Bashar Al-Asad, Jack Tweedy, los hombres que trabajan contigo, los depredadores sexuales… Si tan sólo las mujeres gobernaran el mundo nadie bombardearía hospitales, no habría armas nucleares, racismo ni cáncer. Los gobiernos hablarían por teléfono para resolver sus diferencias, en lugar de contactar a sus traficantes de armas. La tasa de criminalidad disminuiría, la gente estaría más alegre, el mundo no olería a cuerpos quemados y la gente dejaría de asfixiarse con el humo de los autos y todos viajarían en globos aerostáticos. En resumen, el mundo diabólico del hombre llegaría a su fin. Y sería el comienzo de una era de belleza y armonía femenina.
O tal vez no. Antes de que salgas topless a las calles con tu falda favorita como estandarte (cual Juana de Arco enloquecida por el Buen Fin, abogando por un mundo en el que lo único que sangre sea tu útero), quizá debas tomarte un segundo para recordar que existen personas como Rebekah Brooks, Ilse Koch, Myra Hindley, “enfermas de la muerte “, mujeres que arrojan a sus gatos en botes de basura y estos güeyes. Sí, también tienen chichis. Lo sé, apesta.
Pero no tienes que ser el diablo con bazuka en mano, lo único que necesitas es una pistola. Un delito es un delito, y el hecho de que las mujeres sean igual de capaces que los hombres es reconfortante. De hecho, lo único que cambia es que resulta menos probable que cometamos la clase de delitos que suelen estar reservados a esa escoria de la humanidad que no se sabe vestir bien, como violaciones y secuestro de menores, así que usa eso a tu favor y sigue nuestra guía para garantizar que cuando rompas la ley, lo hagas con estilo.
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ROBAR EN UNA TIENDA
Esquina superior izquierda, en el sentido de las manecillas: saco Burberry, botas Faith, brillo para labios Korres, vestido JW Anderson para Topshop, bolsa de piel negra por Loewe, jeans por J Brand, jabón para cara Neutrogena Oil-Free Acne Wash, calcetines de Amazon, tanga Agent Provocateur, bra Carine Gilson, gorro ASOS, perfume Anais Anais por Cacharel.
No nos engañemos. La razón por la que robas cosas en una tienda no es porque eres a) muy distraída ni olvidadiza, b) estudiante, ni c) demasiado pobre como para vestir a tu familia. Es una combinación entre ese agujero que tu vida clasemediera dejó en tu conciencia, las bombas de anuncios que te bombardean todos los días y tu propia avaricia y aburrimiento lo que te llevó hasta este punto. Y ahora que estás aquí, no hay nada que podamos decir para evitar que pases el resto de tu enfurecida vida mordiendo los mecanismos de alarma en los vestidores de H&M, hasta que te cases con un símbolo de dólares o mueras ahogada con la tinta de seguridad. ¿Crees que exagero? Lee un poco de Naomi Klein, tonta.
Primero, hay que decir lo obvio: la idea es salir de la tienda con más cosas de las que tienes al entrar. Así que necesitas espacio. Usa un abrigo de hombre con bolsas en el frente para guardar aretes, y asegúrate de quitarles ese plastiquito con el precio (hazlo con una mano si eres más profesional). Mientras tanto, no olvides platicar de forma casual con tu amiga quien, idealmente, tendría que estar viendo ropa interior (es más difícil que el güey de seguridad te siga si lo haces sentir como un pervertido).
Un bolso extragrande también sirve para guardar ese suéter sin etiqueta que encontrarás en la mesa de ofertas. Es aún mejor si la bolsa cuelga sobre tus muslos. Robar es como masturbarse, pronto te darás cuenta que Dios nos hizo para hacerlo cuando descubras lo útil que es tener un contenedor a la altura de tus manos.
Eso es todo lo que necesitas. Cubre el resto de tu cuerpo con tonos sobrios y líneas aburridas para no llamar la atención, y olvida que el maquillaje y los accesorios han sido inventados. Usa los botinas de tu decadente madre. En tu cabeza sólo necesitas un gorro. Evita invocar a Winona porque ella no sabe robar y asegúrate de que tu pelo caiga sobre tu frente. No quieres que la gente te reconozca, a menos que quieras pasar el resto de tu fin de semana en un sótano siendo moralmente reprendida por un guardia de seguridad.
SOBORNAR
Esquina superior izquierda, en el sentido de las manecillas: lentes de sol por Cutler and Gross, botas por Urban Outfitters, blusa por ALC, falda por JW Anderson X Topshop, vestido por JW Anderson X Topshop, bufanda por Alexander Mcqueen, spray TIGI Bedhead Foxy Curls, crema Clarins Super Restorative Day Cream, vestido por Cos.
Rebekah Brooks no tenía que intervenir el teléfono de nadie para descubrir que Italia es el hogar de la moda y los sobornos. ¿Y qué más aman en Italia, además de ropa y corrupción? Así es, a Dios. Así que para hacer esto como es debido, vas a tener que vestirte como ella, y estafar a las mujeres que tienen prohibido tener sexo pero odian el matrimonio gay. Es hora de estafar, monjas.
Brooksy sabe que es más fácil invocar un aire de penitencia atormentada cuando tu traje alude a la influencia de un poder superior. Ya sea el Todopoderoso, un magnate de los medios o un primer ministro, Rebekah es la reina cuando se trata de portar un look que diga: “Quizá sepa dónde están enterrados los cuerpos, pero no quiere decir que yo haya cavado las tumbas”.
