Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Andy Warhol (1928–1987) es ahora una estrella más grande en su muerte que cuando estaba en vida. Sus pinturas se venden por cifras que él solo pudo haber soñado, y sus imágenes son licenciadas y reproducidas alrededor del mundo. Su asenso al panteón de genios revela que Warhol conocía a Estados Unidos mejor que lo que nos conocemos a nosotros mismos.
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Warhol transformó la cultura pop en arte fino, subvirtiendo ambos en el proceso. Tomó el ensayo de Walter Benjamin “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” a su conclusión lógica, convirtiendo en arte a la propia acción de la repetición. Al hacerlo, plantó las semillas de todo desde el culto a las celebridades, los realities de televisión, la imagen personal, y la cultura de memes.
Warhol se apartó de su imagen característica de la peluca gris y el uniforme clásico —una camisa blanca de paño con tejido oxford abotonada de Brooks Brothers, Levis azul marino sin lavar, y una chaqueta de cuero negro— y asumió la posición de un oráculo. En público, era un hombre de pocas palabras, guardándose todo para el espectáculo que liberaría en su arte, fotografía, películas, libros, revistas, portadas de discos, y eventos.
“Andy es el vínculo por excelencia con las cosas estadounidenses; no miró hacia Europa, y es por eso que se siente contemporáneo”. le dijo a VICE Christopher Makos, un amigo y colaborador de Warhol. “Bien sea Marilyn Monroe o Elvis Presley, Coca-Cola o la Sopa Campbell, Andy siempre ha incorporado una máquina de relaciones públicas que funciona para él. Ni siquiera tiene que estar presente”.
Más de tres décadas después de su muerte a la edad de 58, el legado de Warhol se está celebrando en una gran exhibición de museo, Andy Warhol—From A to B and Back Again , la primera retrospectiva estadounidense desde 1989. La antigua curadora Donna De Salvo organizó más de 350 de los trabajos más influyentes que ilustran la habilidad de Warhol para unir las paradojas de la vida estadounidense, como la fama y la privacidad, la democracia y el elitismo, la innovación y la conformidad, y la verdad y la propaganda.
El show ambulante, con un catálogo acompañante de la Yale University Press, acaba de abrirse en el Whitney Museum of American Art de Nueva York, donde estará en exhibición hasta finales de marzo, antes de dirigirse a San Francisco y Chicago en 2019. Para anticiparlo, VICE rastreó una cantidad de amigos y colaboradores de Warhol para descubrir cómo era realmente Andy Warhol.
Dustin Pittman ha estado documentando el arte, la música, la moda y el centro de las escenas de Nueva York por 50 años. Andy Warhol describió a Pittman como “uno de los fotógrafos más creativos del mundo”.
“Fui al Central Park un domingo en 1969, cuando todos solían caminar alrededor de la Fuente de Bethesda y vestirse al estilo pavo real. Ingrid Superstar me vio y me llevó a The Factory. Andy me amó. Me invitó a clubes cabaret como Reno Sweeney’s. Empecé a ir al Max’s Kansas City con las Superstars todas las noches. Las personas no idealizaban a Andy. Uno andaba con él, pasaba el tiempo con él, uno tenía cenas… pero no era la gran cosa.
“Cuando pasaba el rato en The Factory tarde en las noches, Andy solía decir, ‘Dustin, ¿por qué no vas al fondo y tomas una pintura?’ Pero esta es la cosa, las pinturas solo valían entre 100 y 300 dólares. Andy quería pagarles a las Superstars con pinturas pero todas querían el dinero.
“En 1972, Taylor Meade hizo una película llamada Lonesome Cowboy con Eric Emerson y aceptó llevarse las pinturas. Andy le dio cuatro serigrafías autografiadas de Mick Jagger. Yo estaba caminando por la Sixth Avenue en Village y él caminaba hacia mí, saludando con un billete de 100 dólares. Él me dijo, ‘Acabo de vender mis cuatro Jaggers al Postermat. Vamos al Ninth Circle por filete y vino’. Creo que gastamos más de 100 dólares en menos de 45 minutos”.
