Estamos muy, muy lejos del punto donde las redes sociales parecían algo desconocido o novedoso. Incluso el término redes sociales ha empezado a sentirse trasnochado; el tipo de comunicación a las que se refiere, está tan arraigado a nuestro día a día que la frase parece tan redundante como “televisión a color” o “teléfono inalámbrico”. No lo sé abuelo, ¿acaso las redes no siempre fueron sociales?
Lo que sí es nuevo, es un cambio aparente en torno al anonimato. Si le quieres revelar tus pensamientos más íntimos a todo el internet, ahora puedes usar Whisper; Secret te permite confesarle cosas a tus amigos; Yik Yak es muy popular entre los estudiantes de bachillerato y universidad que quieren regar el chisme o repartir grabaciones de gente teniendo sexo mientras se hacen un matoneo mutuo. La artista y cineasta Miranda July estaba tratando de combatir la naturaleza impersonal de estas plataformas cuando lanzó una aplicación que se llama Somebody, que te permite utilizar a extraños como palomas mensajeras para que le lleven un mensaje a otras personas (no sirve de mucho a menos de que muchas otras personas alrededor tuyo también estén conectados a la aplicación).
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Las redes sociales se han expandido tanto en la última década que es muy fácil olvidarse de plataformas sociales como MySpace o Friendser, que parecían una novedad pasajera en ese momento. Mirando hacia atrás, sin embargo, es más fácil ver que el principio de los 2000 fue la infancia de las redes sociales. Obvio, la concepción y el desarrollo de la idea se puede remontar a los conectores de internet más primitivos como el BBSes o el énfasis que le ponía AOL a los perfiles de los miembros para chatear, pero no fue sino hasta que Facebook llegó a nuestras vidas en la mitad de la década pasada que entramos a lo que se puede llamar la nueva era de la comunicación humana. Entre febrero de 2005 y agosto de 2006, el uso de las redes sociales por gente joven creció de un 9 a un 49 por ciento; hoy, Facebook dice que tiene más de 1,35 mil millones de usuarios activos. Decir que las redes sociales han evolucionado para convertirse en la columna vertebral de internet es una sutileza; en este punto parece ser la columna vertebral de la sociedad. ¿Pero acaso alguien en este punto de la historia se sorprende todavía de que pueda mantener el contacto con su tía Marta a través del internet? ¿Cuál es el próximo paso?
Amy Miller, una comediante y directora de mercadeo ve que el desplazamiento entre lo impersonal y el anonimato, continuará. “Hace unos siete o diez años, decíamos ‘Dios mío, entonces ahora, ¿eso significa que puedo ser amiga de mi novio de los doce años?’ Conectarte con gente de tu pasado, se sentía como conocer a una celebridad” dice. “En el futuro cercano, vamos a utilizar las redes sociales para evadir o borrar por completo nuestros pasados”.
En otras palabras, antes nos impresionaba con cuántas personas podíamos compartir nuestras vidas, y ahora nos interesa más limitar la cantidad de personas con las que compartimos.
Jen Goldber, una estratega digital para una agencia de publicidad Wieden+Kenedy, está de acuerdo. “Vamos a continuar generando tendencias que se enfoquen en micro-comunidades y compartir uno-a-uno o uno-a-unos-pocos y no tanto hacia el intercambio de uno-a-una-cantidad-anónima” dijo. “Nos hemos alejado del blogging y la radiodifusión y más hacia el compartir anónimo y mensajería de grupos pequeños”.
La gente también ha mostrado muy claramente que les gusta mirar fotos y leer textos pequeños, en vez de leer las novelas de Twitter o tus notas egocéntricas de Facebook. Aunque Facebook continua siendo la red social más grande del mundo, el crecimiento más rápido está pasando en Tumblr, Snapchat e Instagram. La cantidad de usuarios activos de Tumblr creció un 120 por ciento este año, Instagram es increíblemente popular entre los adolescentes y Snapchat se volvió tan grande, que se dio el lujo de rechazar la oferta que le hizo Facebook de comprarlo por 3 mil millones de dólares.
Alec McNayr y Alan Beard, el co-fundador de McBeard Media, una agencia social creativa, no ve que ninguna de tus redes sociales favoritas puedan perder su fuerza, por lo menos no por ahora. “Vamos al alza en todas las plataformas sociales grandes, este es solo el comienzo de la era del contenido social”, me dijeron. “La competencia más intensa de todas es obviamente la de consumo de video, todas quieren estar en la misma cancha que YouTube. Tumblr, Twitter, Facebook, Snapchat, Instagram, Vine, Pinterest – todas ellas están optimizando sus plataformas para el consumo de video a través de dispositivos móviles. El contenido comercial de videos cortos es una fuerza que no se puede detener y es obvio que Google y YouTube tienen los objetivos en sus espaldas.
