Podría hacer una lista infinita de canciones de orquesta. Ser de pueblo es lo que tiene. El “Soldadito marinero” de Fito & Fitipaldis, “Chiquilla”, “No rompas más”, “Que la detengan”, “20 de abril”, “Necesito respirar” de Medina Azahara… He bailado en verbenas con gorros de paja promocionales más que con tacones en discotecas y recuerdo enamorarme de un cantante de orquesta con “La mayonesa” cuando tenía 10 años.
Los repertorios de orquesta son heterogeneidad pura. Conscientes de que su público oscilará entre los 0 y los 100 años y se moverá entre los amantes de los clásicos y los que disfrutan con las radiofórmulas, las orquestas de pueblo han perfeccionado durante años el arte del sincretismo musical. Así que he decidido contactar con varias de ellas para saber más acerca de su abanico sonoro y de cómo le toman el pulso a la actualidad musical.
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En mi búsqueda de fuentes, me encuentro que, aunque la heterogeneidad es la característica definitoria de los repertorios de orquesta, cada banda conserva su idiosincrasia. Charly, de Supersónica, que me dice que aunque los músicos de su orquesta vienen del rock y del metal y “se les ve bastante el plumero”, tocan todos los palos, de las rancheras al pop.
Nuevo Compás es otra de las agrupaciones con las que hablo y, aunque versionan temas como “Despacito” o “Ai seu ti pego”, su fundador me reconoce que el momento más emotivo del año es cantar para la Virgen del Carmen de Nerja.
En La Misión, me dice Esteban, tienen un estilo muy espectacular, y no dudan en tirar de espectáculos de pole dance o caracterización para divertir a su público, mientras que en la Orquesta Costa de Almería destacan por sus pases de rock al final de cada actuación. A todos ellos les propuse diseccionar sus repertorios y todos ellos me hablaron de sus canciones sin pelos en la lengua.
La canción que están hartos de tocar
Pero tienen que tocarla. Porque es un clásico en el imaginario popular o porque es el tema que lo está petando en la radio y todo el pueblo espera escuchar. En La Misión, una orquesta madrileña que recorre toda nuestra geografía, siguen tocando “La Macarena” aunque estén hasta las narices de ella según cuenta Esteban, uno de sus miembros.
En Nuevo Compás, una agrupación andaluza, hacen lo mismo con “Paquito el Chocolatero”, igual que en la orquesta Costa de Almería, según confirma Tere, su portavoz. Los miembros de Supersónica, una orquesta compuesta por músicos que vienen del rock pero que se declaran polifacéticos, podrían tocar “Dolores se llamaba Lola” de Los Suaves o “Jesucristo García” de Extremoduro con una venda en los ojos y después de comerse un kilo de peyote.
La más rara de su repertorio
En todo repertorio de orquesta tiene que haber un golpe de efecto, una canción que haga que el público se emocione. Para conseguirlo, algunas, como Nuevo Compás, optan por la interacción. “Cantamos el Chu-Chu-Gua, una pachanga para jugar con el público, y ‘Soy una taza, una tetera…’”, confiesa su creador, José Manuel Esteban.
En Supersónica echan mano del factor sorpresa. “Algo ‘peculiar’ que hacemos es empezar el “Ave Maria” de Schubert (solo piano y voz) y a mitad de la pieza el guitarrista interrumpe con el riff de ‘Highway to Hell’ de AC/DC, con la consiguiente aprobación y entusiasmo de todo el público”, me comenta Charly. Esteban también me habla del número más loco de la orquesta La Misión. “Cantamos ‘El Perdón’, de Enrique Iglesias, en versión flamenquito y con un número de pole dance. Es una cosa muy loca pero que funciona muy bien”. En Costa de Almería tiran de clásicos actualizados. “Tenemos una versión rockera de ‘Un beso y una flor’ que siempre triunfa mucho”, me cuenta Tere.
El tema clásico que triunfa entre la chavalería
No sabemos en qué momento escuchar la música de nuestros padres (en español, no hablo de la Velvet ni de los Beatles) empezó a ser motivo de orgullo pero ocurrió. Quizá fue cuando el Sonorama programó a Raphael o cuando Los Chichos compartieron cartel con Radiohead en el Primavera. Las orquestas también notan esta tendencia, y me cuentan cuáles son los temazos vintage que triunfan entre la chavalería.
