ver el lado positivo.
Sigue al autor en Twitter: @GuilleAlvarez41
*Brian es un pseudónimo, VICE Sports conoce su verdadero nombre