Feministas responden dudas sobre el feminismo

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Todos somos machistas. Algunos en rehabilitación y otros no, pero todos somos producto de un sistema tan antiguo como la especie humana: el patriarcado. Y la única manera de redimirnos es el esfuerzo. El esfuerzo por desaprender conductas machistas y el de estar atentos para localizarlas. El esfuerzo de leer, de informarnos, de reflexionar y debatir sobre ello. Y el esfuerzo de tratar de explicar nuestra posición como feministas.

Te habrá pasado más de una vez y más de dos eso de que te pregunten que por qué se llama feminismo y no igualdad. O que te digan que si es necesario ir en tetas para protestar, o si todas las feministas vamos sin depilar y por qué.

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Pero también te habrá pasado que te hayan preguntado si estás a favor o en contra de legalizar la prostitución, o si te molestan los chistes machistas, y te habrás descubierto a ti misma respondiendo y aprendiendo al mismo tiempo. Y eso hemos hecho hoy.

Le hemos pedido a diez personas que no utilizan la palabra “feminazi” si no es con ironía que nos expongan sus dudas sobre el feminismo y a diez feministas de distintas edades que se las resuelvan.

Una persona que se considere feminista, ¿qué opinión tendría sobre la exposición a la que algunas mujeres se someten en las redes sociales? Tenemos por un lado la postura que denuncia la cosificación de la mujer y que podría estar en contra de que una chica busque los likes ajenos luciendo tipo. Pero, por otro lado, tenemos la postura feminista que defiende la liberación y el empoderamiento femenino y que aboga porque cada chica luzca su cuerpo como quiera. ¿Con cuál nos quedamos? (Álvaro, 24 años)

Las mujeres no se someten a nada, tenemos que dejar de echarnos la culpa de todo, incluso de estar oprimidas. Crecemos en un patriarcado, un sistema que te condiciona en todos los aspectos de tu vida, así que una mujer no se hipersexualiza a sí misma. Es la sociedad la que lo hace, la piel es piel. Es muy significativo que una foto tenga más likes si se ve más cuerpo, denota que el mundo nos sigue cosificando, y da más importancia a una mujer por su cuerpo que por cualquier otro atributo.

Paula Cariatydes (20 años), make up artist

¿Por qué justo ahora hay tanto movimiento feminista, no es un poco una moda? (Borja, 24 años)

Negativo. Una moda es algo pasajero y cambiante. Los pantalones de campana son una moda, un bar puede estar de moda, la quinoa, decir ‘debuti’. Pero el feminismo es un movimiento social que lucha por una injusticia y una desigualdad de derechos arraigada desde siempre y que se está luchando contra ella constantemente desde hace muchos años.

Casi todo el machismo se debe a pensar que las mujeres seamos las perdedoras, se debe a estar acostumbrados a que lleguemos en segundo lugar o seamos completamente descalificadas; por eso quizás se ve este movimiento como algo que llegará a su fin y no como una verdadera revolución.

O quizás se le llama moda por ignorancia y sencillamente la gente se refiere a que está a la orden del día y que hay noticias constantemente sobre el tema, no lo sé. Pero desde luego son tiempos de cambio y son tiempos incómodos y agotadores para todos. Pero esta no es la meta en absoluto, este es el camino necesario que nos llevará a un mundo más justo. Y espero que eso sea lo que todas las personas queremos: un mundo mejor.

Carlotta Cosials, cantante de Hinds

Como hombre, ¿cómo puedo hacer para no tener privilegios y sumarme a la lucha feminista? (Guillermo, 26 años)

Me encanta esta pregunta porque mucha gente cree que la lucha feminista es solo de mujeres. El objetivo es conseguir la igualdad así que por supuesto es una cosa de toda la sociedad.

Muchas veces me he encontrado a hombres que no entienden porque tienen que hacer algo si ellos no son machistas… Ahí está la clave.

Todos hacemos cosas que son machistas porque desde pequeños hemos visto cosas o hecho que parece que estén bien y no lo están. Sin más rollos, lo primero que tienes que hacer es reconocer el problema que hay. Leer, leer y leer. Esto no lo enseñan en el colegio, tenemos que informarnos por nuestra cuenta. Podrías empezar con el libro de Chimamanda Ngozi Todos deberíamos ser feministas.

La educación es la base de todo este problema y los libros feministas te ayudarán a detectar micromachisimos de los que antes no eras ni consciente. Por supuesto si vives en tus propias carnes alguna injusticia machista, como cobrar más que tu compañera de curro, o ves algún síntoma de violencia de género de cualquier tipo, por favor no mires hacia otro lado.

Puedes actuar hasta en cosas que te pueden parecer una chorrada, en tu rutina, como decir algo cuando tus colegas envíen fotos y vídeos guarros a tu grupo de WhatsApp… incluso ahí no mires a otro lado, no vale con borrarlo. Habla, alza la voz con nosotras.

