Todas las fotos cortesía de Frisse Kater.
Hacer una fiesta siempre parece una buena idea, hasta que se acaba. El arrepentimiento llega la mañana siguiente, cuando te mata el guayabo y estás cubierto de líquidos desconocidos. Esto suele pasar después de darte cuenta de que hiciste algo horrible cuando estabas ebrio o en cualquier otro estado de intoxicación, o después de que ves el desastre en tu casa: las botellas vacías, las latas de cerveza regadas, a tus amigos desmayados en el piso y vómito en la ducha.
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Es aquí donde entra Tugrul Cirakoglu. Cirakoglu es el dueño de Frisse Kater, una empresa de limpieza en Ámsterdam que se especializa en la limpieza postfiesta. La empresa se creó el año pasado después de que Kater terminara su maestría en Londres y presenciara una serie de cosas horribles en fiestas de universitarios; como gente orinando en los lavamanos, gente rompiendo cosas y gente peleando y manchando todo de sangre. Se dio cuenta de que no existían muchas empresas en Holanda que se ofrecieran a limpiar ese tipo de desastres y vio una gran oportunidad de negocios.
En su página web, Frisse Kater asegura que sus servicios se recomiendan para “los desastres postfiesta más extremos y desagradables que te puedas imaginar”. Su publicidad me dio mucha curiosidad y lo llamé para saber qué tanto había visto.
VICE: ¿Cómo es la limpieza de una casa después de la fiesta?
Tugrul Cirakoglu: Usualmente nos llaman después de una fiesta a la que asisten entre 50 y 100 personas. En Holanda eso es demasiado porque las casas son pequeñas. Todos tomaron, metieron drogas y se volvieron mierda. Por lo general hay alcohol y comida por todo el piso, huellas lodosas, vidrios rotos, vómito, a veces orina o incluso heces fecales en las paredes. A veces la suciedad es extrema.
¿En serio?, ¿la gente se caga en la pared?
Solamente ha pasado una vez, pero sí. Para una persona normal, todo [lo que limpiamos] se consideraría extremo, pero para nosotros lo más extremo son heces humanas.
¿Usualmente atiendes llamadas de cuando al día siguiente de la fiesta el anfitrión se da cuenta de que alguien se cagó en la pared?
Algunos clientes son muy precavidos y nos llaman meses antes de la fiesta [para reservar]. Muchos nos llaman el mismo día porque creen que va a ser fácil limpiar, pero cuando ven el desastre se dan cuenta de que no van a poder hacerlo solos. Entonces entran en pánico, nos llaman y dicen “Ayúdenme por favor”. En otros casos, los amigos de los anfitriones les prometen que van a ayudar en la limpieza pero desaparecen a la mañana siguiente. También tenemos una clientela fija –jóvenes, en su mayoría– que organiza muchas fiestas y nos llama continuamente.
Seguro las fiestas donde has limpiado han sido muy locas. ¿Qué es lo peor que has visto?
A veces la gente rompe los baños —tanto el lavamanos como el inodoro— y el agua se sale e inunda la casa. Una vez nos tocó limpiar una “fiesta de dulces”. Llenaron una alberca inflable con dulces en la sala y conforme pasaron las horas el dulce se mezcló con el alcohol y todo el piso quedó embarrado. A veces nos llaman para emergencias, como que unos adolescentes hicieron una fiesta porque sus papás salieron de viaje y regresan al día siguiente. Entonces llegamos rápido y limpiamos todo. Pero en esos casos no limpiamos tan bien porque si no los padres sospecharían.
Una vez hubo una fiesta en un restaurante. El dueño lo cerró para una fiesta privada y llegaron 50 tipos. El motivo de la fiesta era una ceremonia de iniciación para un club. Primero cenaron y bebieron un poco. Después llevaron a los nuevos al baño y les dieron latigazos, los golpearon, los patearon y los cachetearon con los portavasos de hule que utilizan en los bares para poner los vasitos de shots. Esa noche, el dueño nos llamó y dijo “En serio necesito su ayuda. Pasó algo”. Cuando llegamos, vimos el desastre y nos explicó qué había pasado. Yo quedé impactado. Nunca habíamos visto algo así. Había sangre por todos lados y estaba muy sucio.
Qué loco. ¿Cobras más en esos casos?
Cobramos por hora, pero si es demasiado extremo, les decimos “Oye, este no era el trato”. A veces nos llaman y cuando llegamos a la casa nos damos cuenta de que no hubo ninguna fiesta y de que el dueño simplemente es muy sucio y necesita que limpien su casa.
¿En serio?
