Música

Una tarde de análogas y frías con Legowelt

Todavía recuerdo como si fuera ayer la primera vez que escuché el podcast de Steffi para Resident Advisor. Pleno 2008, tiempos en que la escuela de Ostgut Ton nos servía a muchos de enciclopedia, introduciéndonos a nuevas corrientes a través de cada podcast o CD mezclado. Es así como me topo con “DX Days“, el punto clímax de la bandeja seleccionada por la holandesa; un corte que conjuga la acidez cruda de Chicago con el acertado juego de melodías inculcado en Detroit.

¿El responsable? Danny Wolfers, aka Legowelt, un man con la pinta del primo raro de la familia, pero que detrás de tal rareza esconde una de las mentes más ingeniosas y admirables dentro de la música electrónica no comercial. Alguien que desde hace más de dos décadas, inspirado por el temple industrial de Unit Moebius, ha impartido desde La Haya [Holanda] una cátedra en cuanto a creatividad sonora, desafiando las barreras entre géneros y reinventando el juego a su antojo.

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Un adicto a los sintes, al punto de tener una de las colecciones de maquinaria análoga más envidiadas en el circuito. Alguien que cuenta con más de 30 alias distintos, entre los que se aventura con la misma perspicacia de siempre, sin importar que sea techno/house lo-fi, electro o ambient. Entre sus producciones se pueden encontrar particulares tributos a personajes como Manuel Antonio Noriega, Klaus Kinski o Jorge Luis Borges, o incluso álbumes inspirados en cánticos rituales medievales del siglo IX.

Luego de su primera visita a Bogotá, en la que puso a delirar a un Video Clubrepleto de gente enajenada por su DJ set híbrido y vibraciones casi autómatas, tuve la oportunidad de pasar la tarde con Satomi Taniyama, Nacho Patrol, o simplemente Legowelt, para tratar de ahondar un poco más en la cabeza de este ciberpunkero de lo análogo.

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La cita era a las dos de la tarde en La Zapatería, una de las más tradicionales tiendas de discos del centro de la capital. Allí me recibían dos personajes pertenecientes al colectivo bogotano A la siniestra: Leeon, gran selector venezolano y uno de los residentes estelares de Video Club, y Javier Cruz [Kruz], productor, DJ y admirable investigador musical oriundo de la sabana. Junto a ellos, escarbando entre la inmensa colección de discos de vinilos, con su colita de caballo cubriéndole media oreja, su chaqueta plateada de la asociación de jardineros japoneses de Seattle y sus movimientos casi robóticos, él. Legowelt. Frente a frente gracias a la infinita suma de azares del cosmos. O bueno, de la zapatería Cosmos.

Ante el mar de preguntas que pueden surgir al estar ante uno de los grandes músicos de la electrónica contemporánea, me pareció apropiado comenzar con algún tema de interés general. Con nuestros medios anunciando por doquier la ampliación del Canal de Panamá como el hecho más trascendental en la historia desde los bóxer de James, quise preguntarle sobre uno de los álbumes más llamativos dentro de su vasto catálogo, The Rise And Fall Of Manuel Noriega. “Es mi dictador favorito”, contestó cautelosamente. Su fascinación por el de facto gobernante panameño se afianzó tras la película Noriega: God’s Favorite, del director canadiense Roger Spottiswoode. “Nunca había conocido un dictador tan exótico y tropical, Mientras más leía sobre él, más me asombraba. Hay incluso una anécdota bastante particular sobre ese álbum: el portal económico Bloomberg publicó un artículo en el que se habla sobre las intenciones del General Noriega de demandar a quienes han hecho un uso indebido de su nombre. Entre los involucrados estaba el videojuego Call of Duty: Black Ops 2, y yo, por mi álbum. Manuel Noriega me quería demandar. Por suerte pude salir bien librado…”.

Tras el curioso relato panameño, caminamos un rato por el centro, en medio de los carritos de canelazo y fruta picada. “Según Atom TM, el surgimiento de varios alias se da tras la necesidad de estructurar ciertas ideas, siendo procesos muy artísticos. ¿Cuál sería tu posición al respecto?”, le pregunté. “En lo personal, el tema de los alias se va dando automáticamente según el estilo musical. Al estar creando constantemente música nueva, siempre estaré abierto a crear nuevos alias. Una clara influencia que me marcó para hacer esto fue Bobby Orlando, quien además de tener más alias que yo, también fue boxeador”.

Siguiendo la coyuntura, le pregunté entonces cuáles serían sus seudónimos predilectos. “Probablemente dos: Rising Sun Systems y Occult Orientated Crime”, contestó. Ya en el carro de Kruz, tomamos plena Avenida Circunvalar rumbo a KB, un espacio para la cultura ubicado en el conocido barrio San Felipe, al norte de Bogotá.

