Oscilador Bass pertenece a la legión de productores latinoamericanos que lejos de replicar el techno o el house más convencional, se aventuró a fusionar beats con algunos de los géneros más característicos de la región, como la cumbia y la salsa. Recién publicó los EPs: Native y Ethnic, dos discos que marcan un parteaguas en su carrera, alejándose un tanto de la cumbia, en una faceta más arriesgada y experimental, demostrando que se encuentra en plena forma creativa.
Con 16 años de trayectoria, el hidrocálido se ha convertido en un productor muy requerido en Europa y Asia. Año con año suma nuevas ciudades y países a su tour. La música que produce y su muy particular indumentaria, jamás pasan desapercibidas.
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Platicamos con Oscilador Bass de su trayectoria, del aclamado sello Latin Bass México Records y acerca del rumbo que está tomando la electrónica en Latinoamérica, entre otros temas.
Thump en Español¿Cómo iniciaste en la música electrónica?
Oscilador Bass: Tengo unos 16 años más o menos de trayectoria, quizás un poquito más, dejémoslo en 16. De chico tuve la oportunidad de descubrir discos como los de la Global Underground, me empezó a llamar la atención, me puse a trabajar a tope para comprarme unas tornamesas. Durante unos años estuve trabajando, las compré, empecé a comprar vinilos, y pues básicamente comencé a tocar muy joven. Tuve suerte porque aquí en mi ciudad estaba el boom de los raves, de la música electrónica, de las nuevas tendencias, entonces ahí grabé un demo en las tornamesas Technics que había comprado y se lo mandé a una persona que estuvo promoviendo mucho la escena aquí en Aguascalientes, traía a Martín Parra, traía a Klang, a Fussible, a todos los básicos de aquellos tiempos.
¿Qué estilo de electrónica tocabas en ese entonces?
Siempre he sido muy cercano a lo latino, a las percusiones, antes se le llamaba tribal house, más deep house, techno, pero más que nada me gustaba el tribal, las cosas que tuvieran mucha percusión. Ese género era el que más me movía.
¿En qué momento das el salto a la producción?
A los cuatro años de que empecé ya me había aburrido de tocar puro vinil, comencé a picar, a ver cómo se hacían las cosas, ahí fue mi inicio en la producción. Aparte tuve mucho la cercanía de mi padre, amante de la música, compraba toneladas de vinilos. A él siempre le ha gustado mucho lo tropical, era fan número uno de Rigo Tovar, de la Sonora Santanera, de todo ese tipo de cosas. Una vez me dijo, “el día que hagas algo con este disco y tu ruido, ese día me vas a poner a bailar”. Aquí en Aguascalientes conocí personas que tenían la misma inquietud que yo de saber producir, había uno que me dijo, “oye, ¡conocí un programa que se llama Ableton Live! “, y me di cuenta que yo hacia mi live con seis u ocho cosas conectadas y no daba el sonido que yo quería, fue cuando descubrí la parte del software. Por esta persona empezamos a trabajar, unos lo tomaron más de juego y otros más en serio, y fue cuando descubrí que en esos programas se podían hacer las cosas que mi papá me decía. Empecé a samplear los discos de mi papá, a secuenciar, a picar, a moverle, y comenzó está fusión que a mí siempre me ha gustado.
Este año lanzaste los EPs Native y Ethnic. Te escuchaba en una entrevista de radio hace poco, comentando que estos últimos discos han sido de las producciones que más te han costado trabajo realizar, ¿por qué?
Yo siempre he sido una persona que siempre tiene que estar en constante cambio. Native y Ethnic me costaron mucho porque quería seguir sin perder mi esencia latina, cumbiera, pero quería innovar. Conozco gente que ha hecho música como esta, como Nicola Cruz. Hice testeo antes de sacar el disco con muchos artistas. Me costó mucho trabajo porque yo estaba acostumbrado a hacer cumbia, a hacer este tipo de sonidos que arrastré seis años, siete años, y fue muy exitoso en su momento, todavía lo sigue siendo. Yo este año quería llevar a Europa algo muy novedoso, que fuera más inteligente y que también pudieran bailar, yo lo que quería era romper el esquema de ritmo, de forma, de líneas de bajo, de armonía, pero sobre todo que la propuesta fuera fresca.
Haces constante referencia a la cultura maya en Native a través del sampleo de diálogos y frases, ¿de dónde salieron esos sampleos?
