Mito y memoria. Éstas son las dos palabras que atraviesan las fotografías de la serie Eyes as Big as Plates (Ojos tan grandes como platos). Esta serie fotográfica retrata viejos rostros en lugares desiertos y con un atuendo poco común. Las arrugas de estos viejos se acentúan con la inmensidad del paisaje y nos recuerdan la arcaica relación entre el hombre y la naturaleza. Miradas profundas, gorros hechos de rábanos, hombres cubiertos en algas, un viejo tapado con musgo y una bella dama vestida de paja son algunas de las escenas construidas por la fotógrafa y periodista noruega Karoline Hjorth y la artista y diseñadora finlandesa Riitta Ikonen.
“Esperamos que esta serie siga creciendo cada vez más. En el futuro nos gustaría ir a Colombia para continuar ahí nuestro trabajo. Aunque no pudimos asistir personalmente a la Bienal, estamos orgullosas de exponer en uno de los eventos más importantes de fotografía en América Latina. Fuimos invitadas a presentar 12 fotos de nuestro proyecto Eyes as Big as Plates, que se acopla perfectamente a la idea de ‘fotografía construida’ que inspiraba la Bienal de este año”, nos contaron Riitta y Karoline.
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Eyes as Big as Plates es un trabajo colaborativo entre estas dos fotógrafas que han sido reconocidas en el mundo por sus proyectos multidisciplinarios que combinan diseño, fotografía y arte para crear imágenes poderosas. Riitta fue galardonada con el premio de diseño Helen Hamlynpor su proyecto Commuter Trival, y Karoline ganó el premio Deloitte Award por su trabajo fotográfico. El proyecto que tienen en conjunto fue nominado en 2014 al premio de arte más importante de Finlandia, el Ars Fennica.
“Eyes as Big as Plates comenzó como una obra de teatro inspirada en el folclore escandinavo. Pero pronto, la idea evolucionó a una serie fotográfica que reflexiona sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza a través de la vejez”, afirma Riitta.
“Todos los personajes de las fotografías son granjeros retirados, pescadores, zoólogos, plomeros, cantantes de ópera, amas de casa, artistas, académicos y hasta reconocidos paracaidistas. Todas son personas viejas que cargan la historia de la humanidad sobre los hombros”, concluye Karoline.