Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
Nuestra sociedad nos dicen que la censura es buena y que la pornografía es mala, pero ¿qué pasa con los actores porno atrapados en el fuego cruzado de esta narrativa enormemente simplificada? La actriz Jiz Lee lanzó una antología titulada Coming Out Like A Porn Star en 2016, la cual recibió muy buenas críticas. El libro contaba historias profundamente personales y, por lo regular, hilarantes; cargadas de estigmatización, pero que al final nos hablan de la capacidad de resiliencia y el valor de la pornografía.
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Mucho ha cambiado desde 2016, y hay sitios como Lustery y MakeLoveNotPorn que albergan clips progresivos hechos por aficionados para demostrar que la pornografía puede ser realista e íntima. En otros casos, directores como Erika Lust están haciendo películas hermosas que demuestran que el sexo puede tener valor artístico. Pero todavía hay una gran estigmatización contra la cual luchar, así que contactamos a cinco actores del cine para adultos con experiencias totalmente diferentes para que nos contaran qué sucedió cuando le revelaron a sus familiares y amigos que se dedicaban a la pornografía.
Andre: “Mi madre lloró e insistió en que me estaba poniendo en peligro”
Cuando le hablé por primera vez a mi familia sobre mi trabajo sexual mientras estaba en la universidad, su respuesta fue relativamente predecible. Mi hermana menor me apoyó, pero el resto de mi familia prefirió entrar en negación o expresó su desaprobación abiertamente. También les revelé que era queer y no creía en la monogamia; algunos miembros de mi familia vieron estas tres características como una rebelión cruel o una fase temporal. Mi madre lloró e insistió en que me estaba poniendo en peligro, pero nunca pudo describirme cual “peligro” era ése.
Unos años después, cuando ya llevaba más de un año trabajando en la industria del cine para adultos, recuerdo estar en mi habitación en California después de mudarme a casi 5,000 kilómetros de mi familia —lo cual fue una bendición, sin duda—, y llamar a mi madre, con la esperanza de que fuera a visitarme. Le dije que estaba feliz y saludable; que había conocido a un hermoso y poderoso grupo de actores del cine para adultos, muchos de los cuales son activistas de los derechos humanos como yo; que estaba ganando bastante dinero. Le dije que estaba orgulloso. Quería que ella también estuviera orgullosa.
Nada de eso importó. Después de años de esforzarme al máximo para ser tratado con la amabilidad, la compasión y el respeto que merezco, rompí los lazos con mi familia en 2017. Fue la mejor decisión que he tomado. De hecho, aún deseo desesperadamente haberlo hecho antes. Ahora rutinariamente ayudo a otras personas en la industria del sexo; a aquellos que están luchando por liberarse de relaciones familiares que tampoco les brindan apoyo y que simplemente no les sirven.
Paulita: “Nunca sabes cómo van a reaccionar”
Revelarle a las personas este tipo de cosas es un proceso continuo. La primera vez que participé en el porno fue hace casi diez años, y ahora trabajo como productora de pornografía de tiempo completo. En todo ese tiempo, ¡he recopilado miles de historias de la gente que reveló este secreto a familiares y amigos! Un bar es un escenario muy común, donde la gente te pregunta a qué te dedicas. Yo respondo casualmente: ¡’al porno’! Tengo la suerte de vivir en mi burbuja de Berlín, pues las personas tienden a reaccionar positivamente. Tienen curiosidad y quieren saber más, lo que es genial, aunque no siempre tengo ganas de explicar mi existencia.
En general, las personas hablan más abiertamente sobre sexo en público. Pero nunca sabes cómo van a reaccionar, siempre hay que evaluar la situación. No importa lo casual de la situación, una carrera en el porno no es algo “normal”, e incluso las personas bien intencionadas suelen reaccionar de manera infantil.
Decirle a mi madre es una de las cosas más difíciles que he hecho. Nos amamos intensamente, tal vez por eso confrontar sus preocupaciones, sus juicios y su falta de aceptación fue tan doloroso, tanto para ella como para mí. En los últimos años hemos tenido muchas conversaciones al respecto. Ella me reconoce como soy, hace preguntas, a veces lloramos en los brazos de la otra. La última vez que proyecté una película que había producido en España, ella quería ir a verla. “Pero es porno”, le dije. “Lo sabes”. “Lo sé”, respondió ella, “¡seguramente tengo edad suficiente para verlo!”.
NB Jupiter: “Mi hermano menor, literalmente, se encogió de hombros y dijo: ‘genial’. Mi mamá tenía muchas preguntas”
Comencé en el trabajo sexual a los 18 años, cuando empecé la universidad. Como una persona queer, discapacitada y que vive con una enfermedad mental, me pareció una buena manera de mantenerme y mantener mi independencia mientras seguía mi pasión como actriz y creadora. Me enamoré de la comunidad y el trabajo, y tengo la firme intención de continuar en esto después de graduarme.
