Una carta de amor al porno de Tumblr

Porno en Tumblr

No puedo evitar pensar que hay alguien ahí fuera, alguien con mucho poder y con muchas ganas de arrebatarle a “la gente” —y con “gente” me refiero a esa gente que vive vidas grises (tampoco desesperadas pero sin duda vidas que no son una exaltación de la felicidad ni de la gloria) y que forma parte de la gran masa de la población, los, digamos, “consumidores”, “los civiles”, “el pueblo”, a eso me refiero con “gente”— lo único que hace que sea soportable el doloroso y recargado peso de la existencia; no puedo evitar pensar que hay alguien ahí fuera que quiere borrar el sexo de internet.

No es que lo quiera borrar, es que, básicamente, lo quiere concretar a una esfera únicamente pornográfica, anulando la idea de lo sexual o simplemente erótico en las esferas no estrictamente eróticas de la vida humana.

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Facebook e Instagram hace tiempo que no toleran los pezones ni los genitales ni tan siquiera los dibujos de pezones o genitales, pero siempre nos quedaba Tumblr, cuna del porno y las tetas y las pollas en imagen fija o en movimiento. La putada es que ahora esta red social va a hacer lo mismo. Parece imposible, esa red social que nos ofrecía estallidos de sexo no deseado mientras consultábamos el feed en la oficina, ahora quedará seca de sexo.

Tumblr nació en 2007 y su tolerancia extrema hacia cualquier tipo de contenido —siempre legal— era uno de sus principales atractivos. Aun así, en julio de 2017, la compañía habilitó un “modo seguro” con el que cierto contenido “para adultos” quedaba filtrado, obligando a algunos blogs a marcase como explícitos para no aparecer en los resultados de búsqueda de aquellas personas que tenían el modo seguro activado. Varios han sido los intentos de Tumblr para disuadir a los usuarios de flirtear con la pornografía pero pese a esto, no han podido evitar que se colaran imágenes y vídeos de pornografía infantil en la plataforma, cosa que ha hecho que ahora Tumblr tome la decisión fatal y definitiva de remover todo el contenido erótico y pornográfico. Esto sucederá a partir del 17 de diciembre de 2018.

A partir de ahora en Tumblr no se permitirán —cito explícitamente de sus normas de uso— “genitales claramente visibles o pezones femeninos expuestos de personas reales (…), incluidos vídeos, imágenes, animaciones e ilustraciones, en las que se muestren o representen actos sexuales. Esto incluye cualquier contenido fotorrealista que pudiera confundirse fácilmente por cuerpos reales”. Aun así, nos aclaran que “algunos tipos de contenido artístico, educativo y de interés político o periodístico están permitidos”. Según el comunicado enviado por el CEO de Tumblr, Jeff D’Onofrio, “sin este contenido en la comunidad, tenemos la oportunidad de crear un ambiente más inclusivo y en el que más gente podrá sentirse a gusto al expresarse”. OK 👍.

Bendigo esos momentos ya caducos en los que, haciéndome una rondita por Tumblr, aparecían de la nada folladas totalmente explícitas que trastocaban mi cerebro, porque justamente era la posibilidad de poder encontrar porno en mayúsculas en cualquier momento la belleza de esa red. Había gente que se masturbaba holgadamente gracias al flujo constante de contenido que ofrecían algunas cuentas especializadas en material pornográfico pero a mí lo que me atraía era la sorpresa, el estar viendo unas portadas de discos de punk ‘77 y, de repente, encontrarme cara a cara con unos dedos penetrando una vagina. ¡Qué grandiosidad!

Si anulamos el sexo de los canales neutros, al final solo encontraremos cierta erótica en los sitios especializados en pornografía, destruyendo la posibilidad de lo casual y todo lo que esto conlleva a nivel de descubrimiento y crecimiento personal.

Si marginamos en guetos a los pornófilos y todo lo que incluya genitales, la sexualidad desaparecerá de las zonas comunes. Es como si, fuera de internet, de repente, dos personas solo pudieran concretar un acto sexual en “la habitación del sexo” (bueno, casi es así, lamentablemente), extirpando toda posibilidad de hacer que conviva la realidad no pornográfica con la realidad pornográfica. ¿Dónde quedarían esos casquetes en la cocina o en la parada del autobús? Ya me entendéis.

Hay algo extraño, siniestro y perturbador en eso de querer amputar la sexualidad de una esfera social. Entiendo los problemas legales que entran en juego en todo esto pero, al final, es una forma más de negar la realidad, de no querer comprenderla y, por lo tanto, de no querer (si se considera) mejorarla.

Sigue a Pol en @rodellaroficial.

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