Charly Cabrera, de la orquesta Supersónica, afirma que tienen un mix llamado “Nostalgia” que funciona sorprendentemente bien entre los más jóvenes. “Mezcla temas como ‘Cuéntame’ de Fórmula V o ‘Vivir así’, de Camilo Sexto”. Esteban Piñero, de La Misión, está seguro de cuál es el temazo viejuno definitivo porque cuando lo tocan “la gente se vuelve loca”: “Mi gran noche”, de Raphael. Tere de la orquesta Costa de Almería lo suscribe. José Manuel Esteban de Nuevo Compás ha comprobado que el “Mambo Number 5” le entra igual de bien a los abuelos que a las nietos.
El que fue temazo pero ya no lo peta nada
¿Qué fue de “El venao”, esa denuncia pública de infidelidad a ritmo de música latina? ¿Y de “La copa de la vida” de Ricky Martin? Hay temas destinados a petarlo muy fuerte y caer en el olvido con la misma fuerza. Temas que, un día, alguien rescata en un after justo después de buscar en Google “Raulito de mayor” y “Qué ha sido de Ismael Beiro”. Canciones que fueron el truco final de muchas orquestas durante un tiempo y que, un día, dejaron de funcionar. La gente ya no se emocionaba con ellas.
El “Ai se eu te pego” o “La Macarena” de los brasileños, son algunos de ellos según José Manuel de Nuevo Compás. Esteban, de La Misión, me recuerda que una vez existió una canción que empezaba así: “Fui a la discoteca a ver si me conseguía una fresca” y cuyo estribillo decía “Se la llevó, el tiburón, se la llevó, el tiburón, el tiburón”. “Últimamente nos hemos dado cuenta de que no funciona, así que la hemos dejado de tocar”, concluye. “La bomba”, el temazo de King África que le puso banda sonora al verano del 2000, también ha caído en desgracia, y así lo ha percibido la orquesta Costa de Almería.
El hit que más les pide el público
Es un clásico. Vas ya con unas cuantas gotas de alcohol en sangre y quieres que toquen un temazo que probablemente hayas escuchado más de una vez en sesión privada en Spotify. Te acercas al bajista, que está en la esquina y es el que más pinta de majo tiene —porque los bajistas son siempre los que más pinta de majos tienen— y se la pides discretamente. O se la voceas a la orquesta entre canción y canción.
Pero, ¿cuáles son los temas que más pide la gente? En la orquesta Hotel Cochambre les suelen reclamar su imitación de Julio Iglesias y temas de Sabina, dos clásicos de la música patria, pero a Nuevo Compás y a Costa de Almería les están pidiendo el “Despacito” en cada actuación últimamente.
“A nosotros nos suelen pedir mucho canciones de Extremoduro”, me cuenta Charly, de Supersónica. “Alguna vez hemos tenido la osadía de no tocar ningún tema suyo y siempre hay alguien que nos lo recrimina”. Esteban reconoce que “no nos sabemos ninguna de Los Suaves y es un himno nacional”. Y, como tal, tienen que tocarlo en muchos de sus bolos a petición de la audiencia.
La canción que nunca les piden pero la peña siempre baila
Esa en la que la gente empieza a sacar los móviles para inmortalizar a sus amigos dándolo todo y mandarlo por el grupo al día siguiente. Esa. En Nuevo Compás siempre consiguen animar al público con “Salta”, de Tequila, y en Costa de Almería tiran de clásico. “‘Highway to hell’ siempre es un acierto”, dice Tere.
En La Misión notan que la gente se viene arriba sin fallo con “Felices los cuatro” de Maluma, pero cambia cada año según me dicen. Supersónica, por su parte, echa mano del orgullo de clase. “‘El vals del obrero’ de SKA-P o ‘Fiesta pagana’ de Mago de Oz son momentos de subidón asegurado”, comenta Charly. Y lo suscribo. He visto a hijos de concejales del PP desgañitándose cantando “este es mi sitio, esta es mi gente” en la macro de mi pueblo.
La que les flipa tocar pero no funciona
A las orquestas les pasa a veces lo que a muchos nos ocurre cuando defendemos el trap: que no conseguimos convencer de que mola porque no estamos ante la audiencia adecuada.
Es la sensación que tienen en Supersónica y así lo describe Charly: “De vez en cuando intentamos probar cosas diferentes y no siempre tienen la misma aceptación. Este año hemos visto que grupos como Hamlet o Sôber, que a nosotros nos encantan, no terminan de cuajar con el tipo de público que viene a vernos. Aunque siempre hay excepciones y hay quien nos los agradece muchísimo”. En La Misión les pasa lo mismo con una versión de Vetusta Morla y en Nuevo Compás con “El Lago”, uno de los temas que mejor representan el rock andaluz de Triana.