Primero le conté sobre mi trabajo a mi hermano menor, quien literalmente se encogió de hombros y dijo: ‘genial’. ¡Ese es su sello de oro de aprobación! Seis meses después le conté a mi mamá. Tengo la suerte de que tengamos un vínculo muy estrecho, pero ella también padece ansiedad. Me hizo muchas preguntas, así que le expliqué y me dijo que mientras no fuera algo que hiciera en la vida real (como ser sugar baby y acompañante), estaría orgullosa de mí. Yo sé que no soy capaz de proveer un servicio completo, por lo que me comprometí a mantenerlo en línea.
Dos años después, llamé a mi padre, quien había estado esperando poder ver mi actuación en una pieza en solitario llamada ‘From My Bedroom’, y le describí mi trabajo con ansiedad. ¿Una modelo transgénero que vende clips en línea, todo mientras hace cosplay? Para él, ¡sonaba genial! Me llené de alegría. Sé que soy una de las pocas personas afortunadas; el apoyo y el amor incondicional de mis padres me han permitido crear obras cargadas de activismo. Tengo esperanzas en el futuro; creo que podré ayudar a dar voz a las trabajadoras sexuales (y sí, merecemos capitalizarlo) y asegurar la igualdad que merecemos.
Mercy: “El consejo de mamá fue ‘mientras estés orgullosa del trabajo que haces, estaré feliz de apoyarte’ “
Comencé en la industria sexual a los 18 años. En el club el kinky local, conocí a unos fotógrafos que querían hacer fotografía de bondage. Terminó por fascinarme, pero no sabía que sentir acerca de que mis tetas estuvieran en Internet por siempre, así que le pregunté a mi mamá. Ella había sido stripper en los años 90; sabe bien que el trabajo sexual puede ser una pesadilla, pero que también puede ser empoderador y divertido. Su consejo fue: mientras estés orgullosa del trabajo que haces, estaré feliz de apoyarte. ¡Eso fue maravilloso!
Mis padres están separados, así que mientras mi madre lo aceptó bien, sabía que mi padre no lo aceptaría. Una de mis hermanas se enteró hace unos dos años; vio una foto en línea accidentalmente. En sus palabras, estaba “mortificada”. Empezó a llorar, ni siquiera podía hablar conmigo. Mis hermanas me amenazaron con desconocerme si no renunciaba; me pidieron que abandonara mi trabajo de tiempo completo de seis años sin mostrar ninguna preocupación ni ofrecer ningún tipo de ayuda.
Más tarde, mi padre me dijo que no lo aprobaba, pero que estaba orgulloso de mí. Aún así, se negó a defenderme; me dijo que siguiera intentando con mis hermanas. Me di cuenta de que, esencialmente, me estaba diciendo que continuara permitiendo que me faltaran al respeto, que me trataran como si no fuera un ser humano y que abusaran verbalmente de mí. No puedo aceptar eso. La última vez que hablamos le dije que podía defenderme o dejarme en paz. Creo que eligió dejarme en paz.
Siri: “La verdad salió a la luz mucho antes de lo planeado, y la reacción de mis padres fue muy dura para mí”
Le mentí a mi familia sobre por qué me había mudado a Los Ángeles. Planeé decirles una vez que lograra el éxito en la industria del porno, pero las cosas no salieron conforme al plan. La verdad salió a la luz mucho antes, y la reacción de mis padres fue muy dura para mí; cuestionaron mi cordura y, en un momento dado, incluso dijeron que era como si para ellos hubiera muerto.
Tuve algunos años exitosos y gratificantes como actriz, pero en ese tiempo el contacto con mi familia fue mínimo y muy tenso. Esa fue la razón principal de que me retirara: estar cerca de ellos era, en última instancia, más importante. He estado retirada por cuatro años, pero ellos todavía no reconocen ni entienden mis experiencias. También he enfrentado la estigmatización en otros aspectos de la vida, como en el empleo, las citas y los comentarios inapropiados, incluso por parte de los profesionales de la salud.
Como sociedad, tenemos que hacer un mejor esfuerzo por reconocer que el trabajo sexual es trabajo; que las trabajadoras sexuales son dignas de apoyo, amor y aceptación. Ahora, tengo el privilegio de vivir relativamente en paz en mi vida como ‘civil’, y que la mayoría de las personas solo tengan para mi muchas preguntas. Así que aprovecho cada oportunidad para entablar una conversación significativa; considero que cada una de esas discusiones ayuda a desarrollar mayor comprensión, cuidado y seguridad para las trabajadores sexuales.