Cuando Dolly Parton lanzó el gran himno anticapitalista “Nine to Five”, no tenía idea de lo bien que le iba. En 2020, trabajar una jornada laboral de ocho horas es la menor de tus preocupaciones. Con la proliferación de contratos de cero horas en un mercado laboral inseguro, estamos trabajando por menos dinero que nunca, lo que hace que los millennials sean la primera generación en décadas en ser más pobres que sus padres. Sin mencionar que la tecnología ha desdibujado la delgada línea entre el trabajo y el tiempo libre, lo que hace que sea muy fácil para tu jefe decirte “¿Podrías echarle un vistazo a esto?” en un correo electrónico a las 11 PM de un jueves.
Lo único que queremos es ganar suficiente dinero para comprar ocasionalmente una Coca-Cola Light en la tienda, comer algo que no sea pasta y, ya sabes, encender la calefacción de vez en cuando. En cambio, los millennials estamos estancados gastando nuestros miserables salarios en rentas exorbitantes y ya ni siquiera nos preocupamos por unirnos a síndicatos porque no creemos que sean necesarios.
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Entonces, ¿cómo recuperamos el poder en un mercado laboral que gradualmente desgasta cualquier mínimo de respeto por uno mismo?Hablamos con jóvenes sobre cómo lograron engañar a sus jefes.
“Pasé un mes entero trabajando desde casa todas las mañanas porque adopté un perro de rescate”
“Mi consejo principal es que trabajes en la parte correcta del sector público. Al parecer es imposible que te despidan de una universidad. En los últimos años, he dirigido un fanzine que imprimo y escribo durante mi jornada laboral sin que nadie se dé cuenta. También pasé un mes entero trabajando desde casa todas las mañanas porque adopté un perro de rescate. Claramente no trabajaba ni un poco por las mañanas”. Ben.
“Me ahorré los productos de higiene personal durante un año”
Solía trabajar en Bodycare y literal todos los miembros del personal se robaban cosas. Y no pocas cosas, sino muchas cosas, salíamos con las bolsas llenas. Entonces cuando me fui de ahí, tenía tantas cosas que no tuve que comprar productos de higiene personal durante un año. Personalmente, diría que me robé alrededor de 2.000 dóalres durante el tiempo que estuve allí, pero otros miembros del personal que llevaban más años trabajando allí, puede ser que se hayan robado hasta 6.000 o 7.000 dólares.
Terminaron colocando cámaras abajo en el almacén en lugar de en el piso de la tienda para vigilarnos. Fue horrible tener que volver a gastar en esos productos. Emily*
“Organicé a un equipo de 12 ingenieros para que todos firmaran una carta en la que decíamos que no aceptábamos la nueva imposición”
Como ingenieros de servicio, nos pagaban los gastos en efectivo por trabajar fuera de casa, lo que normalmente hacíamos toda la semana, todas las semanas. Nuestro jefe nos informó, por correo electrónico, que la política había cambiado y que ya no podíamos reclamar ningún gasto en efectivo, con efecto inmediato.
Así que organicé a un equipo de 12 para que todos firmaran una carta en la que decíamos que no aceptábamos la nueva imposición y que estábamos trabajando bajo protesta. Parte de nuestra protesta significó que nos retuvieron otras reclamaciones de gastos, entonces tuvimos que estar cortos de dinero durante algunas semanas, pero todos estuvimos de acuerdo. Tuve que coordinar por teléfono y correo electrónico ya que estábamos repartidos por todo el país, ¡incluso algunos en el extranjero! Y hasta incorporamos al director de servicios globales, que intervino personalmente. Obviamente, esto era terrible para los gerentes del Reino Unido que, aparentemente, ni siquiera podían manejar un pequeño cambio en los gastos sin hacer un caos.
