Niños y niñas a la expectativa de sus regalos. Adolescentes deseosos de ver otras caras por fuera de las habituales, abuelos y abuelas con ansias de ver a sus nietos después de casi un año. Madres y padres planificando un encuentro familiar seguro.
Esta Navidad será atípica. La pasaremos con distancia social, utilizando tapabocas y rodeados de alcohol en gel. Algunas personas han decidido no reunirse y otras lo harán con los protocolos que los gobernantes de su ciudad les demandan, añadiendo también, reglas intrafamiliares para evitar la mayor cantidad de contagios por coronavirus.
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Hablamos con algunos anfitriones que decidieron reunirse con sus familias. Ellos nos contaron cuáles son las reglas establecidas dentro de sus casas para pasar las fiestas. Cada protocolo fue evaluado por Gabriela Piovano, médica infectóloga y comunicadora argentina, quien además añadió algunas recomendaciones necesarias a la hora del encuentro.
Caso uno:
Felipe se reunirá con diez personas.Toda la familia de su pareja a la que no vieron durante todo el año. Entre ellos hay personas mayores y niños.
Una semana antes del encuentro hemos decidido que será al aire libre, con un menú para comer con la mano. La idea es mezclar la menor cantidad de “burbujas” (es decir, núcleos familiares) posibles. Cada burbuja estará ubicada en una mesa distinta de la otra y solo entre ellos podrán intercambiar regalos.
Para la cena rotularemos vasos de plástico con el nombre de cada persona para evitar alguna equivocación. Habrá por las dudas una vajilla descartable, para los que deseen utilizar cubiertos y no comer con la mano. No habrá besos ni abrazos. El que entra a la casa para ir al baño debe: ponerse obligatoriamente el tapabocas y desinfectar lo que use dentro del baño, habrá un rociador con alcohol al 70 por ciento. Deberá también utilizar un jabón líquido y no podrá utilizar el jabón compacto.
Evaluación:
Que haya un encuentro entre personas que no han tenido contacto durante mucho tiempo implica la posibilidad de mezclarse y que algún integrante que sea asintomático pueda transmitir el virus. En cambio, si estás en contacto durante todo el año con estas personas se presupone una cierta dinámica donde hubo un registro más claro de cómo fue el cuidado cotidiano de cada integrante.
Con respecto a no mezclar las burbujas está bien, aunque también sería ideal que cada una lleve su propia comida, bebida y vajilla. También veo conveniente el tema del saludo, que no haya besos ni abrazos. Es fundamental estar con tapabocas todo el tiempo, salvo para comer.
El protocolo del baño está muy bien. Aparte recomiendo: colocar una mesita en la entrada del baño, en la parte de afuera, con alcohol en gel. La acción correcta sería: colocarse alcohol en las manos, tocar el picaporte, entrar y volver a utilizarlo a la salida. Dentro del baño se puede limpiar con agua y lavandina (lejía); la mezcla tiene que estar preparada ese mismo día. La proporción es un pocillo de lavandina en un balde de agua; es decir, una tapita por litro.
Caso dos:
Rodrigo se reunirá con veintidós personas, su familia más cercana. Son siete hermanos en total y cada uno irá con su pareja e hijos. Serán padres, hijos y nietos. En esta familia la gran mayoría de los integrantes ya tuvieron coronavirus hace poco tiempo.
La condición más rígida fue decretar un autoaislamiento colectivo siete días antes de las fiestas. Nos pusimos esa regla para tener menos probabilidades de contagio. A la hora del encuentro conciliamos en no ser afectuosos y mantener la distancia. Para el momento de la comida será fundamental evitar compartir saleros, botellas y utensilios que circulen de mano en mano. Aunque ya casi todos tuvimos COVID-19 decidimos cuidarnos lo más posible.
