El término “industria refresquera” se menciona mucho para describir cómo las compañías de refresco poseen la tendencia a actuar como grandes compañías de petróleo y tabaco, mismas que ejercen un poder de presión y presupuestos publicitarios de igual magnitud.
Puede que suene exagerado comparar las grandes compañías de refresco (The Coca-Cola Company, PepsiCo y Dr Pepper Snapple Group) con corporativos como Philip Morris, pero una demanda reciente declara justo eso.
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La demanda, presentada por el grupo de defensa de salud pública The Praxis Project, declara que Coca-Cola “engaña” deliberadamente a los consumidores sobre los riesgos para la salud que generan las bebidas endulzadas con azúcar. Asimismo dice que para lograr esto, la compañía de refrescos recibe ayuda de la American Beverage Association (ABA).
Más específicamente, Praxis asegura que Coca-Cola y la ABA “impulsaron una campaña de tergiversación y decepción” en 2012, desencadenada por un cuerpo creciente de estudios científicos que relaciona el azúcar con la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
La parte demandante también acusa a Coca-Cola de promocionar los productos azucarados a niños “a escala masiva”, a pesar de las promesas categóricas de hacer lo contrario. Y es entonces que la farsa cae. “Al igual que la industria del tabaco, Coca-Cola necesita reforzar las filas de sus clientes y trata de reclutarlos cada vez más jóvenes”.
Y esa no es la única comparación con la industria del tabaco. “Así como la industria del tabaco formó el Tobacco Industry Research Committee (Comité de Investigación para la Industria del Tabaco) en 1953 para responder a la evidencia científica que relacionaba el tabaco con el cáncer de pulmón”, la demanda continúa diciendo, “la estrategia de Coca-Cola era ‘cultivar relaciones’ con grupos científicos como estrategia para ‘balancear el debate’ alrededor de las bebidas endulzadas con azúcar”.
Cuando se le preguntó su opinión al vicepresidente de ABA William M. Dermody Jr., publicó una declaración, donde afirma que las decisiones tomadas han sido “a favor de la industria entera”.
“Las compañías estadounidenses de bebidas sabemos que tenemos un importante papel para abordar los retos de salud que enfrenta esta nación (EEUU)”, dijo. “Es por eso que nos comprometemos con grupos de salud y organizaciones comunitarias para conducir a la reducción del azúcar y calorías en bebidas. Las acusaciones sin fundamento como éstas no hacen nada por confrontar las inquietudes sobre la salud; sin embargo, las acciones que estamos tomando, particularmente en áreas donde los índices de obesidad son más altos, pueden hacer la diferencia”.
Coca-Cola, por su parte, dice que las acusaciones son injustas, dado lo mucho que se han enfocado en apuntar hacia una línea de producción más saludable.
“Esta demanda carece de mérito legal y factualmente”, Coca-Cola dijo a MUNCHIES vía correo electrónico. “Tomamos muy en serio a nuestros consumidores y su salud; hemos atravesado una transformación para convertirnos en un compañero más creíble y práctico que ayude a que los consumidores a manejar su consumo de azúcar. Para este propósito, hemos fomentado que la industria adopte un etiquetado claro y al frente de los envases para todas nuestras bebidas”.
Coca-Cola también dice que se enfocará en ofrecer nuevos productos y no dirigirse a niños con sus anuncios publicitarios.
“Estamos innovando para expandir el rango de productos menos calóricos y sin calorías, ofreciendo y promocionando bebidas en tamaños más pequeños, reformular productos para reducir el azúcar añadido, divulgar de manera transparente nuestro fondo de investigación científica para la salud y el bienestar y nuestras asociaciones, así como no hacer propaganda para niños menores de 12 años. Continuaremos escuchando y aprendiendo de la comunidad para la salud pública y seguiremos comprometidos en desarrollar un papel importante en la lucha contra la obesidad”.
La demanda es presentada mientras las compañías de refrescos luchan para reinventar y vender sus refrescos emblemáticos al mismo ritmo que alguna vez tuvieron, así como en medio de un ambiente donde los impuestos sobre refrescos se vuelven cada vez más populares en todo el mundo. La industria refresquera podría sentirse más y más pequeña, mientras las tendencias de los consumidores cambian.