Una vez que nos organizamos, lo cual no tomó mucho tiempo ya que todos estábamos bastante enojados, no nos fue nada mal. Conseguí que todos mis colegas estuvieran de acuerdo y negociamos una nueva política que se adaptaba a todas las partes y luego se implementó para todos los ingenieros en el Reino Unido. John
“Veía Netflix, hacía compras en línea, recibía llamadas telefónicas personales”
Solía trabajar para dos departamentos y mis gerentes no se comunicaban entre sí, así que si no iba a trabajar con uno, asumían que estaba ocupada con el otro departamento. Tenía una sala para mí sola, así que básicamente no trabajaba en todo el día. Veía Netflix, hacía compras en línea, recibía llamadas telefónicas personales. También mejoré mucho mi italiano. Una vez estaba tan cruda que tomé una siesta de dos horas y nadie se dio cuenta. Realmente no sé cómo no me descubrieron. Amy*
“Llegué al trabajo una hora y media tarde, y mi jefe me pidió disculpas por todos los inconvenientes”
En 2012, estaba trabajando en un casino en Manchester, dirigiendo la hostelería en el turno de día. Mi jefe era un completo idiota que se la pasaba coqueteando con las chicas y no sabía hacer lo básico de ser gerente, como establecer un sistema de turnos. Normalmente teníamos dos o tres turnos, y nadie sabía cuál era el verdadero, lo que significaba que nunca podías planear un día libre.
En fin, un día, uno de mis amigos estaba por mudarse a Estados Unidos y el día de su despedida nos emborrachamos, al día siguiente me desperté unos 15 minutos antes de que empezara mi turno. Corrí y, mientras me bañaba, me di cuenta de que no había forma de que llegara a tiempo y, por lo tanto, ideé un plan para salirme con la mía.
Llamé al departamento de recursos humanos del casino y les pedí que verificaran qué turno me tocaba, sabiendo que ese día me tocaba descansar. Obviamente, confirmaron que era mi día libre, porque el jefe no había actualizado el sistema de turnos.
Horas después me habló mi jefe y me preguntó dónde estaba. Le dije que me tocaba descansar; que de hecho, ya había hablado con recursos humanos y me lo habían confirmado. Luego me ofrecí a ir y cubrir el turno aunque fuera mi día libre para quedar bien, de todos modos ya estaba despierto, ¿no?
Entonces, entré al trabajo, una hora y media tarde, y mi jefe se disculpó conmigo por todas las molestias y me agradeció profusamente por aceptar trabajar en un turno que no me tocaba. Mike
“Me robaba una moneda cada hora más o menos”
En ASDA (una cadena de supermercados británica), había un colchón de 20 dóalres en las cajas para las discrepancias entre las cuentas y la cantidad de efectivo que había realmente, por cualquier error humano, supongo. Solía sacar una moneda cada hora más o menos mientras les devolvía el cambio a los clientes.
Debo haber robado cientos de dólares. Marcus*
“Yo diría que, en promedio, trabajo entre 30 minutos y una hora al día”
Soy un desarrollador de back-end para varios servicios web. Administro páginas personalizadas para nuestras marcas y creo y le doy mantenimiento a las aplicaciones. La mayoría de las tareas son bastante fáciles y se pueden cambiar rápidamente con algunos conocimientos técnicos. Mis jefes no tienen idea de las cosas técnicas y no codifican, por lo que creen que todo lo relacionado con códigos es magia negra. Configuré una aplicación de libros electrónicos para que muestre texto blanco sobre un fondo negro al igual que mi aplicación de códigos para que crean que estoy codificando. Hacer cambios importantes en el sitio web es muy rápido, pero digo que tomará un tiempo y simplemente me la paso haciendo otras cosas en internet, al final de la semana cargo y actualizo el nuevo archivo y listo, así parece que he estado completamente ocupado todo el tiempo.
Mi mayor engaño fue cuando automaticé un cambio importante en las imágenes del sitio, lo hice como en cinco minutos y les dije que tomaría alrededor de quince días. Me senté a escuchar audiolibros, leer artículos, y a ver videos en YouTube.
A finales del año pasado mi jefe me llamó a su oficina y pensé que ya me habían descubierto pero solo era una revisión y hasta me dieron un pequeño aumento. Yo diría que, en promedio, trabajo entre 30 minutos y una hora al día, pero me pagan a tiempo completo con un salario decente.
Tampoco me siento culpable porque lo que he hecho me ha traído más clientes y además mis jefes ganan más dinero. Tim*
*Algunos nombres han sido cambiados.