Felipe Almendros (Barcelona, 1976) no es lector de cómics y sin embargo es uno de los mejores autores de cómic contemporáneos, o esa fue al menos mi conclusión después de haber leído S.O.S., y R.I.P. No ocultaré, por tanto, que me hizo ilusión descubrir que VIP, el libro con el que cierra ahora su trilogía, simula el formato de una de nuestras revistas.
Su cubierta/portada envuelve casi quinientas paginas por las que desfilan amigos y familiares del creador, además de un periodista que dice estar basado en mí, que no me conoce de nada. Un hallazgo y un honor que no solo triplica mi sorpresa, sino que me convierte en una especie de personaje atolondrado de Twin Peaks, que ya no sabe si es él o su alter ego en las viñetas quien le entrevista.
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¿Es todo una emboscada? ¿Son las gafas 3D y el CD (con una canción del chiste del perro Mistetas) que acompañan este volumen armas hipnotizantes?
VICE: ¿Por qué diseñaste este libro como si fuera una de nuestras revistas?
Felipe: Por una parte me iba bien, por las letras para hacer un juego de palabras con la palabra VIP. Necesitaba una revista de ese perfil para la historia y me pareció perfecto usar VICE.
La verdad que no tenía muy claro si te iba a gustar que añadiera tu personaje a la historia. De hecho, eres el único que apareces que no es de mi círculo familiar o amigos, pero necesitaba el papel de un periodista dentro de la historia y pensé que sería bueno usar alguien real, como con el resto de personajes.
Es extraño verme a mí mismo en el cómic, como el periodista que te descubre, y estar ahora entrevistándote.
Claro, eso es lo que intentaba. Jugar con esa metahistoria. Que no se quedara sólo en lo que se cuenta, sino que todo eso transcendiera a la realidad, como la que estamos viviendo ahora mientras me entrevistas, o como el disco o los retratos que aparecen en el libro y que serán una exposición real con cuadros al óleo.
Aún estoy intentando entender por qué he tenido la necesidad de cerrarlo como trilogía, pero cuando lo averigüe, haré algo sobre eso para explicarlo
Cierras una etapa, concretamente una trilogía compuesta por S.O.S., R.I.P. y VIP.
Sí, quería que fuera el cierre de una trilogía, porque sentía que tenía que buscar otras maneras de contar las cosas. O que mi personaje ya no saliera en primera persona.
Aún estoy intentando entender por qué he tenido la necesidad de cerrarlo como trilogía, pero cuando lo averigüe, haré algo sobre eso para explicarlo.
Siempre introduces un cameo de tu obra anterior en la historia y aquí R.I.P. no sale bien parado…
Lo hago para dar sentido y continuidad a la obra actual. R.I.P. aparece como el cómic que dan de regalo en una tienda -es mi manera de decir que me la pela ganar dinero con esto- y uno de los personajes lo tira a la basura porque está más familiarizado con la estética Marvel y no entiende ese tipo de grafismo.
Se cierra a la lectura de otros, libros pero R.I.P. le salva la vida, aunque solo sea como arma. Y eso le da pie a interesarse y a investigar un poco más sobre ese tipo de lecturas. Es una experiencia iniciática de aprendizaje y cambio.
R.I.P. aparece como el cómic que dan de regalo en una tienda. Es mi manera de decir que me la pela ganar dinero con esto
También habrá mucho de aprendizaje en tu decisión de no incluir casi diálogo.
Sí, me alegro de haberlo hecho así, porque aprendí mucho durante el proceso. Me encantó jugar con ese recurso y cada vez le iba encontrando menos límites y más posibilidades. Ya lo había probado en cómics anteriores, pero en éste quería llevarlo al extremo y enfocarlo como un reto. Era una manera de motivarme y hacer el proceso creativo más divertido.
También era interesante buscar recursos gráficos que ayudarán narrativamente sin necesidad de añadir diálogos. Aunque en algún momento decidí que también tuviera un sentido dentro de la historia, una razón de ser, y lo justifiqué a través de la sordera de uno de los personajes.
Un personaje dice: “ya has logrado copiar a la perfección, ahora empieza lo difícil: romper las reglas”. ¿Ha sido ese tu proceso personal?
Sí, es tal cuál lo que me pasó. Aunque sin duda, a nivel técnica, es importante saber dibujar bien para después revelarte contra todo lo aprendido. Supongo que se podría aplicar también a la música, por ejemplo.
Es una manera de buscar la originalidad sin la necesidad de mostrarte como un virtuoso.
Si enfocas la historia desde algo vivido, es muy posible que alguien se sienta identificado y la guarde casi como un recuerdo propio o algo vivido en primera persona
Teaser de VIP, con Philip Almonds actuando en el puticlub en el que vive
Es cierto que, leyendo tu cómic, da la sensación de estar ante algo muy libre.
Soy tímido y reservado, pero en los cómics aprovecho para soltarlo todo. Me cuesta menos expresarme a través de mis dibujos y no aplico ningún filtro. Creo que es la mejor manera de crear una historia muy personal que trascienda en originalidad.
Si enfocas la historia desde algo vivido, es muy posible que alguien se sienta identificado y la guarde casi como un recuerdo propio o algo vivido en primera persona.
