Cada seis minutos, alguien muere de un ataque al corazón en el Reino Unido. Unos 124,000 británicos sufren de ataques de corazón cada año, de los cuales unos 88.000 son fatales. Un artículo reciente de MUNCHIES titulado “Has estado haciendo té de forma equivocada por 30 años” declara que “los británicos se toman muy seriamente su té como si fuera un ataque al corazón. Me gustaría sugerir que ese punto de vista es bastante atenuado. Me gustaría mencionar que para esta nación de amantes del té, una taza mala puede que sea menos preocupante que un ataque al corazón, y en algunos casos serios puede que sea la causa del mismo.
De acuerdo con la Asociación de Té e Infusiones del Reino Unido, los Británicos consumen 165 millones de tazas al día. Esos números por si solos muestran la seriedad de la situación. Les llevaría a los británicos 484.000 años en tener tantos ataques al corazón como tazas de té por año, y casi otros 200.000 años si esos fueran fatales. Cada persona británica tiene, en promedio, un corazón y bebe un promedio de tres a cuatros tazas de té diariamente. ¿La posibilidad de que su corazón los ataque? Muy baja. ¿Las posibilidades de que una de estas tazas de té sean hechas para ellos por alguien que lo toma de forma diferente o no saben lo que están haciendo y están por causar que los odies? Según los resultados de esta encuesta titulada “¿Cómo tomas el tuyo?”, son probablemente bastante altas.
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Y digiere esto: 14 millones de británicos (eso es casi un cuarto de la población) declara que “no pueden funcionar en la mañana antes de tomarse una infusión.” Lee Houringan, un tomador de té en Irlanda, me dice: “He empezado el día sin tomar té, pero también es salido de mi casa sin lavarme la cara o cepillarme los dientes o todavía usando la ropa con la que me dormí. Veo la falta de té en la mañana como el mismo tipo de error.”
Shayne House de la Sociedad de Apreciación de Té piensa de la misma forma. “¡Por Dios!” dice. “¡¿Empezar el día sin té?! ¿Qué tipo de anarquía es esta? Horror. Anarquía. No puedo funcionar. Esto viene de personas que ya determinamos que tienen corazones. Órganos primarios que envían sangre alrededor de sus cuerpos permitiéndolos vivir, funcionar. Hemos establecido que estos mismos órganos tienen el potencial de atacarlos hasta la muerte. Pero el mismo hecho de que estas personas estuvieran lo suficientemente vivas para responder a mis preguntas prueban que una taza de té es más poderosa para el corazón – y que puede que sea el té en si el que los mantiene vivos.
Más de la misma encuesta: una taza de té hace que un británico se sienta mejor sobre la vida y es generalmente ofrecida a las personas, luego de una mala noticia como por ejemplo, si alguien tuvo un ataque al corazón. Una buena taza de té los haría sentir mejor. ¿Puede un ataque al corazón hacer que una mala taza de té sepa mejor? ¡No! Únicamente si te hace incapaz de beberlo.
Y éste es el epicentro de la experiencia de beber té, si, por Dios, no puedo calmarme lo suficiente como para escribirlo. Un ataque al corazón, sí es fatal, se termina antes de que lo sepas: nunca vas a tener que pasar por lo mismo otra vez. El sabor de una mala taza de té se queda en tu boca, en tu mente, y sí, en tu corazón. Puede ser fatal para las amistades, y si no se trata, arruinar una relación al punto donde preferirías tener un ataque al corazón que otra taza de té de esa Persona, o desear que ellos tuvieran un ataque al corazón para depravarlos de la habilidad de arruinar otra taza de té. Te pesa. Te hace erosionar.
Solamente un idiota le da su corazón a alguien a que no le importa. No aceptas tazas de té mal hecho. No te rodees de las personas que lo hacen. No les importas. No les importa que te sientas bien, ni tu corazón, ni tu felicidad. ¿Por qué entonces te deberían importar ellos? La vida es muy corta para sentir la falta de aire, y ese cosquilleo en el brazo cuando el té malo se te acerca. Cuídate a ti mismo. Cuida a tu corazón.
¿Pero cómo hacer eso?
El debate de leche primero/leche después/con leche/sin leche continúa. Ignóralo. Nunca va a haber un acuerdo.
Mark Welsh, un bebedor de té inglés que vive en Vietnam, dice: “Leche primero, nacido y criado así.”
Shayne House: “Debes servir un poco de leche en la taza si lo estas haciendo para mi amable dama. Yo, por otro lado, no quiero saber nada con las vacas lactantes. Me gusta saborear el té sin adulterar.”
Quinnan Stone de Nada pero el té: Personalmente no tomo leche (intolerante a la lactosa). Sin embargo, si estoy haciendo té para otras personas que les gusta la leche, le agregaría la leche después.”
Algunas personas nunca te preguntarán como te gusta el té. Ni siquiera se les ocurre. No deben ser tolerados. Son una enfermedad y deben ser detenidos.
Hay un potencial desacuerdo aquí, pero también para el respeto. Y respeto significa que podemos arreglar estas pequeñas diferencias, persona a persona, cuando la necesidad aparece. No necesitamos empezar una guerra por la leche. Podemos preguntarnos unos a otros cómo tomas tu té. No hay problema. Pero hay un tipo de hacedor de té que muchas veces se deja de lado, que sin importar nuestras preferencias personales, nos debemos unir en contra de ellos, porque son idiotas y no entienden nada.
Como lo señaló Christopher Hitchens, se encuentran generalmente en los cafés de estilo americano, pero he encontrado a varios en casas privadas en Inglaterra, sosteniendo un pasaporte británico en una mano y una taza de algo inmundo en la otra. Nunca te preguntarán como te gusta. Ni siquiera se les ocurre. No se puede tolerarlos. Son una enfermedad y deben ser detenidos.
¿Cuál es su crimen? Ponen el agua primero, luego la bolsita, seguida inmediatamente por la leche. Te dan esto a ti, esta cosa que no se asentó, que no puede convertirse en té. Y luego te sonríen y dicen algo como : “¿Oh no te encanta una buena taza de té?” Bueno, no, es seguro que no me gusta así, mientras siento como se me sale el corazón del pecho.
Para los británicos, es tentador pretender que lo disfrutan simplemente para evitar hacer una escena. Pero vives con las consecuencias de eso el resto de tus días. No solamente tú – todo el mundo. Porque si pretendes que está bien, ellos continuarán haciéndolo. Les enseñarán a sus hijos. Sus hijos les enseñarán a sus hijos. El habito se va a propagar por siempre. Yo, por ejemplo, no lo soportaré. Y tu no debes hacerlo tampoco. Es tiempo de que los pongamos en evidencia. Es tiempo que los llamemos por sus verdaderos nombres.
Esta gente, como dice el bebedor de té Lee Hourigan, son “una vergüenza para la nación”, no puedo mirarlos. No puedo. Necesitan desaparecer, y como dice Shayne House, “cierra la puerta cuando te vayas.” Y una vez que se hayan ido y que me sienta un rato sintiéndome el pulso con los dedos, o con mi cabeza entre mis rodillas, respiraré profundamente, borraré sus detalles de contacto y haré mi propio té.