Un ánima animal que se ha hecho collar

Cada objeto tiene un alma propia, una que le ha sido entregada por aquel quien lo crea. Inmersos en la ciudad cada objeto cuenta una historia y crea un paisaje. Nuestros amigos de Samsung nos han dado una buena sacudida y nos han dicho:”hey, despierta”. Y le han propuesto a ocho creativos empresarios bogotanos un reto: abrir las puertas de sus locales en la Zona Rosa y demostrar, del 13 de febrero al 15 de marzo, cómo los productos que diseñan dialogan con la tecnología.

A nosotros nos parece una gran idea, por eso les seguimos la corriente, y hemos realizado un experimento paralelo: descubrir las historias detrás de los objetos diseñados por estos creadores.

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Bienvenidos al Samsung Galaxy Studio en tu vida.

Nuestra primera invitada: una diseñadora voráz a la que el mundo conoce como Little Lucia.

Natalia Criado es una mujer que ha hecho del mundo su inspiración; de la calle, su estudio, y del día a día, una experiencia memorable en la que crea pequeñas piezas de diseño y arte en su pequeño espacio, íntimo y mínimo, en el corazón de la zona rosa en Bogotá. Little Lucía es el nombre de su marca, un nombre que es reconocido y bien pronunciado en México, Reino Unido y Hong Kong. El espacio de Natalia es un mash up entre una galería de arte, un taller artesanal y una boutique de pequeños objetos y curiosidades. El lugar exhala glamour y está adornado, más bien poblado, por muchas de sus creaciones, filigranas de plástico, un animalario exhuberante sobre el cual se podría escribir todo un tratado de zoología. Huele a fresco y los colores revolotean con ánimo randómico entre las paredes, el suelo y las estanterías (sí, en VICE nos gusta inventarnos palabras).

Sentados junto a ella decidimos que Natalia y los objetos que ha creado con su alias, Little Lucía, nos contaran una historia. Cruzamos las piernas y, como un niño en el jardín, que escucha a su profesora, nos zambullimos en las historias que tenían para relatarnos.

Vice: Hola Natalia. ¿Cómo estás?

Natalia:Todo bien, tranquila.

Después de llegar y mientras tú te alistabas, nos dimos una vuelta por la tienda. Hay un collar de cisnes que nos dejó flipando. Diferente a todo lo que hemos visto. Dinos, ¿en qué te inspiraste para crear este collar?

Desde hace un tiempo hemos venido trabajando con animales (1), pues son elementos interesantes para decorar los accesorios femeninos que desarrollo. El cisne es símbolo de pureza, belleza, amor y longevidad. En las leyendas celtas, se consideraba un animal de buen agüero, mensajeros que tomaban las almas de los muertos y las llevaban al cielo para que se purificaran. En el hinduismo, por ejemplo, el cisne, es un pájaro celestial. Lo que queremos rescatar en esta pieza es su forma como tal y todos los elementos de su entorno: el agua, la pureza, los cristales, y toda la variedad de tonos que vienen a partir del azul. Para desarrollar la pieza también nos sentamos a buscar fotografías para inspirarnos. En una de esas encontramos el Swan Car de la India, de 1910 (2).

Animales, ¿son estos la base de tu colección, o hay otros elementos que te han servido de inspiración para crear tus colecciones?

Trabajamos con diferentes objetos sacados de su ambiente, los ponemos en un contexto diferente (3), los transformamos y los volvemos joyería (4). Hemos trabajado a partir de estos animales, historias y símbolos para crear piezas que sean auténticas.

¿En tu taller creas estas piezas tú sola o qué tantas personas están detrás de estos accesorios?

Es todo un proceso. Las partes metálicas las hago en talleres. Primero una persona hace el tallado en cera a partir de los dibujos que yo hago y los vuelve tridimensionales. Otras hacen la fundición, y una más se encarga de soldar. Después todo lo que es ensamblaje y armado se hace a partir de cordones y cadenas. Por último, insertamos toda la bisutería en este taller con una señora que trabaja conmigo.

¿Y la materia prima? ¿La sacaste del cajón de tu mamá? ¿Tienes un almacén de curiosidades que te los consigue?

