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Hace tiempo que Tiger Woods no se encuentra a sí mismo… o al menos a la mejor versión de sí mismo, para ser precisos. No obstante, lo que le sucedió el otro día fue un auténtico golpe bajo para un hombre que hasta hace poco fue el mejor golfista del mundo.
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Con 40 años, y tras varias intervenciones para curar su maltrecha espalda, el legendario jugador estadounidense mandó no una ni dos, sino tres pelotas consecutivas al fondo del lago en la presentación de un torneo en Estados Unidos.
En el hoyo diez del Congressional Country Club —que albergará el campeonato Quickens Loans National del 23 al 26 de junio—, el golfista se desesperó al ver como sus golpes se quedaban terriblemente cortos. Cabe mencionar que el hoyo era un par tres sin demasiadas complicaciones más allá del estanque que separa el tee del green… pero cuando a uno le van las cosas torcidas, no hay nada que hacer.
Un mal día lo tiene cualquiera, pero para una leyenda como Woods, fallar tanto en una exhibición así es preocupante. “Ya he tenido suficiente”, le comenta al presentador del acto tras el segundo intento. Este le anima a probarlo por tercera vez, y… ¡Pluf! Otra pelota al fondo del estanque. Tiger decide pasar del tema y retirarse a tiempo. Siempre es mejor eso que una derrota, ¿no?