Andrea Savall, fotógrafa y creadora de Girls From Today

Foto por Elvira Viedma

Si soy cortés con las mujeres, si soy caballeroso y les llevo bolsas si vamos a comprar, les abro la puerta, ¿estoy siendo machista? (Juanjo, 28 años)

Sí. ¿Si fueses con un amigo de compras le llevarías las bolsas? Me apuesto lo que sea a que no lo harías, a no ser que te lo pidiera porque necesita ayuda en un momento determinado. Una cosa es ser amable y otra cosa es ser ‘caballeroso’, palabra que fácilmente permite percibir el halo de machismo que la envuelve. Que me abras la puerta al bajarme de un coche o que me cedas un asiento en el autobús simplemente por el hecho de ser mujer, es machista.

Estos actos de ‘caballerosidad’ tienen su origen en la idea de que las mujeres somos más débiles físicamente que los hombres y por lo tanto no somos capaces de salir de un coche por nosotras mismas, de abrir una puerta o de aguantar un trayecto en transporte público de pie. Son costumbres machistas muy normalizadas que hay que abolir cuanto antes ya que perpetúan la falsa imagen de que las mujeres somos débiles.

Sin embargo, que me abras una puerta cuando voy cargando con una caja enorme, o con siete bolsas, no es machista, ya que me estás ayudando, igual que ayudarías a un hombre en la misma situación e igual que haría yo contigo.

Mimí Granizo (25 años) creadora de Mad Girls Magazine

¿Cuál es la diferencia entre feminista y feminazi? Parece ser que esto no está superado y se sigue atacando a mujeres con este término (Laura, 30 años)

Creo que, a día de hoy, el feminismo está mucho más integrado que en el pasado, pero aún así sí que tenemos que enfrentarnos a comentarios como “las feministas no buscan la igualdad, buscan una lucha con los hombres, son unas feminazis”… Lo primero, el feminismo no busca la igualdad: busca la liberación de la mujer, y con ella se conseguirá la igualdad.

Se les llama feminazis a las supuestas feministas radicales, exageradas… ¿son las mujeres que protestan por las desigualdades las radicales y no quienes ejercen y fomentan esas desigualdades? ¿De verdad sigue habiendo gente usando este término? Seguramente quienes lo hagan no hayan intentado entender siquiera la situación. A los hombres les cuesta mucho deshacerse de sus privilegios y entender lo que significa ser feminista y el poco sentido que tiene la palabra feminazi.

Leyre Gaforio (15 años), estudiante. Pertenece al colectivo feminista Arco Iris Feminista

¿Dónde están los límites de los micromachismos y hasta qué punto han de vetarse tanto para hombres como para mujeres? ¿Dónde esta el límite entre la broma y la ofensa? ¿Cómo se puede combinar el humor negro, con los micromachismos para no caer en el error de herir la sensibilidad de la otra persona? (Jaime, 26 años)

Bueno, te diría que cada día encuentro nuevos micromachismos que no tenía localizados, entonces todavía me cuesta decir dónde estaría el límite, aunque creo que no debería haberlo, si es micromachismo, se quita, se sustituye. Hay que evitarlos por completo, desde un punto de vista educacional, no deberíamos permitir decirlos, ni entre nosotrxs ni a nuestro alrededor, porque aunque nosotrxs ya vivimos bajo el yugo de habernos desarrollado mentalmente bajo su influencia, para evitar que las sociedades venideras sigan con esa malformación de la idea de mujer, se debe crecer en un ambiente libre de ellos.

En cuanto al límite del humor y la ofensa, creo que el límite aquí reside en la persona que hace la broma y sus segundas intenciones. Aunque creo que en el campo del feminismo, como en el racismo, las bromas las deberíamos esquivar hasta que de verdad sea un tema de risa del pasado.

África Pitarch, arquitecta e ilustradora

Roger González

¿Cuál es el límite entre ligar y acosar? (Fernando, 31 años)

Como entre el amor y el odio y la cordura y la locura, hay una fina línea también entre el ligar y el acosar. Lo único que la diferencia del resto es cuánto brilla esa línea, y la del acoso brilla mucho. Brilla tanto que se ve muy clara, tan clara que hasta un tonto podría verla. Otra cosa es que quiera verla.

Básicamente, cuando una mujer de primeras dice que no en una situación como puede ser en una discoteca o en ámbito de fiesta, es que no. Se dice mucho que “depende de cómo lo diga o la cara que ponga”, pero como la mayoría de los hombres no tienen ni idea de leer a una piba, cuando ocurre eso tendrían simplemente que girarse e irse. Si una persona no está receptiva por qué razón vas a insistir, tronco.

Y cómo olvidarse de esas frases que utilizan para convencerte de que quieres su morcilla. Y cómo olvidarse también del espacio que dejan entre su boca oliendo a alcohol y la tuya que cada vez se tensa más. Yo flipo cuando a un pibe le digo que no y me dice “vale” y se va. Qué pena que sea tan impresionante cuando debería ser lo normal; pero lo normal es que te acosen de fiesta y arriesgarte a que te den un guantazo o te violen o cualquier mierda. Pussy Power y que le jodan al machirulo.

