Artículo originalmente publicado por Tonic. Leer en inglés.
En junio de 2016, estaba en un club de Ibiza cuando un hombre con hermosos brazos apareció a mi izquierda. “¿Puedo morderte?”, le pregunté sin pensar, luego enterré mis dientes en su hombro. Dos años después seguimos juntos y morder no siempre es lo mío, así que creo que debo mi relación al hecho de que el MDMA causa una tensión mandibular incontrolable.
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Más tarde me enteré de que este efecto secundario era muy común, algunas personas usan chupones en los raves o, si quieren una forma menos evidente de evitar destruirse la boca, mastican chicles. Pero, ¿por qué, junto con la euforia y la disminución de las inhibiciones, los usuarios de MDMA tienen que lidiar con el rechinar de sus dientes, apretar la mandíbula y morderse los labios?
El bruxismo —el término científico para apretar la mandíbula y rechinar los dientes— es un instinto que mucha gente tiene incluso cuando no está rusheando, dice Ronald Baise, dentista de 92 Dental, una clínica en Londres. “Apretar la mandíbula y rechinar los dientes es una acción refleja causada por una discrepancia entre la percepción de una ‘mordida óptima’ y la mordida real”, explica. “Nuestros dientes quieren tener contacto entre sí para proteger la parte blanda de la boca de cualquier daño”. Como el MDMA es un estimulante, aumenta todos nuestros reflejos evolutivos, incluido este, explica Baise.
El MDMA también inunda nuestro cerebro con serotonina —la sustancia química que nos hace sentir bien—, que a su vez disminuye la producción del neurotransmisor dopamina estimulando un grupo de neuronas llamado núcleo del rafe, aclara Enzo Tagliazucchi, un neurocientífico que estudia las drogas psicodélicas en la Universidad de Buenos Aires y el Brain and Spine Institute en París. Normalmente, la dopamina en la sustancia negra del mesencéfalo se alimenta en los ganglios basales, un grupo de concentraciones neuronales involucrado en la coordinación motora. Con nuestra dopamina mermada, tenemos menos autocontrol sobre nuestros reflejos. Esta es también la razón por la cual los pacientes de Parkinson, que padecen deficiencia de dopamina, experimentan movimientos involuntarios, agrega Tagliazucchi.
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También podría ser que gracias a la inhibición de la producción de dopamina por la serotonina, los SSRI —antidepresivos que impiden que tus neuronas reabsorban la serotonina, para que haya más en tu cerebro— a veces causan que la mandíbula se tense, me dice Tagliazucchi.
Otras sustancias psicoactivas que a veces se mezclan con el éxtasis o el “eme” pueden agravar su efecto en la mandíbula, agrega. Los estimulantes como la anfetamina, la cocaína y la cafeína pueden provocar el mismo efecto al aumentar la tensión muscular y otras sustancias como el MDA y el MMDA pueden afectar la mandíbula de forma similar al MDMA.
Si bien la principal preocupación de la gente acerca del bruxismo inducido por MDMA es que hará evidente su consumo de drogas, también existen algunos riesgos médicos. Es posible que las personas con MDMA hiperextiendan sus mandíbulas o las abran más allá del punto de confort, lo que puede llevarlos a dislocarse, dice Brijesh Chandwani, profesor asociado clínico de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Tufts. Varios usuarios de Reddit son testigos de que los dientes astillados también son parte de las consecuencias. Incluso hay un estudio de caso en el British Dental Journal de un joven de 18 años que mordió parte de su labio inferior mientras estaba en MDMA.
A veces, el bruxismo provocado por el éxtasis puede volverse crónico, agrega Chandwani. Él tuvo una paciente que rechinó los dientes durante dos años después de usar MDMA solo una vez. Algunas personas descubren que tomar suplementos de magnesio les ayuda a evitar el bruxismo, ya que el magnesio aumenta los niveles de dopamina en el cerebro, dice Baise. Y como siempre, cuida tu dosis porque entre más consumas, más susceptible serás a cada efecto secundario.