Sí. El mes pasado nos llamó un chico. No sé si se fue de vacaciones o qué carajos pero dejó bolsas de basura en su casa por tanto tiempo que todo lo que estaba adentro se pudrió y empezaron a crecer gusanos y moscas dentro de las bolsas. Llegó un punto en el que las moscas escaparon y toda la casa se llenó de moscas y gusanos. Había insectos por todos lados, en el techo, en las paredes, en los muebles, en el baño y en la cocina. Nunca habíamos visto algo así.
Al principio no esperábamos que la gente nos llamara para ese tipo de cosas y llevábamos los materiales de limpieza básicos. Ahora llevamos camionetas llenas de materiales para limpieza extrema, como máscaras, guantes y trajes de protección. También tenemos químicos para limpieza especiales que matan cualquier virus y cosas por el estilo.
¿Alguna vez han tenido que lidiar con borrachos mientras limpian una casa?
A veces vemos gente tirada en el piso o en el sillón. En algunos casos —muy raramente— llegamos a fiestas y todavía hay una o dos personas que siguen en su viaje. En general no es un problema porque están dormidas y no molestan. Si se despiertan, sólo preguntan “¿Dónde carajos estoy?”. Las personas difíciles son las que siguen drogadas y quieren convivir con nosotros. Hay diferentes tipos: los que son molestos y no se pueden quedar quietos; y los que están tan drogados que creen que es lo mejor del mundo y quieren que vivamos lo mismo. Los que son molestos se acercan y nos tocan o nos quieren abrazar y los tranquilos se acercan y dicen “Tengo coca, ¿quieres?”.
También hay otra categoría interesante: los que están drogados pero en su viaje te quieren ayudar a limpiar. Son muy activos y cuando te ven limpiando, empiezan a barrer y sacudir todo. Refriegan muy fuerte. Son muy divertidos.
No tenemos un producto químico para lidiar con los clientes difíciles. No podemos rociarles algo para que se vayan y nos dejen en paz. —Tugrul Cirakoglu.
En tu Flickr tienes fotos muy asquerosas. En una hay un montón de condones usados en el piso. En otra hay mierda en un lavamanos. ¿Qué me dices de esto?
En realidad era popó de gato en un restaurante.
¿¡Qué!?
Sí, también limpiamos restaurantes y a veces parece que las personas que nos llaman son las más desquiciadas. Personalmente, ya no como en restaurantes por todas las cosas que he visto. Tengo que estarme muriendo de hambre para entrar a uno.
Aparte de la caca en el lavamanos, ¿qué más has visto en restaurantes?
Algunos dueños de restaurantes no tienen idea de cómo debe ser la limpieza. Cada que entramos a un restaurante, pedimos que nos dejen ver el armario de los productos de limpieza porque con eso basta para saber qué tan buena es la limpieza en ese lugar. Una vez pregunté “¿Dónde están sus trajes de limpieza?”. Esos que se utilizan una vez y se desechan de inmediato. Y resultó que nada más tenían uno en el restaurante. Le pregunté “¿Cómo sabe si el personal limpió el baño o la cocina con este traje?”. Y respondió “Pues no sé”. ¿O sea que no sabe si el traje que está sobre esta mesa se utilizó para limpiar el baño, la cocina, el bar o la mesa? ¿Qué le pasa?”
Pero no pasa muy seguido ¿o sí?
Así es en muchos lugares. Hay restaurantes que utilizan Windex para limpiar todo cuando sólo es para limpiar ventanas. A veces preguntamos “Disculpe, ¿tiene algún producto para eliminar bacterias y esterilizar la cocina?” y responden “¿Acaso el Windex no limpia todo?”. Es perturbador.
¿Qué es peor, las cocinas de los restaurantes o las casas después de una fiesta?
Yo creo que es lo mismo. Me da igual si una persona no limpia su casa porque es su problema. Pero si es un restaurante o una cafetería, les estás sirviendo comida y bebida a los clientes y tienes que limpiar. No deberían bañar todo en Windex y hacer que se vea brillante cuando en realidad no han limpiado en años. En mi opinión, eso es un delito.
Tu trabajo no suena muy divertido. ¿Te gusta?
Muchos creen que es difícil porque los lugares están muy sucios. Pero no, esa es la parte fácil. Utilizamos nuestros productos e instrumentos de limpieza y todo queda impecable sin mucho esfuerzo. El problema es que no tenemos un producto mágico para lidiar con los clientes difíciles. No podemos rociarles algo para que se vayan y nos dejen en paz”.
Abajo puedes ver más fotos de fiestas que ha limpiado Frisse Kater.
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