Romper la ley en serio requiere de un atuendo serio. ¿Y qué es más serio que Dios? Un collarín de peregrino por aquí, una chaqueta liviana por allá, y una falda negra hasta las rodillas que caiga sobre tus piernas con un toque de sensualidad. No importa lo que uses, siempre debe estar acompañado de un collarín, para darle ese toque inocente, y lentes de sol que te den esa mirada permanente de perra.
Los zapatos necesitan ser igual de prácticos y picudos, para que tu vida sea más fácil cuando tengas que sacarle la verdad a patadas a un par de idiotas, pero no te preocupes demasiado por el estilo, sólo asegúrate de ir vestida de negro para que no se vea la sangre. Limita tu maquillaje a pócimas secretas de invisibilidad, porque todos sabemos que en los medios, hasta el más ligero corrimiento del lápiz labial puede terminar en primera plana. Por último, necesitas 300 Blackberries, y un asistente personal que los cargue por ti. ¿Capisce?
TRAFICAR DROGAS
Esquina superior izquierda, en el sentido de las manecillas: suéter Cos, falda Olympia Le-Tan, bolsa Vivienne Westwood Frilly Snake, vestido Topshop, falda Olympia Le-Tan, lentes de sol Christy Ivory, mascara Christian Dior, perfume Flowerbomb por Victor & Rolf, bolso Vivienne Westwood Olive Chancery, collarin ASOS, juego de lápices de colores por Sephora, delineador Tokidoki Perfetto.
Ya sea porque terminaste engordando unos gramos justo antes de tu sabático en Goa, o porque finalmente aceptaste que tu salón para perros no te hará rica, hay tres emociones que debes hacer sentir al mundo que te rodea para que la gente compre en tu farmacia de la esquina: seguridad, miedo y cariño.
Es una mezcla complicada, lo sé. Al principio, estas tres emociones para contradictorias, pero permíteme masticarlo por ti. Tendrás que convencer a tu competencia de que eres una psicópata, a tus clientes paranoicos y a tus padres que eres la inofensiva flor de siempre, sólo que con dos celulares y diez veces más dinero. Mantener esta farsa puede ser una fuerte carga psicológica. Es normal que la gente que va por la vida con globos rellenos de cocaína en el ano desarrolle múltiples personalidades, así que será mejor empezar a planear ese atuendo que abarque a esos demonios internos que habitan en tu alma. Por suerte para ti, la gente rara vez ve más allá de las apariencias, así que podrás evitar ser un desmadre si te esfuerzas en no verte así. O si te esfuerzas un poco para verte como Zooey Deschanel, que es lo mismo.
Busca en tu clóset las cosas más coloridas y anticuadas que puedas encontrar, y úsalas en capas. Los patrones de cada capa representan una distracción visual de la mala calidad de tu producto y las vidas que destruye. Las faldas apretadas con colores atrevidos son clave, pues son igual de aterradoras y adorables, así como un poco de sombras neón cuidadosamente aplicadas para verse exageradas. Un perfume excesivamente dulce ayuda a esconder el olor a mota que emana de tu bolso Vivienne Westwood Frilly, mientras que un par de botines convencerán a los adultos de que eres sólo otra au pair recogiendo a los niños de esa escuela/campo de futbol en el que todo mundo se mete ácidos el fin de semana.
Considera adoptar un acento extranjero. Nunca le vendas a tus amigos. Llámame.
PROSTITUIRSE
Esquina superior izquierda, en el sentido de las manecillas: tacones por Jimmy Choo, sombrero por Etro, abrigo por Thakoon, top por Topshop, botas por Reed Krakoff, falda rosa por Topshop, falda verde de PVC por Tibi, calzones por Topshop, guantes por Causse Gantier, jeans por Faith Connexion, brillantina por Mac,bolso por Moschino Cheap y Chic.
No te estamos diciendo que vendas tu cuerpo, pero como dijera un conocido mío que ha tenido sus múltiples y cuestionables experiencias sexuales: “si vas a hacer algo malo, hazlo bien”. Te entiendo, nena; quieres ganar dinero fácil, ves a todas esas chicas angelinas en Tumblr que se desvisten por dinero, y piensas, yo puedo hacer eso, pero quiero hacerlo bien. Bienvenida al mundo de la prostitución, un lugar con esquinas tan oscuras, que ni siquiera la luz ultravioleta detectaría las manchas.
Ahora viene la decisión crucial; ser aburrida vs vestirse atrevida. Piénsalo así: esta es (espero) la única oportunidad que tendrás para usar muchas de estas cosas que nadie sabe cómo ponerse, como trajes de baño diminutos y condones femeninos. Si estabas destinada a hacer algo bien en tu vida, ¿por qué no a “vestirte como puta”? Vamos, hay chicas que han hecho una carrera de ello (Aubrey O’Day).
Para empezar, necesitas pensar en incorporar algo atrevido a tu guardarropa. Estoy hablando de piel artificial, imitación de piel de serpiente, y todo lo demás. Si te sientes perdida, sólo piensa en Alabama Worley y Miley Cyrus. (Dios, me encanta esto).
Lo más importante de tu atuendo de prostituta es tener un bolsillo accesible en el que quepan un condón y una alarma contra abusos sexuales. No te preocupes por tu cartera, puedes guardar tu dinero en tus calzones. Por último: un gran sombrero. Esto ayuda a proteger tu identidad cuando la policía pase frente a ti. Los padrotes lo hacen, ¿por qué tu no? Estamos en el 2012, que no te dé miedo la igualdad de sexos.
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