Adriana Roslin (23 años), fotógrafa

¿Es compatible ser feminista y estar a favor de la prostitución? (Eva, 27 años)

Las voces regulacionistas sostienen que la prostitución es un trabajo como cualquier otro y que empodera a la mujer. Afirman que hay que legalizarlo, a pesar de que las mujeres son cosificadas, mercantilizadas, maltratadas, obligadas a tener relaciones sin protección, sexo sin deseo… porque ellas consienten “libremente” a cambio de dinero.

Para nosotras, las abolicionistas, ese no es el debate. La pregunta no es si las mujeres tenemos derecho o no a prostituirnos, la pregunta es si los hombres pueden seguir haciendo negocio y accediendo a nuestros cuerpos por dinero. Cuestionamos a puteros y proxenetas, nunca a las prostitutas. Porque si escuchas a mujeres supervivientes del sistema prostitucional, aprendes que el consentimiento dado en una situación de vulnerabilidad (no tener papeles, trabajo, haber sufrido abusos y violaciones, estar amenazada, no ver otra salida para sobrevivir…) queda anulado.

El argumento de la “libre elección” no se sostiene. Se calcula que más del 80% de las mujeres que se prostituye lo hace en contra de su voluntad. La demanda es tan brutal que no es posible satisfacerla con las que dicen ejercer “libremente”. Así, millones de mujeres son explotadas para que los proxenetas se sigan enriqueciendo a su costa. Para nosotras, por lo tanto, el feminismo es por definición abolicionista. Consigamos la igualdad real y ese día, y no antes, veamos cuántas mujeres deciden prostituirse.

Teresa Lozano y Zúa Méndez, Towanda Rebels, activistas feministas

Esa pregunta está mal planteada y es un sin sentido. Nadie defiende la prostitución, se lucha por el reconocimiento de derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales. La prostitución está atravesada por todas las problemáticas sociales que están presentes en los demás trabajos. Es justamente la falta de derechos lo que da pie a que las trabajadoras sexuales estemos más vulnerables a la violencia policial, social, institucional y por parte de clientes. No veo a nadie debatir sobre la existencia del trabajo doméstico, para todo el mundo es ridículo pensar que sin derechos las limpiadoras van a estar mejor o que el mundo será un lugar menos machista.

El feminismo que excluye a las putas, deja afuera a mujeres precarizadas: clase obrera, madres, mujeres trans, racializadas, sin papeles, sin estudios. Las putas están siendo deportadas, sin opción a regular su situación a pesar de que están trabajando, son multadas, explotadas laboralmente, tienen dificultades para acceder a una vivienda u otros puestos laborales, compañeras que llevan toda la vida siendo putas no podrán tener una jubilación. ¿Es compatible ser feminista con dar la espalda a esas mujeres o hablar por nosotras sin escuchar lo que necesitamos? Para mí está muy claro, sin las putas no hay feminismo.

Natalia Ferrari, trabajadora sexual

¿No da miedo que el feminismo esté siendo mercantilizado por marcas y que al final, como cualquier moda, -que es en lo que lo están convirtiendo revistas de tendencias y marcas-, sea algo pasajero? (Marta, 31 años)

Depende de si concebimos como el mismo feminismo el vender camisetas de “girl power” desde Inditex y el salir a la calle a dejarse la voz por los 97 feminicidios del año pasado. El mercado y el capital con sus estrategias siempre ha ideado formas de vender según la demanda de la gente, y sabemos que es experto en despolitizar símbolos con tal de imprimirlos en una prenda. Hace años la cara del Che figuraba en camisetas de multinacionales cuando sabemos que la lucha política de este personaje era totalmente contraria a aquellos que patrocinaban su imagen. De esta misma forma es contraproducente vender o consumir productos que a primera vista defienden los derechos de las mujeres cuando éstos artículos han sido producidos gracias a la explotación de una mujer en un país en vías de desarrollo.

El feminismo no es ninguna moda, es una causa defendida desde hace ya un siglo y del que se espera que con tiempo llegue aún a más lugares con sus reivindicaciones. No es algo efímero. Lo que sí lo debería ser es el sistema capitalista que se lucra de una lucha que está en contra de él mismo, puesto que el machismo está alimentado por el sistema y el mercado, que explota, hipersexualiza y oprime a la mujer. En conclusión, no me da miedo que el feminismo se conciba como moda porque claramente no lo es, ni va a cesar de crecer, me da miedo que se siga apoyando a un sistema que nos engañe y se ponga la careta de “feministo” cuando cada día intenta atarnos más. Construyamos su alternativa y crezcamos como mujeres, ¡unámonos!

Marina Merino (17 años) estudiante, activista feminista y miembro de Juventudes Comunistas