Sí, eso lo hago bastante porque mi padre hasta la fecha está urbanizado, su mamá, mi abuela, tiene 93 años, ella vive en la selva, en el sur, y de ahí no la mueven. Esa raíz la tengo arraigada, y no nada más incluí a los mayas, en Native me quise ir más a la parte ancestral de nuestro país, metí cantos purépechas, huicholes, cosas del norte, del sur, pero todo de México. Para mí fue como una historia, yo le he dicho a mis amigos, a los productores y a toda la gente que me lo ha pedido, “escucha primero Native y luego te avientas Ethnic, así como vienen, en ese orden”. Porque los quise hacer como una historia y la segunda historia es como bajar a Sudamérica, ahí incursioné en cosas que me ayudaron amigos de Colombia y de Perú. Perú tiene un montón de cosas, de los mejores lugares ceremoniales, ancestrales, todos están ahí. Me mandaban soniditos, algunas cosas las sacaba de internet, otras las grababa de aquí de la calle, más o menos así está estructurado, para rescatar cultura.
El label Latin Bass México Records se caracteriza por regalar la música, ¿por qué?
Yo alguna vez escuché en un concierto a Silverio decir “la música no se vende, el arte no se vende, la música se regala”, y se me quedó muy grabado. Porque yo en algún momento tenía pensado planchar vinilos, y hacer muchas cosas pero no, en realidad me di cuenta que al regalar la música iba a llegar a más oídos.
Tu live act año con año es requerido en distintas partes del mundo, sobre todo en Europa, ¿cómo lograste internacionalizarte?
El acercamiento con la gente europea fue por una persona, yo tenía mi Myspace y un carnal francés me mandó un mensaje, “oye, quiero ir de vacaciones a México y me dijeron que tú haces eventos y conoces gente”, yo en ese tiempo conocía a Mariano de Jungle Empire, y a otras personas, les dije, “va a venir un amigo”, se me hizo como cualquier cosa, le empezamos a agendar fechas por todos lados, en Guadalajara, DF, en el sur, y cuál va siendo mi sorpresa que acaba sus fechas aquí en mi ciudad y me trae un boleto de avión y me dice, “¡aquí está esto por lo que tú me ayudaste!”. Esta persona Jordan, DJ Split, tenía un sello de los más pesadillos de Londres, y me invita y yo no me la creía. Entonces fui, hice dos o tres fechas en el mismo lugar, me imagino que el sonido les agradó. Me contactaron con otra persona, esa persona me contactó con otra y con otra. En 2009 la primera gira se llamó El Hijo del Malo, fue cuando me llevó él, tocaba drum & bass con salsa, cumbia, ya me animaba a hacer cumbia digital, la gente de allá como que se sacaba de onda, pero son muy respetuosos y la verdad es que les empezó a gustar. Para el 2010 ya me habían pedido otra vez, se abrió la puerta en Lyon, se abrió la puerta en España, ya brincaba de un país a otro.
Estas por iniciar un nuevo tour europeo a finales de mes, ¿qué novedades presentaras en esta gira a nivel de indumentaria, de visuales y de hardware?
Pienso que este tour va a ser uno de los más difíciles porque normalmente siempre hago live act, pero llevo instrumentos pequeños, un sintetizador chiquito, un secuenciador chiquito. Este año yo le aposté a dos cosas y eso fue al botonazo, a las armonías en un sintetizador, pads de percusión como lo haría un grupo, controladores midi. Siempre he tenido la inquietud de interactuar con la gente, sí lo he hecho pero luego soy medio penoso, este año tengo planeado un show más interactivo. Normalmente cada año mostraba visuales y llevaba un VJ de Madrid. En Japón me hizo los visuales el VJ del Parador Análogo, vive allá. Este año me interesa más que brille primero lo que estoy haciendo en vivo y en segundo lugar mi imagen. Porque yo siempre he tenido mascara, soy un personaje, no me gusta que me vean directamente, no sé, es una idea que yo tengo. Este año renové toda la imagen.
Para concluir, perteneces a un grupo de productores que han refrescado la electrónica a nivel global, fusionándola con sonidos regionales, ¿actualmente hacia dónde consideras que se dirige la electrónica latinoamericana?
No porque sean mis amigos y que los conozca de años, pero creo que no hay nadie en el mundo que haga lo que ellos hacen, hablo de los ZZK, sobre todo Chancha, siento que él influenció toda Sudamérica desde la raíz, en segundo lugar los Dengue Dengue Dengue, los Frikstailers también y por último el que la está rompiendo en todo el mundo, Nicola cruz, porque pienso que para la electrónica y la cumbia que se ha mezclado en toda Sudamérica él fue una influencia, los productores dejaron de hacer pura cumbia y empezaron a explorar el dub y otras cosas. Pienso que los más futuristas siempre son ellos, ellos son los que más proponen. Yo pienso que ahorita el futuro de los que fusionamos, de los que nos gusta hacer propuestas, es seguir explorando con géneros nuevos, con instrumentos nuevos, mezclar nuevos sonidos, todo ese tipo de cosas que siempre se han hecho, de alguna manera volviendo al pasado, pero haciéndolo nuevo, esa es mi idea.
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Alejandro Arámburo está en Twitter @AlexAramburo
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