Christopher Makos es un fotógrafo y autor de 22 libros que incluyen Warhol, Andy Warhol, Lady Warhol, Warhol/Makos in Context, y Warhol Memoir.
“Andy era un chico normal con quien hablábamos e intercambiábamos ideas. Era como todos nosotros: él veía todo a su alrededor para obtener inspiración. Solía ir a The Factory usando fatigas de camuflaje del ejército, y recuerdo que él decía, ‘Eso sería una gran idea para mi pintura’. Todos nos inspirábamos entre nosotros.
Siempre se apropiaba de imágenes de periódicos y cuando me conoció, yo siendo un fotógrafo, él pensó, ‘Genial, ahora podemos tomar nuestras propias fotos’. Su acercamiento a la fotografía era preguntar, ‘¿Qué foto debería tomar?’ Él era realmente inseguro con eso. Es por eso que le regalamos una cámara automática y al final le dijimos, ‘Simplemente toma fotos a todo’.
Se llamaba The Factory porque era una fábrica. Tenía mucha renta por pagar. Le encantaba producir para poder crear otra revista, libro, o película. Es por eso que hay tanto trabajo por ahí. Era un trabajador de su propia fábrica”.
Myra Scheer es presentadora en el The Marc and Myra Show—Studio 54 Radio en SiriiusXM los domingos a las 10 PM. Durante sus años en el Studio 54, Scheer mantuvo la lista VIP más exclusiva del mundo.
“Andy fue quien comenzó la tendencia de salir en una foto con una celebridad. Nadie en Studio 54 lo hacía—¡pero a Andy le encantaba! Le hice una fiesta a Matt Dillon en el segundo estudio; después Matt me dijo que recordaba ver a todos los fotógrafos en fila y Andy Warhol era uno de ellos. Él solo se mezclaba y su cámara era como su tercer ojo.
Andy parecía estar flotando en el espacio. Tenía esta energía mágica y no se veía como nadie más. Siempre llegaba con un séquito que lo respetaba. Era como si él fuera un artista de performance con su elenco de personajes quienes verdaderamente elogiaban el Studio 54. No creo que habría existido este fenómeno de la cultura pop si no fuera por Andy. Él dijo de Studio 54, ‘Es una dictadura en la puerta y una democracia en la pista de baile”.
Matthew Rolston es un fotógrafo y autor de Hollywood Royale: Out of the School of Los Angeles. Trabajó como un fotógrafo editorial para Interview desde 1977 hasta los 80, fotografiando algunas de las historias de portada más famosas de la revista.
“Andy era alguien a quien le encantaba el glamour, y yo también. Tal vez es por eso que fui atraído al círculo alrededor de la revista Interview cuando estaba comenzando. En la época en que me crucé con Andy, se había graduado hacía un tiempo de ser un niño recolectando retratos autografiados de estrellas a ser un hombre recolectando a las estrellas en sí mismas.
“Fui invitado a una pequeña cena con Andy cuando estaba visitando Los Ángeles para dar un anuncio de invitado en The Love Boat en 1985—un momento de cobertura en el que Andy podía conectar con estrellas de Hollywood del pasado. Estábamos en in restaurante en Melrose Avenue; él llegó un poco tarde.
“Andy era algo reservado en lo relacionado con su vida personal y sus intereses. Como sea, cuando se sentó en la mesa, su Perfecto se abrió un poco y reveló el cubrimiento de la chaqueta, que estaba cubierta de arriba a abajo en ambos lados con broches vintage de diamantes—en ese corto instante, vislumbré piezas de joyeros como David Webb, Verdura y Seaman Schepps—casi todas cruces de Malta extravagantes. Esta revelación momentánea definitivamente no estaba pensada para ser vista, pero me dio una descarga de percepción sobre el hombre”.
