Actualidad

“Tragedia vivir en un país que no se conmueve con nada”, y otros mensajes de luz de la Nueva Banda de la Terraza

La Nueva Banda de la Terraza

Todo está muy raro. Lo ha estado en todo el mundo desde inicios de 2020 cuando el covid-19 se hizo pandemia. Lo ha estado en Colombia hace mucho, pero más desde que el confinamiento empezó en marzo del año pasado —y ha avanzado intermitentemente hasta hoy entre cuarentenas y toques de queda— dejando más hambre y desesperación. Lo ha estado para cada persona que ha dejado de ver a sus amigos y a su familia, que ha sentido el aislamiento como un golpe que quita el aire.

“Todo está muy raro”, decía la proyección que iluminó un muro del barrio Laureles, en Medellín, una noche de abril de 2020. Tres amigos se habían reunido y encontrado en un proyector y una terraza la forma de vencer el aburrimiento. Pero el proyector se resbaló y emitió una imagen mucho más grande que la que ellos habían previsto. Decidieron aprovechar y plasmar ese mensaje, que capturaba su sentimiento en un momento en que nadie sabía lo que venía, pero en el que cuarentena, las restricciones de movilidad y el distanciamiento social ya habían hecho mella.

Videos by VICE

LNBDLT (35).jpeg
Foto cortesía La Nueva Banda de la Terraza.

Esa noche de la capital antioqueña, como por accidente, con la proyección de esa frase de cuatro palabras tan sencilla como contundente, empezó La Nueva Banda de la Terraza. Al caer en cuenta de que con la luz y desde las terrazas podían ejercer el derecho a la libertad de expresión, se empezó a formar el colectivo, del que hoy hacen parte artistas, periodistas y comunicadores audiovisuales. “Somos parte del pueblo inconforme con el recorte de derechos, con el silenciamiento, con la injusticia social que trajo la pandemia, que nos quitó la posibilidad de estar en las calles ejerciendo el derecho a la protesta”, explica el colectivo, que lleva un año proyectando mensajes de crítica social, lucha por la igualdad y denuncia frente a los abusos y el autoritarismo que han llegado con las medidas para hacerle frente a la pandemia.

Desde su creación se han ido sumando más proyectores y terrazas. Su acción principalmente ha sido en Medellín, pero también se ha extendido a Bogotá y Ciudad de México. Avanzan con una consigna clara: #AisladosPeroNoCallados, que refleja la convicción de que protegerse del coronavirus no puede equivaler a quedarse de brazos cruzados y con la boca cerrada mientras los trapos rojos cuelgan de ventanas como gritos de auxilio, se amplía la desigualdad y el gasto militar del Gobierno mengua las posibilidades de acción colectiva. “El fin es levantar la voz colectiva, hacer visible lo invisible, decirle a los poderosos y la clase dominante que no tragamos entero por más que haya una pandemia. Nos hacemos escuchar con potencia y creatividad y desde distintos rincones de la ciudad. Nos sumamos a las movilizaciones sociales”.

LNBDLT (29).jpeg
Foto cortesía La Nueva Banda de la Terraza.

Parte de su inspiración llega de ejercicios similares que se han hecho en países como China, Chile, Argentina y Brasil: ejercer su derecho a la libertad de expresión a través de la luz, que ilumina y da claridad en tiempos oscuros y raros. Luz que expresa su rabia digna y dibuja letras sobre muros, como grafitis fugaces. Desde los espacios privados intervienen el espacio público, actúan sobre la ciudad. Después de todo, la noción de lo público se ha visto golpeada en este año en el que, aislados y atomizados, ha primado lo individual, lo cerrado, las cuatro paredes de un apartamento, sobre los parques, las calles y espacios democráticos que dan vida a la ciudadanía. Por eso, durante este ejercicio de diálogo colectivo, La Nueva Banda de la Terraza apunta sus frases, preguntas y críticas también al peatón incauto, a la vecina que de pronto no protesta, pero está inquieta, al que levante la mirada en el momento preciso y vea el mensaje, que al final se resume en mantener el espíritu crítico.

“El fin es levantar la voz colectiva, hacer visible lo invisible, decirle a los poderosos y la clase dominante que no tragamos entero por más que haya una pandemia. Nos hacemos escuchar con potencia y creatividad y desde distintos rincones de la ciudad. Nos sumamos a las movilizaciones sociales”.

