Identidad

El amor más allá de la muerte: fotos de los funerales toraja

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Mientras que para la mayoría de nosotros hablar de la muerte se considera tabú, para los toraja que viven en el pintoresco paraje de montaña del sur de Sulawesi, Indonesia, es una tarea de por vida, ya que para ellos la muerte no es un adiós. Los toraja aprenden desde muy pequeños a lidiar con la muerte y aceptarla como parte de la vida. Cuando muere alguien, los toraja tratan a sus seres queridos como si estuvieran enfermos ( Toma Kula). A un Toma Kaula se le ofrece comida, agua e incluso tabaco a diario, porque se cree que su espíritu sigue cerca del cuerpo y necesita que lo sigan cuidando.

El cuerpo sin vida se mantiene y se cuida en la tongkonan, la casa tradicional toraja. Guardan ahí los cuerpos inertes durante meses, en algunos casos incluso décadas, hasta que el clan pueda permitirse un funeral en condiciones y pueda programar una ceremonia. Mientras tanto, se usan plantas secas para neutralizar el olor de la formalina.

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Durante las procesiones funerarias, conocidas como Rambu Solos, el último aliento de un búfalo de agua marca la muerte oficial de la “persona enferma”. En ese momento, el alma del fallecido puede ascender al Puya, la versión toraja del cielo. Cuantos más búfalos se sacrifiquen, más rica será la familia y más rápido llegará el alma al Puya. Allí se encontrarán con Dios y podrán vivir una vida eterna plena. Sin los sacrificios de los búfalos, el alma no conseguirá llegar al Puya. Según la Aluk To Dolo, la creencia ancestral de los toraja, a la mayoría de las castas se les recomienda sacrificar 24 búfalos, aunque es el jefe local el encargado de fijar un número exacto y de hablarlo con la familia. Algunos invitados llevan más búfalos como regalo. En la cultura toraja, hay una ley no escrita que dice que la familia debe pagar con otro búfalo del mismo valor en el siguiente funeral.

Toraja Funeral
Relatives visit Nene’ Tiku who passed away 3 days earlier at the age of 106. Photo by Claudio Sieber

La procesión funeraria de una familia de casta inferior puede llegar a costar algo más de 40 000 euros, pero para las castas superiores, la factura puede ascender a los 220 000 e incluso a los 440 000. Se espera que los familiares más cercanos del fallecido contribuyan con, al menos, el sacrificio de un búfalo de los más caros, que pueden llegar a costar entre 9000 y 35 000 euros en el mercado de ganado. El precio del búfalo depende de la exclusividad de la piel, de su complexión, de la longitud de sus cuernos y del color de sus ojos. La magnitud de un funeral toraja se mide en número de búfalos: por eso los funerales llevan tanto tiempo.

La ceremonia funeraria puede durar de tres a cinco días y acaba cuando por fin se entierra al fallecido en un mausoleo o en una tumba. Pero el proceso no acaba ahí. El clan se reúne anualmente o cada dos o tres años para celebrar el ritual denominado Ma’Nene, que significa “cuidado de los antepasados”. Durante este proceso, se vuelve a sacar al muerto de la tumba, se limpia, se le cambia de ropa y se lo entierra de nuevo. Los familiares viajan desde muy lejos para celebrar esta reunión anual en la que se juntan, disfrutan de un banquete, se cuentan historias y honran a sus seres queridos.

Echa un vistazo a estas fotografías de los singulares ritos funerarios de Toraja:

Toraja funeral
Ribka Tanduk Langi murió hace dos meses a los 53 años por un fallo hepático. Su hijo Yari, el segundo de ocho, dice que programarán su funeral para el año que viene. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Preservación del ‘Toma Kula’. Risvan Patale no es capaz de despedirse de su madre, Esther Paseru, que falleció hace tres días de un infarto. A diferencia de las costumbres occidentales, los toraja tratan a sus seres queridos como si estuvieran enfermos en vez de muertos. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Clara con su hermana Arel, que falleció cuando tenía 6 años. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Los toraja tiene unos singulares ritos funerarios, entre los que se incluye vestir y cuidar a sus seres queridos muertos. Foto de Claudio Sieber
Funeral Toraja
800 invitados acuden a esta ceremonia funeraria ‘Rambu Solo’, que dura cinco días. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Cuantos más búfalos se sacrifiquen, más rica será la familia y antes llegará el alma al Puya o cielo. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Durante la ‘Rambu Solo’, la familia prepara el cadáver para el entierro. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Tras un funeral de cuatro días, los dolientes pasean el ataúd desde su ubicación temporal hasta el mausoleo. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
El ritual ‘Ma’Nene’ empieza por limpiar el cadáver y cambiarle de ropa antes de dejarlo un rato al sol. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Cuatro primos ven a su familiar que falleció hace diez años por una enfermedad. Por aquel entonces, no había carreteras en la zona montañosa de Toraja, así que ya era muy tarde cuando llevaron al pequeño de 6 meses al hospital para una revisión. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Tras el ritual de limpieza de ‘Ma’Nene’, los familiares honran al fallecido ofreciéndole sus pertenencias favoritas, como gafas o bolsos. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
‘Ma’Nene’ siempre es una buena ocasión para que los parientes más jóvenes conozcan a sus antepasados. Y, por supuesto, para que se hagan ‘selfies’ con ellos. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
Los coloridos ataúdes se sacan de la tumba para el ritual ‘Ma’Nene’ y luego se vuelven a meter. Foto de Claudio Sieber
Toraja funeral
El cultivo de arroz es primordial en Toraja. Las ‘tongkona’, las casas tradicionales y ancestrales, se sitúan alejadas y tienen una forma muy característica de barco con un tejado enorme en forma de tieke. Foto de Claudio Sieber

Este artículo apareció originalmente en VICE ASIA.

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