Ron Galella es el padrino de los paparazzi, tan famoso por sus escándalos como por sus fotografías. Autor de 13 libros incluyendo Warhol by Galella: That’s Great!, Galella publicará sus memorias en diciembre en Shooting Stars: The Untold Stories.
“Andy y yo teníamos mucho en común porque teníamos la misma enfermedad social: queríamos salir todas las noches y no perdernos nada (risas). Me llamó su fotógrafo favorito en The Andy Warhol Diaries. Dijo que yo era considerado un monstruo por los juicios con Jackie O. y la mala prensa. Él hablaba suavemente y era tímido. Creo que esa es otra razón por la que yo le agradaba. Admiraba mi agresión para obtener las fotografías.
“Mi esposa Betty nunca había ido al Zoológico del Bronx, así que fuimos un domingo: el 12 de junio de 1983. Mientras caminábamos por el zoológico, ¡vimos un bus abierto con Andy montado! (risas) Fue un completo golpe de suerte. Cuando se bajó, estrechamos manos y le tomé fotos caminando. Obtuve una fotografía hermosa de él con los elefantes. Estaba con su novio, John Gould, y llegaron al zoológico en taxi. Le ofrecí acercarlo al metro en el Grand Concourse y así se fue a casa”.
Marcia Resnick es una fotógrafa y autora de Punks, Poets & Provocateurs: New York City Bad Boys, 1977-1982 y re-publicará su libro de 1978, Re-visions con Edition Patrick Frey el próximo año.
“En 1978, Victor Bockris me llevó a The Factory donde noté que a pesar de la avalancha de actividad, Andy parecía muy servicial con todos a su alrededor. Lo fotografié ahí. La siguiente vez que lo vi fue en la cena que Victor y yo armamos para Mick Jagger, William Burroughs, y Andy Warhol en la casa de William (el Bunker). Antes de que Mick llegara, Andy estaba charlando con William, en su mayoría sobre chicos atractivas. Andy dijo de repente, ‘Alguien debería inventar un sándwich con una bebida en él’ ¡Parecía que él tenía una idea nueva cada segundo!
“Esa noche, me sorprendí de lo paternal que Andy era conmigo. Estábamos hablando de Kenneth Anger a comienzos de los 60, cuando Andy estaba haciendo su fama como un director de cine underground. Se trataba de poder. Anger pensó que era el rey de la escena underground, así que le echó males a Andy—y Andy me aconsejó no acercarme a él. Estaba expresando una preocupación sensible por mí”.
Victor Bockris es autor de 15 libros, principalmente biografías de artistas, escritores, y músicos incluyendo Warhol: The Biography.
“A medida que Andy se vuelve más distante, y las personas que nunca lo conocieron escriben sobre él, se desarrolla en una perspectiva más y más irreal. Una de las cosas más importantes sobre el trabajo de Andy, su respuesta al sueño americano, proviene de una cantidad enorme de sufrimiento fruto de una vida muy difícil de cuando era niño e incluso de sus 20, cuando era un artista comercial. Está la chapa de una sonrisa del arte pop en la cara de Warhol, porque Warhol creó la imagen.
“Si uno mira fotografías de Andy, muchas veces se ve como un niño triste. Para entender la profundidad de su trabajo, tenemos que entender que proviene del dolor de la Depresión y la post-guerra europea. Cuando era joven su padre murió, y su madre casi muere cuando tenía 13 años. Estaba aterrorizado de la muerte y de los hospitales porque había visto lo que habían hecho a sus padres. Hay una gran cantidad de profundidad en Warhol que él todavía sentía hasta el final de su vida. No era el tipo de dolor del que uno podría escapar por completo”.
Andy Warhol—From A to B and Back Again está en exposición en el Whitney Museum of American Art, Nueva York (hasta marzo 31 de 2019), en el San Francisco Museum of Modern Art (mayo 15 de 2019–septiembre 2 de 2019), y en el Art Institute of Chicago (octubre 20 de 2019–enero 26 de 2020).
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