¿Eres un amante de la tecnología? ¿Te sientes el Robin Hood del siglo XXI? ¿Fantaseas con conducir el coche que no tienes? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es afirmativa, te contamos qué hacer (mientras esperas a que inventen el coche volador) de la mano de Volvo.
Si alguien te hubiera dicho hace unos años que, al irte de viaje a Roma (o a Pekín) no te importaría lo más mínimo alojarte en casa de un desconocido, seguramente no te lo hubieras creído. Pero tampoco te habrías imaginado a ti mismo conociendo a la pareja con la que llevas dos años y pico por una app de nombre infame pero uso extendidísimo; ni, ya puestos a echar la vista atrás, que prácticamente todas tus vacaciones, desde Acampada Cantabria 2006 hasta Despedida de Soltera Ibiza 2017 estarían a la vista de todos en la red. Lo gracioso de la tecnología es que las cosas más inverosímiles se camuflan descaradamente con el resto de la rutina en cuestión de meses, sin apenas darnos cuenta, y se acaban convirtiendo en hábitos tan esenciales que nos parece improbable haber vivido sin ellos durante años. Te recomendamos que tomes asiento, porque hemos dado con la invención tecnológica next level que va a transformar tu forma de transportarte, consumir y compartir. Y no, no es el coche volador todavía. Pero de coches va la cosa.
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¿A ti qué te parece tu coche? La relación con nuestros vehículos puede ser de varios tipos. Los “coches que fueron” llegan a nosotros ya un poco destartalados, después de que otros tres propietarios se hayan deshecho del mismo, y un golpe más o un rayazo menos nos dan sinceramente igual. En el polo opuesto están los que yo llamo “coches de padre”, o sea, los coches que son tan bonitos, caros o simplemente nuevos que no los dejarías a nadie –igual que tu padre no te deja a ti el suyo–. Y luego están los “coches de tu amigo”, que son aquellos que más envidia nos dan, porque en el fondo tú también podrías tenerlo. Te has montado en él mil veces, lo has conducido durante aquél roadtrip que hicisteis por Almería, seguramente se te ha perdido algún mechero entre los asientos… Es casi tuyo, vaya, solo te falta una llave. ¿O no? He aquí el quid de la cuestión: el coche del futuro se abre vía app, Volvo dixit.
Recapitulemos: ¿un coche que se abre vía app? ¿Y eso que tiene que ver con el coche de mi amigo? Dos más dos son cuatro y, en este caso, se llama car sharing. El concepto, como su nombre indica, es bien sencillo: un coche para todos, y todos para uno. Y es que, que cada uno tengamos nuestro propio coche para nosotros solos no solo no es posible para todos los bolsillos, sino que es completamente insostenible y una grandísima pérdida de espacio (¿por qué no llenar esos cuatro asientos restantes?).
Para hacer frente a este problema y sin olvidar que, a pesar de los bienintencionados esfuerzos de nuestros ayuntamientos, no siempre es posible llegar en transporte público a todos lados, el paso natural es empezar a compartir coche. Más allá de recoger a colegas, familiares e incluso compañeros de trabajo que no te caen del todo bien, el car sharing se basa en que tu vehículo pueda ser usado por otros cuando tú no lo necesites o que, si estás en la situación contraria, que sin necesidad de ser propietario de un coche puedas hacer uso del mismo si lo necesitas. Primero fueron las bicis, luego la habitación pequeña de tu piso, y ahora llega el coche: la economía colaborativa va ganando terreno y demostrando que los millennials, aparte de en selfies, también somos expertos en encontrar alternativas positivas a problemas heredados de nuestros padres.
La teoría es esa y suena muy bien pero, ¿cómo demonios se lleva a la práctica? Seguramente en tu cabeza estarán surgiendo todo tipo de complicaciones, desde la básica de cómo abrir el coche, hasta cómo pagar la gasolina, que si ya es difícil de dividir cuando se hace un viaje en carretera, imaginémonos cuando el coche se comparte con varios conductores. Vayamos por partes.
Como te avanzábamos antes, el coche del futuro se abre vía móvil, y ahí está el secreto del car sharing en general. Volvo ha presentado una app llamada Volvo On Call, y la verdad es que permite hacer todo tipo de triquiñuelas revolucionarias que hasta ahora eran carne de Hollywood. Desde comprobar si el coche ha sido cerrado (y si no lo está, hacerlo vía móvil), hasta localizarlo cuando no te acuerdas de dónde lo aparcaste o encender el aire acondicionado para que se vaya refrescando antes de subirte. Pero lo mejor es que, si eres propietario del nuevo modelo XC40, diferentes conductores podrán acceder al vehículo previa autorización. Parece mentira, ¿no? Esta tecnología también registra la información sobre lo que recorre y consume cada conductor, así que no te preocupes que las cuentas estarán muy claras cuando tu amigo te devuelva el coche… Aquello de “lo mío es tuyo” nunca ha sido más real. Llegados a este punto, no sabemos muy bien qué más depara la tecnología futura. Pero mientras esperamos a que lleguen los coches voladores, nos conformamos con compartir nuestro Volvo.