Evaluación:
En este caso, el hecho de que se autoaislen una semana antes y que muchos de los integrantes hayan tenido coronavirus da más seguridad para este encuentro de veintidós personas, que ya es un número elevado. Es por eso ideal que lo hagan al aire libre. Recomiendo conservar cierta sectorización, tal vez entre los que ya tuvieron y los que no tuvieron, por ejemplo. De todos modos recordemos que existe la reinfección, por eso es importante cuidarse, para que traten de evitar infectar al resto.
Con respecto al momento de la comida, también podría funcionar la sectorización por familias, que cada una lleve sus propios utensilios. También se puede colocar una mesa central y acercarse cuidadosamente, por orden. Siempre con el tapabocas puesto y un alcohol en gel cerca.
Caso tres:
Guadalupe se reunirá con doce personas. Decidió no invitar a sus padres, son personas mayores en situación de riesgo. Sin embargo, ellos participarán de manera virtual.
Como vivo en un departamento lo haremos dentro con amigos cercanos. He decidido y comunicado que en la entrada dejaré un trapo con lavandina (lejía) para limpiarse los zapatos. Luego les pediré a los que vengan que se quiten el calzado. Compré botitas descartables para que se las coloquen en los pies. El saludo será menos afectivo que otros años: codo y puño. El menú ya está listo: canapés pequeños, piezas de sushi y platos fríos para comer con la mano. Eso nos obligará a mantenernos de pie y no aglutinarnos en una mesa. Las ventanas permanecerán abiertas para que circule el aire. Por último prenderé la computadora para que mis padres se conecten vía Zoom. Todos los invitados están avisados. Creo que es una forma de hacernos compañía.
Evaluación:
Este caso es más peligroso, habría que ver la superficie del departamento. Aunque las ventanas estén abiertas, puede no circular correctamente el aire. Por eso es recomendable hacerlo en lugares abiertos.
En relación con la comida, es mejor que cada persona lleve lo suyo. En este caso no será así, entonces lo mejor será verificar que la persona que elaborará los alimentos tenga guantes, tapabocas y que obviamente haya sanitizado los productos antes de la elaboración. Vuelvo a insistir con el cuidado del aglutinamiento a la hora de acercarse todas las personas a una misma mesa. Recordemos que la mascarilla de plástico es más efectiva para evitar la transmisión que se produce por la eliminación de las gotitas de flügge.
Destaco la cuestión de los padres. Es lo mejor en las familias donde hay adultos de riesgo. Es fundamental no romper esa burbuja para que puedan volver a festejarlo el año que viene todos juntos.
Caso cuatro:
Belén se reunirá con su familia, son trece en total. Entre ellos hay adultos mayores y niños.
Con mi familia hemos decidido hacer las compras con dos semanas de anticipación para evitar circular por lugares multitudinarios. Sabemos que el supermercado es uno de ellos. Haremos la cena en el patio con mesas separadas. Serán tres en total. Cada mesa la ocupará una burbuja familiar. Cada familia traerá un plato abundante de comida y su propia vajilla. No llevaremos regalos.
Evaluación:
En este caso se cumple mi consejo sobre la comida. Aquí destaco el tema de los niños. Si son de una misma burbuja, es importante limpiar el piso porque es donde se tiran y pasan tiempo. Si los niños son de una edad en la que entienden el contexto que estamos viviendo, es importante que no rompan el círculo familiar con los demás niños que no son de su círculo. Si eso no se puede controlar es importante hablarlo entre los adultos para ver alternativas de cuidado.
Algunas recomendaciones extra a tener en cuenta según la infectóloga Gabriela Piovano:
- El traslado hacia las fiestas también es importante. Si alguien se trasladará en transporte público y estamos yendo a un sitio donde hay gente de riesgo sería ideal viajar con algo que pueda cubrirse y descartar en la entrada de la casa. Puede ser un guardapolvo, por ejemplo.
- Lo ideal es no extender los encuentros, hacerlos medianamente breves.
- Todos los sitios deben tener el bote de alcohol en gel en la puerta para evitar ingresar hasta el baño directamente y cruzar el lugar sin haberse sanitizado las manos.