Mi personaje quiere ser Bowie para agradar al gran público, pero no lo consigue porque se ha olvidado de ser auténtico
Por el contrario, si intentas hacer algo que le guste a mucha gente, te puede quedar una historia demasiado ambigua, poco personal, que servirá para entretener pero el lector no se identificará mucho.
Cada uno de mis cómics es un poco como una terapia o la forma que he elegido de explicar mis inquietudes, dudas, traumas… Es mejor que un psicoanalista. Y más barato.
Dara Prosa le lleva —te lleva— por ese mal camino de la creatividad.
Ella simboliza la falsa musa que te empuja hacia el camino fácil del éxito. Te obliga a ser alguien que va en contra de tus principios.
Es una lucha personal que vive el protagonista que se debate entre ser el chico de barrio de siempre o alguien que muta y pierde su esencia. Va de rodillas siempre, porque me suplica que elija su camino.
¿Por eso lo de elegir entre apagar el móvil o dejarlo encendido? Elige tu propia aventura.
Lo del teléfono se me ocurrió como metáfora de dejar atrás ni pasado (lo que soy) o apagarlo, para mutar en otra persona que va en contra de mis valores creativos. Y lo de las gafas se me ocurrió, para explicar el filtro con el que la falsa musa ve la realidad, a través de las de las redes sociales y la fama efímera con la que viven algunos. El deseo de existir, o de sentirse aceptado por los demás, a través de los likes.
¿Incluir las gafas 3D y el CD con las canciones fue idea de la editorial o tuya?
Fue mía, de hecho tuve que luchar para conseguir lo de las gafas 3D. Para mí era importante, pero entiendo que para la editorial era una marcianada y un gasto extra. Por suerte, al final conseguí que se hiciera tal y como yo lo había imaginado. Lo del CD me daba hasta un poco de corte, pero me molaba como extensión del libro.
En las viñetas también hay CDs: Bad Religion, Fugazi… Y una camiseta de Joy Division que juega un papel importante.
En el caso de los CDs me dejé llevar un poco por la nostalgia del punk rock que llenó mi adolescencia. Era inevitable no poner a Bad Religion. Y la camiseta de Joy Division es porque, enlazando ideas para la historia, pensé que debía usar alguna que tuviera algún grafismo que pudiera despertar cierto viaje temporal a uno de los personajes.
Las ondas de Joy División que representan el sonido de un pulsar, me iban al pelo. Pero era más una solución narrativa, y no tanto por motivos de fanatismo musical. No me gusta mucho llevar camisetas de grupos, tengo una de Black Flag y poco más.
El puticlub, por ejemplo, simbolizaba para mi la tentación de prostituir mis ideas y aplicarlas mal
Y las de Pryca y Alcampo, con las que te dibujas a ti mismo. Muy de niño de los 90.
Sí, me sirven para situar a mi personaje en el tiempo. Los de mi edad, el Pryca lo relacionamos con el súper que está debajo de las tres chimeneas, pero actualmente, y desde hace un tiempo, ya se ha convertido en Alcampo. Igual es una broma demasiado local, pero me parece una solución gráfica divertida.
También me gustaba eso de ponerme de pequeño con camiseta de publicidad, porque siempre llevaba de esas. Mi madre era la típica que participaba en concursos de enviar códigos de barras para ganar cosas así.
¿Hay tanto de autobiográfico en tu personaje como parece?
Hay mucho, aunque no he vivido en un puticlub, ni muchas otras situaciones que aparecen en la historia, pero siempre hay una metáfora con mi realidad. El puticlub, por ejemplo, simbolizaba para mi la tentación de prostituir mis ideas y aplicarlas mal.
En este cómic he usado un montón de metáforas que iba adaptando de la realidad para hacer la obra más interesante. Yo también trabajo en Correos, pero en ventanilla, aunque para la historia encajaba mejor ponerme de cartero, porque así me podía permitir ir presentando a los personajes. En este caso era una verdad a medias.
¿Eso significa que serías capaz de dibujar en un espacio tan caótico como tu habitación del puticlub?
Lo que me salva de necesitar un ambiente agradable para escribir, es que no escribo guión. Pienso y macero toda la historia y las situaciones en mi cabeza y cuando todo encaja, me pongo a dibujar. Como mucho tomo algunas notas sobre dudas que me van surgieron, pero soy capaz de trabajar en un ambiente caótico, porque es el ambiente familiar en el que crecí. Y es donde me siento cómodo.
Y dibujas retratos de tus familiares, claro.
Antes siempre lo hacía. Dibujaba retratos de mi familia y amigos, incluso me hacían encargos para regalar retratos. Ya sabes, cumpleaños, bodas…
Lo que me gustaba era la respuesta inmediata como dibujante, porque ellos eran felices de verse retratados y yo llenaba mi ego de artista con su admiración.
Se agradece que vuelva a aparecer alguien volando y llevando a otro de la mano, como en S.O.S., y las escenas a doble página que intercalas de vez en cuando.
Esas son escenas de Joaquín en el futuro, en busca del sonido que le haga viajar de nuevo. Son como pequeños avances de lo que vendrá después. En S.O.S. es donde más usé ese recurso de los dos personajes volando aunque, en esa ocasión, era yo quién arrastraba de la mano a un personaje.
Para este cómic, quise darle la vuelta y que fuera otro u otros lo que tiraran de mi. Es una manera de explicar hacia qué camino ir o qué idea elegir.