Música

Una breve historia de la obsesión del pop con los diecisiete años

Sharon Van Etten​ , Una breve historia de la obsesión del pop con los diecisiete años

En la superficie, no ha cambiado mucho desde que tenía 17 años. Vivo más o menos en la misma área al este de Londres, tengo un estilo similar: vestido ajustado de American Apparel y flecos de lado. Incluso mi personalidad se ha mantenido prácticamente sin cambios, aunque soy más consciente de mí misma, tal vez menos impulsiva. Bebo menos, me voy a casa antes. Soy más paciente con las personas. Fuera de eso, es como si los últimos nueve años hubieran sido un sueño febril. ¿Así se siente crecer? Como ¿nada en absoluto?

Pero si observas un poco más cerca, los cambios son claros. Los 17 años son un momento específico en el tiempo. Eres un niño adulto, preparado para el futuro y, sin embargo, no estás preparado para ello. Eres consciente de ti mismo, consciente de tu propio cuerpo, pero también estás despertando repentinamente ante el poder que tiene y cómo puedes usarlo. Básicamente piensas que tendrás 17 años para siempre. No tienes una idea real sobre el desamor, las contradicciones y las lecciones de vida que sacudirán tu futuro. Y por eso, eres intrépido contigo y con los demás, o al menos yo lo era.

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A principios de este mes, el viernes 18 de enero, la cantautora Sharon Van Etten, radicada en Brooklyn, lanzó su quinto álbum, Remind Me Tomorrow. Es brillante, lleno de composiciones atmosféricas y melodías que te afectan emocionalmente. Pero hay una canción que realmente destaca. En “Seventeen”, el primer sencillo, canta: “I used to be free / I used to be 17” [En español: “Solía ser libre / solía tener 17”], y sus palabras rompen sobre los altos riffs de guitarra. Más tarde, su voz baja sobre el bajo y el sintetizador: “I see you so uncomfortably alone / I wish I could show you how much you’ve grown.” [En español: “Te veo tan incómodamente sola / Desearía poder mostrarte cuánto has ]. Y en esas dos barras contradictorias, Van Etten expresa exactamente lo que significa tener 17 años. Qué dulce puede ser, qué incómodo, qué complejo se siente el mirar hacia atrás.

Van Etten no es la primera artista que rinde homenaje a esta edad específica. Una de mis canciones favoritas bajo este tema es “What a Nice Way to Turn 17” de The Crystals, lanzada en 1962. La canción es romántica y maravillosa, y va de pasar el cumpleaños en los brazos de esa personita especial a la que amas. Sin embargo, cuando la escucho me recuerda el idealismo ciego de esa edad: Cómo los enamorados pueden sentirse inmensos e incondicionales, cuán poco sienten la necesidad de protegerse, porque es probable que no los hayan herido todavía, al menos no propiamente. “Don’t let me go, ‘cos I love, oh I love you [€n español: “No me dejes ir, porque te amo, oh, te amo tanto”], canta Dolores Kenniebrew, su voz resplandeciente y suave como un miel de caña, “What a nice way to turn 17… I’m 17” [En español: “¡Qué buena manera de cumplir 17 … Tengo 17 ].

Una vez que notas el romance del pop con esta edad específica ––y, en realidad, de la música popular en su conjunto––, comienzas a verla en todas partes. Está ahí “junto a la rockola” cuando Joan Jett canta sobre cómo “sabía que tenía alrededor de 17”. Está allí en “Dancing Queen” de Abba, quien era “joven y dulce” y tenía “solo 17”. La canción solista más famosa de Stevie Nicks, “Edge of Seventeen” se trata de un joven, justo en la cúspide de ese momento difícil y brillante. También está allí en Eurythmics, en la bastante horrible “17 Again” de 1999, en la que Annie Lennox recuerda que tiene 17 años, y canta sobre cómo se siente: “Innocence will teach you, what it feels like to be used / Thought that you’d done everything, you didn’t have a clue.” [En español: “La inocencia te enseñará, qué se siente al ser usado / Pensé que Lo había hecho todo, no tenías ni idea”]. Podría seguir listando un montón de canciones como esta, pero quién tiene el tiempo ¿no? Diecisiete está en todas partes. En términos de pop, es la edad que parece que no podemos dejar ir.

Obviamente podrías decir que no es necesariamente la edad de 17 años con la que está obsesionada el pop, sino con ser un adolescente en general. Ya se ha escrito mucho sobre la infatuación interminable de la cultura pop con los jóvenes, y hay muchas canciones, películas y libros que se basan en tener 16 o 18 años. Pero también hay una energía específica en tener 17 años. 16 todavía estás en la escuela, te tratan como a un niño porque eres uno. Cuando tienes 18 años, eres básicamente un adulto. Estás creciendo, saliste de la prepa, adquieres la mayoría de edad. Pero 17 es diferente. 17 es una anomalía extraña y brillante, suspendida en el aire. Cuando los artistas escriben sobre esa edad, sobre lo que realmente escriben es sobre el tiempo y los espacios que hay entre todo.

“Seventeen” de Sharon Van Etten es alegre y dolorosa de escuchar. Para mí, evoca este extraño sentimiento de nostalgia y tristeza por lo que se pierde, por la rapidez con que pasan los años como páginas de un libro, por la forma en que cambian nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás. Pero también me hace sentir aliviado por exactamente las mismas razones.

Y claro, lo más bonito de los 17 años, es dejar de tenerlos ¿verdad? Inmensas presiones dejan de existir. Puedo hacer exactamente lo que quiero, cuando quiero (si tengo los fondos). La vida toma un ritmo diferente, y empiezas a entender patrones, en los que puedes inclinarte a medida que envejeces. Cuando Ladytron cantó They only want you when you’re 17 / When you’re 21, you’re no fun” [En español: “Sólo te quieren cuando tienes 17 / Cuando tienes 21, no te diviertes”] en su hit de 2002 “Seventeen” podrían haber tenido razón. Lo que no te dicen, por supuesto, es que ya no te va a importar, y eso es lo más divertido de todo.

Este artículo apareció originalmente en Noisey UK.

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