La capacidad e hiperactividad de KiNK sobre la pista de baile lo han convertido en un destacado artista dentro de esta nueva ola de músicos que afilan y programan sonidos con máquinas, llevando sus producciones a sellos como RZ Records, Ovum Recordings o Rush Hour, remezclando a Moderat, Steve Rachmad y Sven Väth, y participando en eventos como el Red Bull Music Academy.
Crecer bajo el comunismo del poder soviético generó en Strahil Velchev un interés por la tecnología, la ciencia y la informática. Su música funciona como un goteo de sonidos acústicos que siempre hechizan la pista de baile, como los que conforman su álbum Under Destruction, uno que él mismo llegó a definir como una “belleza en decadencia”.
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Interesados en su pericia técnica, nos pusimos al día con el artista, quien nos mostró una pequeña parte de su estudio mientras nos contaba a dónde iba a parar la música de Cyrillic y qué planes tiene pensado desarrollar con Rachel Row.
¿De qué vista goza tú estudio? ¿Estás influenciado por la arquitectura o entorno de tu ciudad en Bulgaria?
Cuando miro por la ventana solo veo bloques de concreto muy altos, una arquitectura típica de la época comunista en Bulgaria. Como artista, me inspiro mucho de mi entorno, de mis vecinos. Creo que uno de los motivos de que mi música sea tan despojada y monumental es por la manera en que vivo: todo es colosal, cuadrado, exótico e inhumano. Las casas se ven antiguas pero a la vez tienen un toque futurista, no son como las casas en las que la gente normalmente viviría.
¿Cuál fue la motivación original para que comenzaras a grabar videos en tu estudio y los subieras a YouTube? ¿Qué has aprendido de dicho ejercicio, qué es lo valioso?
Solía buscar videos de máquinas y procesadores de sonido. Muchos de los que encontraba eran de músicos de rock y guitarristas que utilizaban dispositivos como pedales de efectos, pero no vi músicos electrónicos haciendo este tipos de videos, así que pensé que sería útil mostrar cómo funcionan mis instrumentos. Esa fue la primera razón. También tuve mucha suerte de poder conseguir gigsincreíbles a causas de estos vídeos, pero la idea original no era de promocionarme, simplemente tuve la intención de mostrar qué podía hacer con ciertos instrumentos. Lo que aprendí de eso fue la manera de enfocar y obtener el máximo resultado de cada uno de los equipos. Cuando empecé hacer estos videos, no tenía un gran presupuesto así que tuve que hacer algo interesante de una sola máquina y aprendí que la limitación puede ser muy creativa.
¿Cuáles son tus máquinas favoritas, las que han esculpido el sonido KiNK?
Lo que formó mi sonido no fue una unidad, maquina o hardware, sino un software llamado Buzz. Es una plataforma muy vieja para hacer música. Visualmente, no es la mejor plataforma para artistas modernos. Conocer el programa puede ser bastante difícil, pero aprecio este tipo de plataformas porque en realidad tienes que ponerle atención a la creación de la música, no a la pantalla. Yo tecleaba códigos, pues así es como se programa música en Buzz, y luego escuchaba el resultado. Eso hizo que mi música no fuera tan cuadrada.
¿Hay alguna máquina que te mueras por tener y aún no puedas tener?
Hay un montón de máquinas que me gustan. Es una respuesta obvia, pero me encantaría tener un sistema modular Buchla. También hay una combinación de software y hardware llamado Kyma; es una plataforma con la que me gustaría experimentar. Obviamente, todo lo clásico de Roland y Korg. Pero por mucho que me guste el hardware, el software también lo deseo.
Estás en la onda modular. ¿Qué consejo le das a los productores para que no se queden estancados tratando de sacar un patch, y para que en realidad puedan ejecutar buenas piezas con sus sistemas modulares?
Que no se extiendan tanto a la hora de comprar máquinas modulares. Mejor traten de aprender todo lo que una máquina tiene por dentro. Eso es todo. Si terminan con un gran sistema modular perderán el sonido y no podrán probar cosas diferentes. Más bien, si tienen un sistema simple, pueden aprender de adentro hacia afuera.
¿Comulgas con ese refrán que dice algo como “no es la flecha, es el indio”?
