La Agencia Antidroga dice no tener constancia sobre si consumimos o no más drogas en estas fiestas. No hay datos que suscriban que la Navidad es blanca en más de un sentido ni que confirmen que, gracias a/por culpa de cenas de empresa, comidas familiares y fiestas varias, estamos más predispuestos —o más necesitados— de psicotrópicos entre finales de diciembre y principios de enero.
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Pero sospecho que así es. Si no, la DGT no aumentaría a 20.000 los controles diarios de alcohol y drogas en las carreteras a fin de prevenir los accidentes relacionados con su consumo. Desde Energy Control, organización dependiente de ABD, me cuentan que, si bien no tienen datos sobre el periodo navideño, sí que les consta que el consumo de alcohol y otras drogas aumenta durante todos los periodos vacacionales, ya que es cuando más tiempo libre y menos obligaciones tenemos.
Para corroborarlo me reúno con los que realmente saben del tema: los camellos. Les pregunto si venden o no más droga en Navidad y, de paso, me cuentan cómo son estas fiestas para ellos, autónomos en la sombra, currantes sin horarios ni pagas extra ni cestas con turrones y paletilla.
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Carlos*
Carlos (25 años) trafica a gran escala con todo lo que suponga un beneficio económico para él pero excluye la heroína y la ketamina porque “son las dos drogas que más se pueden cargar a la sociedad”. Me recibe en su piso alquilado y en un punto de la conversación se hace un nevadito [cigarrillo con cocaína] y me ofrece unas caladas.
Las rechazo con la excusa de que estoy trabajando. Se ríe y me responde que él también. Antes de que nuestra conversación concluya aparecerá un cliente para pillarle 20 gramos de MDMA, que Carlos pesará en una tana con sumo cuidado pero sin dejar de responder a mis preguntas.
VICE: Hola, Carlos, ¿te dedicas solo a comerciar con sustancias prohibidas o compaginas la venta con algo más?
Carlos: Me dedico a esto para pagarme los estudios y la vida en general, así que, además de ser camello, soy estudiante. Como particularidad no paso a pequeña escala. Vendo a gente que después vende.
¿Cómo es compatibilizar los exámenes o las recuperaciones con salir de fiesta y pasar droga en Navidad?
Mi trabajo no provoca grandes cambios en mi vida personal, aunque sí que tengo que alterar un poco mis actividades cotidianas para que me dé tiempo a llegar a todo. También noto, aunque eso me ocurre durante todo el año, que no puedo concentrarme todo lo que quisiera en estudiar porque tengo que estar pendiente del negocio. Pero en Navidad precisamente estoy más relajado que el resto del año.
“En Navidad hago ofertas porque hay peña que quiere cogerse, eventualmente, medio kilo o así para venderlo en el pueblo y sacarse unas pelas”
¿Entonces vendes menos en Navidad que durante el resto del año? Pensaba que era al revés.
No, es al contrario. En Navidad se vende más. Hay más pasta, la gente tiene la doble y se la gasta en vicios, pero yo procuro dejarme el trabajo hecho para descansar en eso días. Me pillo vacaciones.
Además, los que nos dedicamos a esto sabemos que en diciembre hay que estar tranquilo porque se intensifica el control. Las autoridades se ponen más duras con todo en general en estos meses, tanto con los controles como con los juicios. Tengo un colega que hace dos días tuvo un juicio por una soci [sociedad cannábica]: le cogieron 150 gramos de hierba con 400 o 500 socios, que tocaban a una misera, a 0,3 gramos cada socio, pero la Fiscalía le está pidiendo seis años de cárcel. Es una locura.
Por cosas como esta, aunque tengo gente con la que tengo que cumplir semanalmente, procuro currar lo mínimo en Navidad y dedicarme a pasar las fiestas con mis padres y con mis amigos. De hecho, me voy de la ciudad en la que normalmente trabajo.
¿Subes los precios de cara a las fiestas?
No, normalmente no. Eso lo llevo en función de si escasea o no según qué droga, de la ley de la oferta y la demanda al final. En Navidad, como hay de todo, porque se sabe que va a haber un mayor consumo y se prevé, no suele ser más caro.