“Todo está muy raro”, “Soy porque somos”, “Colombia D No Futuro”, “Las paredes son la imprenta de los pueblos”, “Tragedia vivir en un país que no se conmueve con nada”, “Somos una narcodemocracia”, “La revolución será proyectada” y “Lo personal es político” son algunas de las frases que más han tenido impacto en este año de vida del colectivo. Reflexionan sobre las problemáticas que los integrantes de La Nueva Banda de la Terraza identifican como vigentes (y que probablemente se van a recrudecer). Para fechas específicas, como el 20 de julio o el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, que se reivindica cada 9 de abril, prepararon piezas especiales, como “Independientes ¿de qué?” y “Las mujeres víctimas del conflicto exigen la verdad”.

LNBDLT (22).jpeg

El colectivo funciona de forma rizomática, con varias ramas y raíces de los que salen brotes. Se ha ido sumando gente con un mensaje urgente por proyectar, algo que le preocupa o que le incomoda. Hay un grupo de coordinación y diálogo, pero cada integrante proyecta el mensaje que quiere, que puede ser replicado por el resto del colectivo. En ocasiones se alían con colectivos como La Ración o Puro Veneno para proyectar sus contenidos, así como con otros ilustradores, dibujantes y artistas. En noviembre de 2020 proyectaron una guía para proyectar desde la casa, y así quien quiera sumarse a esta protesta DIY pueda hacerlo. “1) Encuentre una pared cercana a su casa. Puede ser incluso la de su vecino. 2) Descargue imágenes en alto contraste preferiblemente. 3) Conecte su computador a un proyector. Todos sirven para apuntar a una pared. 4) Tome fotos y videos y comparta en sus redes con el hashtag: #LaNuevaBandaDeLaTerraza”.

Han recibido varias llamadas e invitaciones para colaborar con distintas instituciones de Medellín, incluso con la alcaldía. Suelen rechazarlas para preservar su libertad e independencia. “No tenemos intereses comerciales ni ánimo de lucro, para nada. Tampoco ánimo de respaldo institucional. Cuando nos llaman de estas instituciones, les decimos que si ese día queremos proyectar, lo haremos, pero no con la línea que nos tiren. Creamos nuestro contenido”. Una invitación que sí aceptaron fue la del Museo Casa de la Memoria de Medellín, por el sentido crítico que encontraron en ella.

LNBDLT (30).jpeg
Foto cortesía La Nueva Banda de la Terraza.

La Nueva Banda de la Terraza tiene contenido autónomo y otro que se entreteje con sus colaboraciones. Entre esa estructura abierta y fluida, se ha ido desarrollando un estilo propio (que se ve, por ejemplo, en el encuadre de sus fotos) desde que empezaron con las proyecciones en las terrazas fundacionales del barrio Laureles. Han pasado de proyectar donde se pudiera a buscar los mejores lugares para su estrategia. Presionados por el confinamiento, son cazadores de oportunidades para lograr un mensaje imponente. En todo caso, no pierden el sentido orgánico que los mueve: “No hay preparativos logísticos fríamente calculados. Hay mucha cofradía y fraternidad. Nos rotamos los proyectores, colaboramos, conversamos. Cuando surgen lugares nuevos es como ‘¡Qué nota!’. Anoche, por ejemplo, se proyectó desde una nueva terraza. En general, proyectamos desde donde podemos”.

La luz que potencia sus mensajes sobre los muros de Medellín se complementa con su actividad en redes sociales, donde amplifican sus acciones y las hacen eternas luego de que se apagan en las paredes. Cuentan con 14.500 seguidores en Instagram; su perfil es un espacio que resume las consecuencias sociales de un año de pandemia y la diversidad de problemas que enfrentan los colombianos día a día.  “En este ejercicio de protesta y expresión, desde lo privado nos tomamos el espacio público muy efímeramente. Cuando la huella se va, el registro y la captura de lo que hacemos son importantes para trasladar nuestros mensajes a los dispositivos digitales, para que permanezca esa memoria de lo que nos hemos venido quejando, de lo que estamos expresando en uno u otro momento. Empieza en los proyectores y lo trasladamos a las pantallas. Hay convergencia y una recirculación de la movilización que ocurre con luz en los muros desde las terrazas”.