Sí, creo totalmente que las herramientas no son el elemento más importante en la creación musical y yo lo he demostrado muchas veces. Recientemente estuve en París y estaba grabando en un estudio muy avanzado con unos equipos muy costosos, y aunque hemos tenido grandes resultados, no pude conseguir el sonido que quería y he podido lograr con mis equipos baratos. Mi profesor de pintura solía decir: “El artista es la idea. Las habilidades no se encuentran en la idea”. Todo el mundo puede mejorar sus habilidades por medio de la práctica, pero primero está la idea. El resto es cuestión de tiempo o de un gran presupuesto, pero no es lo principal.
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Háblanos un poco de tu proyecto Cyrillic. ¿Planeas crear nuevos akas en el futuro?
El plan original era crear un proyecto de formato live, pero sorprendentemente el proyecto se ha expandido muy rápido y la gente lo recibió muy bien. En mis sets como KiNK suelo utilizar material de Cyrillic y las personas reconocen las melodías. Creo que debo alimentar el proyecto con más música, así que voy a liberar más tracks como Cyrillic. Hay muchas ideas que aún no quiero revelar, pero vienen novedades.
No habrá nuevos akas. No quiero extenderme creando proyectos. Para mí fue difícil seguir artistas que todo el tiempo creaban diferentes proyectos. Cuando cree Cyrillic no esperaba que se expandiera tanto, pero ha ocurrido de forma natural y por eso nació con un nombre diferente. Puede que después esté equivocado. Vamos a ver qué trae el futuro.
En términos de tecnología, ¿qué cosas le gustaría conectar a su cuerpo para generar otro tipo de ritmos en su live?
Estoy tratando de trabajar en esa dirección. De hecho, ya lo hice con dispositivos que pueden detectar ondas cerebrales o movimientos del cuerpo, pero son muy difíciles de controlar porque limitan los valores que deseo manejar. Tengo que refinarlo un poco más para poder utilizarlos en mi live act. Es una dirección que quiero explorar, pero debo esperar que estos dispositivos se vuelvan funcionales en el escenario.
¿Tú le creerías a un DJ que no se moviera, que fuera una estatua cuando toca?
En primer lugar soy bailarín y clubber. Antes de ser un DJ o un live act, yo estaba bailando. Es muy importante bailar y por eso necesito espacio en el escenario. A menudo, cuando vas a un club, vez que hay más gente detrás del DJ booth que en la pista de baile. Siempre tengo que decirle a estas personas que necesito espacio para moverme. El baile es muy importante para mi.
¿Has vuelto a trabajar con Rachel Row? Se nota que tienen una conexión fuerte, por no decir, kinky…
Obviamente somos socios de vida, así que cuando Rachel y yo hacemos música juntos, a veces las cosas se ponen kinky. En los últimos años he estado muy ocupado con mi carrera musical, pero ahora me siento más seguro y sé que están sucediendo cosas interesantes. Tal vez a finales de año pueda sacar tiempo para hacer música con ella. Rachel me ayuda en mis composiciones. Además, a fin de año es cuando tengo más energía, así que podré ayudarla a sacar nuevas composiciones. En 2017 la gente va escuchar más de Rachel.
El año pasado Dixon dijo esto: “KiNK is King”. Y no es solo Dixon, muchos referentes de la escena te admiran, ¿eso te mete mucha presión?
No, de hecho me siento más libre porque desde que tengo aprobación, estoy libre de experimentar y ofrecer a la gente algo más desafiante. Siempre me he preguntado hasta dónde puedo llegar, y ahora que tengo este proyecto detrás de mí, es más fácil hacerlo.
En ese proceso de limpiar o ponerle más ruido a los tracks, ¿qué plug-ins tiene presentes?
Por mucho que amo las máquinas, utilizo un montón de software y mi proceso es normalmente ponerle más color en la música en vez de borrar sonidos de compensación. Hay muchos plug-ins para eso. Mi favorito es el de la compañía rusa Voxengo llamado Analogflux. Es un plug-in bastante viejo, por lo menos con diez años de edad. Pero a veces, cuando paso el tiempo suficiente explorándolo, puedo obtener mejores resultados sin acudir a un dispositivo análogo real. Otro de los plug-ins que utilizo con frecuencia es de D16, una compañía polaca. El plug-in se llama Decimort, y actúa reduciendo la calidad de los samplers, dando un resultado más musical porque puedes conseguir algunas armonías en los beats.
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Si quiere mejorar sus técnicas, no le dé pena y pídale ayuda a KiNK por acá.