Cuando estás deprimido, probablemente crees que comer un croissant o beber una copa de chardonnay es un buena idea. Sin embargo, la ciencia —y la vida— han demostrado en repetidas ocasiones que los carbohidratos y el alcohol solo empeoran las cosas.
Según un importante estudio, que analizó a más de 15,000 participantes durante una década, la verdad es menos deliciosa. Un grupo de investigadores en España afirman haber descubierto un vínculo cuantificable entre la dieta y la depresión. Más específicamente, descubrieron que el consumo de una dieta rica en frutas, verduras y legumbres, y baja en carne procesada, realmente puede prevenir la aparición de una depresión clínica.
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“Ésta es, a nuestro entender, la primera vez que varios patrones dietéticos reflejados en la calidad de la dieta se han comparado en la misma cohorte en relación con el riesgo de depresión”, dijo el equipo de investigación, compuesto por nutricionistas, médicos y psicólogos.
El artículo de investigación, que se tituló “Un análisis longitudinal de las puntuaciones de calidad de la dieta y el riesgo de la depresión incidente en el Proyecto SUN” y publicado en la revista BMC Medicine, también descubrió que “los patrones dietéticos de protección asociados con un menor riesgo de depresión son esos patrones que destacan los mariscos, las verduras, las frutas y los frutos secos”.
Para llegar a estos resultados se compararon tres dietas: la mediterránea, el patrón dietético pro-vegetariano y el índice de comida alternativa saludable en 2010.
Le pidieron a los 15,093 participantes que llenaran cuestionarios sobre su dieta y luego les dieron seguimiento durante casi toda una década.
El investigador principal, Almudena Sánchez-Villegas, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, le dijo a Science Daily que él y sus coautores querían “entender el papel que juega la nutrición en la salud mental, ya que creemos que ciertos patrones dietéticos podrían proteger nuestras mentes. Todas estas dietas están asociadas con beneficios para la salud física y ahora nos encontramos con que podrían tener un efecto positivo en nuestra salud mental”.
A diferencia de muchos de los estudios que examinan el tratamiento, éste fue distinto puesto que se centra en prevenir que surjan los problemas de salud mental. “El papel protector se atribuye a sus propiedades nutricionales, donde los frutos secos, las legumbres, las frutas y las verduras (fuentes de ácidos grasos de omega-3, vitaminas y minerales) podrían reducir el riesgo de la depresión”, dijo Sánchez-Villegas.
Y aunque estos resultados son interesantes, no son del todo concluyentes. “Se necesitan más pruebas y estudios prospectivos para confirmar esta hipótesis y así proporcionar estrategias de población eficaces para utilizar los hábitos alimenticios en la prevención de la depresión”, dijeron los autores de la investigación.
Mientras tanto, echa otro vistazo a tu ensalada. Una onza de prevención vale más que un kilo de cura, y en materia de salud mental, puede que una onza de vegetales valga más que un kilo de pastel.
Este artículo se publicó originalmente en septiembre de 2015.