Dan Dominguez, un escritor y productor para Shut Up! Cartoons de YouTube, imagina un cambio más radical. “Facebook va a decaer en tamaño porque ya no es algo chévere”, dijo. “Snapchat va a crecer y después va a decaer después de que un inversor en capital de riesgo se sueñe cómo ganarse $800 millones de dólares, y cuando eso pase, Snapchat va a ser reemplazado por algo nuevo. YouTube probablemente va a existir por siempre porque puedes contar historias con un alto contenido emocional”.
Goldberg, de Wieden+Kennedy ve una tendencia diferente: La gente está compartiendo y curando el contenido mucho, mucho más de lo que lo están creando, aunque con Snapchat y el hecho de que te permita crear fotos para tus amigos, la línea entre esas dos actividades se está volviendo cada vez más borrosa. “La próxima ola que se viene pueden llegar a ser las aplicaciones de compras, donde el acto de consumo se vuelva un acto de creación, como por ejemplo colaborar con tus amigos para armar una vestimenta o para que te ayuden a comprar los regalos de navidad”, dijo.
Junto a las palabras de creación, comunicación y consumo, llega otra palabra que empieza con C: capitalismo. Aunque las redes sociales empezaron como una manera en la que la gente pudiera compartir las cosas que habían hecho o con las que se habían encontrado, el contenido que es mucho más viral de alguna manera se patrocina, casi siempre por corporaciones masivas. El modelo de los nuevos medios se está empezando a parecer mucho al viejo modelo de los medios: Si quieres jugar, te va a tocar pagar.
Este desplazamiento va a significar que más cosas van a tener un pie en cada lado de la línea, entre la publicidad y el entretenimiento. “Nadie comparte ‘mercadeo’”, dice McNayr y Beard, “pero mucha gente comparte experiencias con contenido comercial que los entretiene”.
Golberg ve una fusión más grande entre las grande marcas y las celebridades: “De la misma manera en la que las celebridades se deben comportar como marcas, las marcas ahora se están teniendo que comportar como celebridades”, dice. “Siempre van a ser entidades culturales al igual que negocios y van a tener que tener la misma amplitud de atención, de intereses y de potencia de salida, como lo tendría cualquier persona famosa”.
“Cuando nuestros ojos son una cámara de video, nuestros oídos son unos micrófonos y nuestra ropa tiene códigos escritos con fibras, probablemente vamos a compartir nuestras vidas a una escala bio-rítmica”.
Si toda la habladuría de #contenido #comercial te pone mal, lo siguiente te va a aterrorizar: las redes sociales se van a volver cada vez más invasivas y cada vez más parte de nuestros cuerpos. El año pasado, Facebook pagó miles de millones de dólares por la Realidad Virtual de Oculus, una compañía que se está preparando para producir en masa cascos de realidad virtual. En mayo, Google Glass se volvió ampliamente disponible, aunque no asequible para la mayoría. Esto significa que rápidamente, no te verás obligado a mirar la pantalla de tu computador.
“Va a ser como Minority Report, pero sin los policías con jetpack” dice McNayr y Beard. “Todo está encaminado hacia los videos con contenido dirigido, localizado/personalizado/contextualizado que se verán en pantallas de contenido omnipresente con toda la publicidad, la conciencia, el contenido, las relaciones, la comunicación y las reuniones de la vida real. Los dispositivos desaparecerán –todo lo que tocarás va a ser una interfaz para tus comunicaciones, flujos de trabajo y aplicaciones”.
“Cuando nuestros ojos son una cámara de video, nuestros oídos son unos micrófonos y nuestra ropa tiene códigos escritos con fibras, probablemente vamos a compartir nuestras vidas a una escala bio-rítmica”, dice Goldberg. “Te puedes imaginar despertando de un sueño y mandarle directamente un pedazo de video a tu amigo con el que soñaste, o capturar tus movimientos de baile mientras bailas en una discoteca y subiéndola a una galería de avatares animados”.
Domínguez es menos optimista: “en diez o 15 años, las redes sociales probablemente serán hologramas en 3D de una botella de Coca-Cola que te grita desesperadamente para que compres una Coca-Cola, y que después te recompensa con un meme .GIF si sí compraste la Coca-Cola, o que te electrocuta con un alto voltaje si no lo haces”.
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