Hace unas semanas, en tanto crecía la preocupación por los efectos devastadores que podría tener la reforma tributaria que preparaba el Gobierno de Iván Duque, la Nueva Banda de la Terraza dejó posturas claras en la noche de Medellín. “Esto no es un gobierno, es una banda de asaltantes. Decimos ‘No’ a su reforma tributaria”, denunciaba una, en grandes letras mayúsculas amarillas y blancas. También hubo imágenes, las de los rostros del ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, el fiscal Francisco Barbosa, el expresidente Álvaro Uribe, el presidente Iván Duque y el empresario Luís Carlos Sarmiento; “Gobierno de parásitos. No a la reforma tributaria”, indicaba la leyenda bajo las fotos. Y conforme han pasado los días, y se marcó el 28 de abril como el día para protestar contra la reforma, el Gobierno y el estado de las cosas, el colectivo mantuvo su línea editorial e hizo eco de un malestar nacional que no es nuevo, pero que la pandemia ha aumentado y el anuncio de la reforma (explicada por el Gobierno como una forma de subsanar los gastos inesperados que trajo la pandemia) ha explotado. “Para erradicar la pobreza van a matarnos de hambre”, proyectaron esta semana en un edificio del Parque Bolívar, en el centro de Medellín. “Digna rabia #28abrilparonacional”, proyectaron ayer, con el edificio Coltejer de fondo.

LNBDLT (17).jpeg
Foto cortesía La Nueva Banda de la Terraza.

“Nos negamos a que por estar aislados la protesta pare y se aplace, como decía ayer el tribunal de Cundinamarca, hasta que haya una inmunidad de rebaño. ¿Y eso cuándo va a pasar? ¿Vamos a aplazar la reivindicación de nuestros derechos, nuestras voces críticas? No podemos hacerlo. Una protesta como la de hoy, que es urgente y no da espera. No es más grave la pandemia que todo el recorte de derechos, la campaña de empobrecimiento y de precarización que conlleva ese proyecto de reforma tributaria. Estamos en oposición creativa y colectiva desde La Nueva Banda de la Terraza a todo este proyecto político que mueve la maquinaria de guerra, y no una maquinaria por el cuidado de la vida. El punto es salir y hacer cacerolazos y proyectar y hacer ruido colectivo y popular. El pueblo no se rinde y no se calla. Es el sentido de lo que hemos hecho en este año. Nos emociona que el pueblo esté hoy levantado con sus voces, pacíficamente, sin dejar que siga pesando más el silenciamiento y que el Gobierno y las clases politiqueras sigan haciendo lo que se les da la gana”, dicen. Unos integrantes diseñarán, otros marcharán, otros moverán las redes sociales, otros proyectarán en la noche. Todos, desde sus trincheras, se pronunciarán.

“Nos negamos a que por estar aislados la protesta pare y se aplace, como decía ayer el tribunal de Cundinamarca, hasta que haya una inmunidad de rebaño. ¿Y eso cuándo va a pasar? ¿Vamos a aplazar la reivindicación de nuestros derechos, nuestras voces críticas? No podemos hacerlo.

La indignación crece junto con el autoritarismo y el abuso estatal. La pandemia ha abierto una ventana para que se controle más desde cuándo se pueden comprar alimentos hasta cómo se lleva la vida social. El toque de queda ha sido uno de los recursos favoritos de los alcaldes, y así el país ha vivido un estado de excepción constante. En este contexto, sin buscarlo, la Nueva Banda de la Terraza encontró en pantallas, proyectores, paredes y luz la forma de movilizarse. Saben que no todas las movilizaciones son posibles ahora, por eso combinan lo análogo con lo digital. Su apuesta es estética, política y por resignificar el espacio público. “Y por cambiar el miedo, el silencio y el terror por el ejercicio del pensamiento crítico. La indignación es colectiva, la pobreza sigue  aumentando y el recorte de derechos se quiere seguir ampliando. Vamos firmes por más de un año”.

¿Y hasta cuándo avanzarán las protestas, las proyecciones y las denuncias? ¿Qué sigue para el colectivo? “Quién sabe por cuánto más tiempo seguiremos. Hasta que la injusticia social cese. Eso lo vemos muy complicado en un país como este”.  

Sigan a La Nueva Banda de la Terraza y Santiago Cembrano