Yo mantengo igual los precios, incluso hago ofertas porque hay más gente que quiere comprar. Aparte de porque se consume más, porque hay peña que quiere cogerse, eventualmente, medio kilo o así para venderlo en el pueblo y sacarse unas pelas. Entonces aprovecho con las ofertas.
“En Nochebuena puedo llegar y fumarme mis 15, 20 porros a lo largo del día, entre las cervezas de mediodía, la tarde, la cena, luego por la noche… Además, me puedo drogar de todo lo que quiera, porque lo tengo”
¿Crees que tu Navidad sería distinta si no fueras camello?
Seguro. Aparte de que tendría menos pasta, aunque para mí eso es algo secundario, los hábitos que uno adquiere haciendo todas estas cosas no son saludables, obviamente.
En Nochebuena puedo llegar y fumarme mis 15, 20 porros a lo largo del día, entre las cervezas de mediodía, la tarde, la cena, luego por la noche… Además, me puedo drogar de todo lo que quiera, porque lo tengo.
Obviamente no lo hago de manera muy heavy porque estoy estudiando, pero sí que ser camello me ha llevado y me lleva a hacer cosas que no son saludables. Hago cosas que, si no vendiera, no podría hacer. Y lo noto más en Navidad.
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Alfredo*
El colega de un colega me pasa el teléfono de Alfredo (26 años), que vende pastillas, speed, MDMA, cocaína y ketamina. Quedo con él para tomar café y llega media hora antes a nuestra cita. Yo también.
Juntos andamos hasta una terraza tranquila en la me cuenta que dejará de pasar droga en febrero o marzo. “Funciono así, por temporadas. Me fijo una cantidad de pasta y cuando la consigo, lo dejo”. Durante el rato que pasa conmigo deja el smartphone en la mesa, y no deja de recibir notificaciones.
VICE: ¿Qué hay, Alfredo? ¿Eres camello full time o lo compaginas con algún otro curro?
Alfredo: Soy camello y freelance de un oficio relacionado con la informática, así que puedo compaginarlo porque curro desde casa. Como camello, salvo excepciones, tengo un horario. Soy como el ZARA, trabajo de 10 a 10.
¿Tienes algún ritual de año nuevo relacionado con el oficio de dealer?
Sí. Cambio de número dos veces al año, una coincidiendo con el año nuevo, cuando pasa el día 1, y la otra después de la temporada de festivales. Lo hago porque si no todo se descontrola muchísimo y acaba teniendo mi número cualquiera. También me sirve para reducir clientela, hay veces en las que he sentido que se me ha ido de las manos, así que ahora solo curro con dos círculos: amigos, conocidos y gente que ellos han de presentarme. Eso me permite estar más cómodo.
Del 27 al 3 se vende muchísimo y los festivos, 24 y 31, también. Aunque la gente sale menos el 24, algo se pilla… Después, es muy curioso, el mes de enero es súper tranquilo, como si todo el mundo se hubiera pegado ya la fiesta y quisiera empezar a tope con los buenos propósitos
¿Curras en Navidad?
Sí, claro. Bastante, además. Más o menos del 27 al 3 se vende muchísimo y los festivos, 24 y 31, también. Aunque la gente sale menos el 24, algo se pilla… Después, es muy curioso, el mes de enero es súper tranquilo, como si todo el mundo se hubiera pegado ya la fiesta y quisiera empezar a tope con los buenos propósitos. En febrero ya se ve otro pico de subida. Pero Navidad no es el mayor pico del año en la zona en la que yo curro: cuando más estrés tengo es en verano, en mi ciudad hay tres festivales seguidos, así que imagínate…
¿Cómo es un día bueno en estas fiestas para ti?
La noche del 31 de enero del año pasado me llegué a quedar sin batería hasta tres veces. Cargar, quedarme sin batería, cargar, quedarme sin batería… Estoy toda la noche disponible, aunque no me muevo por menos de 500, ni voy a discotecas. Me quedo en casa o en casas de colegas.
Si te refieres a dinero, no es en Navidad cuando mejor se me da. En un día bueno en temporada de festivales puedo llegar a las cinco cifras, en Navidad no. Pero imagínate cómo vivo, a gas… Algo curioso es que acepto cash pero también acepto Pay Pal. Todavía no puedo cobrar con tarjeta (risas), pero bueno.