Hace dos años, el sitio inglés FACT subió una entrevista en video a Wolfers titulada “Techno no es solo un beat“, en la que su opinión sobre el género, y en particular sobre Marco Carola, se volvió una tendencia casi que viral dentro del movimiento underground o “purista”. “¿Qué opinas acerca de toda la situación que se derivó del video?”, le consulté, esperando que no fuera muy recio con el venerable dios de gran parte de nuestra escena. “Wow, no esperaba que tuviera tanta repercusión. Para mí el techno siempre ha sido música llena de alma, es ahí cuando encuentro discrepancias con la nueva escuela alemana. El pretender ser bajo perfil, académicos e intelectuales, haciendo música simplista con la que necesitas tomar muchas drogas para disfrutarla. De eso no se trata el techno. El techno debería ser libre, esa es su principal premisa. Y no volver a mencionar nombres propios en entrevistas es la mía”.

–”¿Y te gusta Ibiza?”. –”Pienso que ya no cuenta con una escena musical. Está muriendo. Igual, aparentemente, no le intereso lo suficiente a sus promotores”. Ya en la galería, un ambiente ameno para la proyección del arte emergente en la capital, nos dirigimos a lo que será la nueva sede de Discos Paradisco, un espacio en el que se busca difundir el lado B del funk, disco, techno, acid, synth wave y electro, bajo el concepto de “sonidos paranormales en vinilo”. Nuevamente rodeados de música, pero esta vez con jarra de cerveza en la mano, quise airear un poco el ambiente formulándole una pequeña ronda de preguntas exprés sobre algunos de los temas que a todo seguidor de Legowelt le interesaría saber.

– ¿Un DJ? – I-F. El maestro, sin ninguna duda.

– ¿Un live act? – Actress. Tanto sus producciones como presentaciones en vivo son de otro planeta. Cuando Serge, el dueño de Clone, me preguntó cuál artista quisiera que remezclara “Elementz Of Houz Music“, de inmediato pensé en Actress.

-¿Un sello que admires en la actualidad? – Diría que L.I.E.S. y Peoples Potential Unlimited la tienen clara en muchos sentidos.

-¿Las máquinas que no venderías por nada del mundo? – Mi secuenciador Volca y mi Roland Jupiter-8, mis favoritas.

-¿Un consejo a la hora de comprar equipos? – Compre lo barato.

-¿Te gustó el reciente mixer de Richie Hawtin? – No lo he podido ver detalladamente. En mi opinión, los mixers deberían tener más efectos delay y más influencias de los dub systems. Estaría bueno un mixer análogo hecho por Mark Ernestus.

Danny Wolfers, Leeon y la materia prima de Discos Paradisco.

– ¿Qué pasó con el EP Falcon Mall Fantasies? Aparte del track como Ray Escortienda, nunca te volvimos a ver en modo freestyle… – Muy pronto habrá noticias relacionadas con ese EP en particular.

– Alguna vez dijiste que el masterizar un disco puede ser un proceso no tan positivo. ¿Todavía piensas lo mismo? – Al estar produciendo un disco, pensando a la vez en cómo lo vas a masterizar, puede influir claramente en el proceso. A veces incluso arruina el track. Si el proceso de producción tiene un resultado positivo, lo puedes sacar así.

– ¿Qué lees normalmente? ¿Algún escritor en particular? – No soy de leer mucho últimamente. Si tuviera que dar un nombre, Jorge Luis Borges siempre me ha resultado interesante. Tengo un track como Satomi Taniyama llamado “Eight Million The Deities Of Shinto“, inspirado en el hermoso poema Shinto del escritor argentino.

– ¿Comida favorita? – La gastronomía polaca es simplemente espectacular. Aunque las empanadas y el ajiaco que me he comido hoy no se quedan atrás.

Con la cerveza a punto de morir y sol a punto de caer, tocaba ponerle punto final a esta tarde de frías con el científico de lo análogo. ¿Qué balance te llevas de Colombia?”, le pregunté. “Cuando me informaron sobre las fechas en Colombia, sinceramente pensé que solo dos sujetos con mucho dinero serían los únicos que me conocerían. Realmente me voy sorprendido, tanto en Medellín como Bogotá hay gente joven y muy interesada en la música. Espero volver pronto y disfrutar plenamente de Colombia como tal”. A punto de despedirnos, quise expresarle mi gratitud por su siempre atenta disposición, comparándolo con Dennis Bergkamp, aquel magnífico jugador holandés del Arsenal al que apodaban “el hombre de hielo”. Al igual que Bergkamp, Legowelt también se despidió sin sonreír.