El diseñador y artista Adam Ben-Dror ya logró enseñarle a su pescado, José, a saltar fuera del agua para conseguir comida y también lo entrenó para seguir su mano mientras la mueve alrededor del acuario. Reconociendo que José es más que una criatura sin mente con una memoria de tres segundos, Ben-Dror decidió que su pescado debía tener más libertad para nadar más allá de los confines de su acuario de 45 cm. Por eso, creó el Abovemarine: una pecera móvil controlada por los propios movimientos de José.
El Abovemarine está equipado con ruedas Omni, una cámara, un arduino y un procesador, así, a medida que el pez nada, el acuario se mueve de acuerdo a ese movimiento. Mientras José nada hacia atrás, el Abovemarine desacelera hasta detenerse para evitar accidentes. Sin las ruedas Omni, “El tanque podría atascarse en un bucle, girando en círculos cada vez que José, que se mueve con respecto al tanque, nadara hacia la izquierda o la derecha”.
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Ben-Dror explicó los objetivos conceptuales del proyecto en un correo electrónico:
“El Abovemarine no es libertad para el pescado. No es un producto y no es para que los peces vivan en él (y no lo hacen). José y la Abovemarine involucran nuestro interés por la belleza y la inteligencia de estas criaturas. Nos anima a hacer preguntas que desafían nuestras nociones preconcebidas sobre los peces y otros seres vivos. ‘¿El pescado tienen intención? ¿Entiende el pescado lo que está haciendo? ¿Los peces tienen memoria?’”.
Si lo de la memoria de tres segundos es cierto, entonces tal vez deberíamos esperar algunos choques entre acuarios. Mira algunas imágenes y un video del proyecto:
La página del proyecto es: www.ben-dror.com/the-abovemarine