Todos los participantes en el conflicto del Yemen han dejado “un rastro de sangre, muerte y destrucción” que ha atravesado las ciudades sureñas de Ta’iz y Adén. Amnistía Internacional denunció el martes que es muy posible que las facciones implicadas hayan cometido crímenes de guerra.
Los bombardeos de la coalición liderada por los saudíes y los enfrentamientos entre los hutíes y las fuerzas pro gubernamentales en ambas ciudades han dejado un reguero de más de 200 civiles muertos, incluidos decenas de niños, según ha denunciado la organización en un informe.
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Amnistía registró un gran número de ataques ilegítimos, como bombardeos aéreos en zonas residenciales densamente pobladas, y ataques indiscriminados tanto por parte de los hutíes como de sus enemigos.
“Los civiles del sur del Yemen se han encontrado atrapados en mitad de un fuego cruzado mortal entre los hutíes y sus enemigos. Además, también han sido expuestos de manera persistente a la amenaza de los bombardeos de la coalición que lidera Arabia Saudí”, expresó Donatella Rovera, asesora principal del gabinete de crisis de Amnistía Internacional. “Todos los bandos de este conflicto se han comportado de manera implacable y han mostrado un desprecio aberrante por la seguridad de los civiles”.
Rovera acusó a todas las partes de dirigir ataques ilegítimos que “pueden constituir crímenes de guerra”.
Amnistía señaló que 141 civiles fueron asesinados y 101 heridos entre junio y julio de este año, durante ocho bombardeos aéreos distintos, todos liderados por las fuerzas saudíes. Hogares de familias, una escuela, un mercado y la mezquita fueron alcanzados de pleno, mientras que, en la mayoría de los casos, los investigadores fueron incapaces de identificar ningún objetivo militar en las inmediaciones.
Diez miembros de una misma familia, entre ellos cuatro hijos, fueron exterminados en un ataque. En otro, 11 personas fueron masacradas mientras rezaban en una mezquita de Adén.
Mientras tanto, al menos 68 civiles murieron y otros 99 resultaron heridos en los enfrentamientos entre los hutíes, apoyados por las fuerzas de seguridad leales al antiguo presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, y las fuerzas pro Assad, el presidente actual.
Amnistía condenó a ambos bandos por el uso indiscriminado de armas altamente destructivas como morteros, lanzaderas de cohetes múltiples y artillería, en áreas residenciales. En uno de los peores ataques registrados, los hutíes atacaron el área de Dar Saad en Adén, matando a 45 personas, en su mayoría civiles.
Al menos 1.916 civiles han sido asesinados desde el principio del conflicto en el Yemen, tal y como informó Naciones Unidas a principios de este mes. La lucha ha generado también una gravísima crisis humanitaria y se estima que, a día de hoy, el 80 por ciento de la población yemení necesita socorro urgentemente. Los precios de la energía, la comida y de las medicinas se han disparado astronómicamente desde que arrancó el conflicto; las restricciones de combustible han provocado el cierre de muchos hospitales, y las agencias humanitarias corren riesgo de quedarse sin poder operar en absoluto.
La coalición de nueve países árabes liderada por Arabia Saudí empezó a desplegar sus ataques contra los hutíes el 26 de marzo para intentar detener el avance de los rebeldes por el país. Hasta la fecha, su misión de desalojarlos de los territorios capturados solo ha funcionado parcialmente. Además, han sido criticados por matar a centenares de civiles y por desencadenar una “catástrofe” humanitaria.
La transición política del Yemen desde el derrocamiento del presidente Ali Abdullah Sale en 2012, durante el alzamiento inspirado en la primavera árabe, ha sido ampliamente valorado como un fracaso. Aunque lo peor es que el ya de por sí empobrecido estado, se convirtió en un escenario mucho más conflictivo cuando los hutíes avanzaron desde el norte, de donde son oriundos, en septiembre, e invadieron la capital, Saná. El grupo se dirigió hasta allí para desmantelar el gobierno del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, que había sido reconocido internacionalmente. El dirigente se encuentra exiliado en Riad, la capital de Arabia Saudí, desde febrero.
Las conversaciones dirigidas por Naciones Unidas rumbo a la consecución de un alto el fuego celebradas en junio en Ginebra, se disolvieron sin que llegara a alcanzarse acuerdo alguno.
Mira el documental de VICE News “Dentro de la guerra en Yemen: Sanaa atacada”