Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.
Hace cuatro años, el agricultor Sankalp Singh Parihar viajó a la ciudad de Chennai, al sur de la India, en busca de semillas híbridas de coco. Durante el viaje en tren, entabló una conversación con un hombre que estaba sentado frente a él. Cuando el sujeto se enteró de que Parihar era agricultor, se ofreció a venderle un retoño especial de mango por 2.500 rupias (33 dólares).
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Por curiosidad, decidió arriesgarse y comprarlo.
“No sabía qué raza de mango era, pero la llamé Damini en honor a mi madre y la planté”, contó Parihar, quien vive en la ciudad de Jabalpur, al centro de la India. “Lo cultivé [el retoño] como una planta de mango ordinaria, pero unos meses después, vi que había desarrollado un hermoso color rojo”.
Cuando se supo que Parihar tenía una variedad especial de mango color rojo en su finca, empresarios de las ciudades indias de Surat y Bombay se acercaron al agricultor. “Fue solo cuando me ofrecieron más de 21.000 rupias (283 dólares) por él que me di cuenta de que era algo valioso”.
El mango especial que había comprado por casualidad era, de hecho, el mango japonés miyazaki, considerado la variedad de mango más cara del mundo.
También conocido como el “Huevo del Sol”, el miyazaki se encuentra a menudo en subastas especiales en Japón. Según un reportaje de los medios de comunicación locales de ese país, una caja de dos mangos miyazaki fue vendida por medio millón de yenes (4.500 dólares) en 2019. En promedio, un solo mango miyazaki cuesta 50 dólares y se considera un producto de lujo, como un chocolate premium, en lugar de una fruta ordinaria.
Estos mangos tienen una piel exterior color rojo intenso, una textura que se derrite en la boca y un sabor excepcionalmente dulce. “La pulpa es como gelatina, el color es deslumbrante e incluso puedes comer la cáscara”, dijo Parihar.
Provienen de la prefectura de Miyazaki en la isla de Kyushu, al sur de Japón, y se cultivan en condiciones rigurosas bajo un estricto control de calidad para garantizar un contenido de azúcar del 15 por ciento y un peso mínimo de 350 gramos. El proceso requiere una gran cantidad de mano de obra. Los productores japoneses suelen suspender el mango dentro de una pequeña red en un invernadero a temperatura controlada. Esto garantiza que el mango reciba suficiente luz solar para desarrollar su distintiva cáscara roja y le permite caer naturalmente en la red cuando está maduro y dulce.
Sin embargo, según Parihar, los mangos pueden crecer orgánicamente en el clima fresco y húmedo de la India sin necesidad de atención especial.
“Como no sabía de qué raza eran estos mangos, los cultivé como haría con cualquier variedad india ordinaria como la alfonso”, explicó.
Parihar planea hacer que el mango más caro del mundo sea más accesible para los agricultores indios. “Mi visión es que todos los hogares indios deberían poder pagar este mango”, dijo. “En Japón es caro porque se cultiva en un entorno costoso. En India podemos cultivarlo de forma natural y reducir los gastos”.
Actualmente, Parihar ha logrado cultivar 52 mangos en su huerto. A pesar de su precio exorbitante, él y su esposa Rani han decidido no vender sus codiciadas frutas todavía.
“Son nuestros bebés y nuestro enfoque en este momento es seguir nutriéndolos y usar las semillas de las frutas para plantar otras nuevas”, aclaró.
La pareja planea seguir cultivando esta variedad especial de mango hasta que pueda llenar todo su huerto. Sin embargo, la atención que han recibido súbitamente por su decisión de conservar la fruta ha hecho que la pareja se preocupe más por la seguridad: contrataron un ejército de nueve perros guardianes y tres guardias de seguridad para proteger sus mangos 24 horas al día.
“El año pasado, después de que un canal de noticias local reportara que teníamos estos mangos, un ladrón entró y se robó 14”, dijo. “Así que ahora contratamos a un equipo de guardias y les pagamos 108 dólares al mes. Prefiero pagar por la seguridad que perder estos mangos, que para nosotros valen mucho más que dinero”.