Después de un viaje a India traje muchos insumos y todo esto me llevó a crear una colección. Fue un viaje de inspiración. Los hindúes tienen muchas costumbres con la joyería y para ellos el hecho de adornarse y usar ornamentos es muy importante. Además, durante ese viaje me fui encontrando con bastantes insumos: piedras, cristales, sobre todo con el jade, que es la piedra más común de India. Creo que comparto con los hindúes el interés por los animales, para ellos son muy importantes. El cisne, por ejemplo, es un animal que encarna el espíritu de la creación y simboliza el equilibrio orbital. Yo ya venía con una obsesión con los cisnes y este viaje fue perfecto para materializarlo.

¿Los cisnes de este collar fueron traídos de India?

No, estos los compré en San Victorino (risas). Muchos elementos que usamos en esta bisutería son de fantasía que se vuelven sofisticados al mezclarlos. Mezclamos estas piezas (los cisnes), que son prácticamente juguetes, con cadenas doradas y piedras semipreciosas para crear un accesorio divertido, juguetón.

¿Y qué es lo que te atrae tanto de los cisnes?

Hay una cosa muy linda del cisne y es que simboliza la fidelidad y la pureza del amor en pareja. Cuando un cisne enviuda, no vuelve nunca más a estar con otro cisne, se queda solo por siempre.

(La tienda de Little Lucia hará parte del Samsung Galaxy Studio In Your Llife, visítala en: http://www.galaxystudioentuvida.com/).

Notas:

1. Los animales nunca han estado por fuera de los circuitos de la moda. Cuando les va bien, sus pieles se convierten en simulacro de Animal Print, hasta llegar incluso a convertirse en hipster; cuando no, terminan victimizados, al servicio de chales y abrigos. En 2008, Marc Jacobs lanzó una colección con búhos y, de repente, estos animales terminaron hasta en la ropa interior de la Feria del Brassier y Solo Cuco. Cuatro años después, los búhos se cayeron del nido y el nuevo animal heap fue el zorro. Hoy en día parecen ser los pájaros, las mirlas, las golondrinas, las guacamayas y, ¿por qué no?, los cisnes, ahora convertidos en el new kid of the block de la moda, el diseño y los accesorios. Acá una editorial de moda que hemos hecho que pone estas cosas en contexto. Bichos con ropa.

2. En el Museo de Louwman, en Holanda, se encuentra exhibido el “Swan Car” (el carro cisne), una de las creaciones británicas más excéntricas del último siglo. El capricho fue idea de un escocés llamado Robert Nicholl Matthewson que vivía en Calculta cuando India era una colonia Británica. Al parecer el cisne fue diseñado por el fabricante de atracciones de feria más famoso del Reino Unido, tallado en madera y decorado con incrustaciones de oro. En abril de 1910, el Swan Car hizo su debút en las calles de Calcuta, junto a los más costosos carruajes de la época. El Maidan Park fue el escenario que Mathewson utilizó para presumir los suntuosos detalles de su carro: los ojos amarillos del cisne brillaban en la oscuridad; por el pico, salía un chorro de agua que le permitía al chofer abrir paso por las atestadas calles y, como si fuera poco, desde la parte trasera caían bolas de cal a la calle que simulaban el excremento, solo para hacer la invención más realista.

3. Sacar las cosas de contexto. No hay otro personaje en la historia que haya sido tan hábil resignificando objetos y statements que Duchamp. Fue él quien decidió utilizar un cuadro de Rembrandt como tabla de planchar y decoró una reproducción de la Mona Lisa con bigotes. También tomó la rueda delantera de una bicicleta y la puso de cabeza sobre una butaca. Luego, y sin más explicaciones, puso su firma junto a los objetos, y su montaje adquirió status de obra de arte. Duchamp bautizó este concepto como Ready-Made. Se trataba de elevar el arte a objetos simples y ordinarios que sacaba de su contexto habitual, donde normalmente cumplen una función práctica, y los situaba en escenarios donde, al perder su valor utilitario, se volvían estéticos. Para muchos, el Ready-Made fue un símbolo de ruptura con el arte burgués, pues el ser artista ya no significaba portar una técnica, pero sí, sentirse libre de las convenciones sociales, y del arte mismo.

4. El mundo de la joyería fue sacudido hace un par de años por una tendencia mexicana bautizada como Maquech. Utilizaban escarabajos vivos adornados con piedras preciosas como accesorios que caminaban. Mascotas deslumbrantes aferradas a los bolsillos de sus dueños, usualmente narcos y amantes del bling bling.

María Paula Calderón (Fotos: Daniella Benedetti)