¿Haces ofertas especiales Navideñas, como los grandes almacenes? ¿Está más cortada la droga?
No hago ofertas en Navidad, las hago siempre. Tengo los party packs, paquetes cerrados que van desde los 50 hasta los 220 euros —estos últimos salen para grupos, sobre todo en festivales— con distintas sustancias que salen a muy buen precio. Respecto a si está más cortada o no la droga, la que yo vendo, no. Pero quizá mi caso es un poco especial, porque no pillo lo que paso en España.
“No hago ofertas en Navidad, las hago siempre. Tengo los party packs, paquetes cerrados que van desde los 50 hasta los 220 euros”
¿Sube más el consumo de alguna sustancia en especial?
Suben todas.
Pablo*
Pablo (23 años) pasa hierba, hachís y “MDMA según la temporada” mientras estudia un máster y trabaja eventualmente. “No me considero un camello como tal, abastezco a mi comunidad de colegas en la ciudad en la que vivo y, de paso, me saco un dinero. Si no fumara me sacaría más, la verdad”, me cuenta entre risas.
Su círculo de clientes se reduce a amigos y amigos de amigos, y quizá por eso no tiene reparo en enviarme, cuando se la pido, una foto del género que maneja que me enseña en el móvil. Me cuenta que es voluntario en una ONG y que le encanta trabajar con chavales.
VICE: Ey, Pablo. ¿Compaginas tu bussiness con otra actividad?
Pablo: Sí. Estudio un máster y trabajo eventualmente. No paso a gran escala, surto de hierba y a veces de M a colegas y a colegas de colegas.
Según me cuentan tus compis de oficio, en Navidad vendéis más. ¿Crees que la gente necesita psicotrópicos para soportar las cenas familiares y de empresa?
En principio no, porque se supone que la gente lo consume después de esas cenas, ¿no? Pero sí que puede que la droga sea como el premio por aguantar la cena de Navidad, un autoregalo que te haces a ti mismo.
También está lo típico de llegar pedo a la cena de Navidad, que al final se podría ver un poco como lo que dices, pero creo que en general, lo que ocurre es que la gente tiene más dinero y más tiempo libre.
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Si tuvieras empleados a tu cargo en este negocio, ¿qué le echarías a sus cestas de Navidad?
Lo que me molaría recibir a mí, productos caros y alguna pieza de fruta así exótica, que puede quedar guay. Pero también molaría una rama de hierba, por qué no, o un pollo con algo, solo por darle un toque más marginal (risas).
¿Tienes más miedo a que te pillen pasando en estas fechas que habitualmente?
La verdad es que un poco sí. Soy conductor, así que no me hace mucha gracia que me puedan parar en uno de los controles de consumo de drogas que hacen en estas fechas con material. Por eso intento no moverme mucho en coche, aunque también trato de no estar en la calle más de lo que debo si voy con algo encima. Siempre tengo cuidado, pero en estas fechas sí que quizá aún más.
¿Te va a tocar pringar los festivos, el 25, el 31 y demás?
En principio no. Tengo planes, saldré esos dos días y no quiero estar pendiente de vender. Sí que es probable que ese mismo día, antes de las cenas y comidas, me toque darle algo a alguien si tengo más confianza o es un colega cercano. Pero, si no, seguramente no responda al móvil.
¿Cambia tu tipo de cliente durante estas fechas? ¿Cuál es la media de edad de la gente a la que pasas?
La verdad es que mis clientes son siempre los mismos. Ya te digo, más que un camello me considero el que abastece a mi grupo de colegas para sacarse unas pelas. Lo mío es un ritmo de venta bajo pero constante. Sí que se intensifica más en Navidad y en verano, que es cuando hay más fiestas y más tiempo libre, pero no me llegan oleadas de nuevos clientes, sino que los que tengo quizá me piden en mayor cantidad o me traen a algún nuevo cliente. Pero a muy pocos.
En cuanto a la media de edad, tiene mucho que ver con la mía, porque le vendo a mi círculo, así que te diría que la mayoría tienen entre 22 y 27, aunque tengo alguno más mayor.
(*) Los nombres se han modificado para proteger su identidad.