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Es difícil describir con precisión los síntomas de la depresión. Pero, para aquellos que nunca la han vivido, imaginen estar tentados costantemente por la ira, cargada de pensamientos vengativos, lista para que, en cualquier momento, explote en tu cráneo y bloquee tu cerebro con una tinta negra. En esencia, no es divertido.
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Se ha argumentado que los dolientes tienen una visión más clara del mundo. Pero, sufrir de depresión no ayuda a salir de la cama. Tampoco a tener una buena alimentación, conciliar el sueño, formar relaciones estables o hacer algo, en general. Es decir, la depresión se ensaña en cada aspecto de la vida de las personas. Uno de ellos, por ejemplo, es la dificultad para aprender y memorizar.
El doctor Jim Bolton es siquiátrico y miembro del Royal College of Psychiatrists en Inglaterra. Asegura que en su trabajo “constantemente ve personas que acuden a un médico porque tienen problemas de memoria y miedo a estar desarrollando demencia o algo similar con enfermedades cerebrales. Pero, luego de las consultas, se descubre que la raíz del problema es que están deprimidos”.
Vortioxetine, un nuevo antidepresivo disponible en Estados Unidos, ha demostrado tener efectos en la capacidad cognitiva de las ratas, y experimentos previos han probado que tiene beneficios en las personas depresivas. La droga está bajo la inspección del National Institute for Health y el Care Excellence, y se espera que, para el próximo año, pueda ser distribuida en Inglaterra.
El Dr. Andrew Jones, es el director médico de Lunbeck, una de las compañías involucradas en la producción del medicamento. Él explica: “nosotros tratamos a las ratas con sustancias que producen modificaciones en los químicos en el cerebro para alterar la memoria. Lo que encontramos es que la vortioxetine desacelera el déficit que hemos creado”. El medicamento lleva poco tiempo circulando y, aun así, ha mostrado un buen desarrollo en el tratamiento de la depresión.
Como todo lo relacionado con la parte neuronal, la relación exacta entre la depresión y la capacidad de aprendizaje es complicada y difícil de comprender. Jones dice: “los sistemas en el cerebro que pueden causar depresión y, aquellos involucrados en la cognición y la memoria, están interrelacionados, y esas correlaciones son muy complejas. Una carencia relativa de serotonina (un neurotransmisor que produce bienestar) es un factor determinante para los problemas de aprendizaje, pero esto puede deberse a un efecto indirecto en los químicos del cerebro involucrados en la memoria, como el ácido aminobutírico y glutamato”.
Bolton reiteró la complejidad del asunto: “la depresión interfiere con la habilidad de aprender y recordar información por muchas razones”, dice, adicionando que los detonantes tienen lógica. “Si un paciente está preocupado respecto a estar bajo de ánimo, o sobre cualquier cosa, le es más difícil enfocarse. Si no puedes concentrarte, es mucho más probable que tengas dificultad de aprender”.
Esto sucede en edades tempranas: recordamos temas que disfrutamos, pero no los que odiamos. Y, si no logras gozar nada, entonces estás jodido.
Tener dificultades en absorber y retener información parece ser un problema que poco relacionamos con los síntomas emocionales de la depresión. Pero, es el efecto acumulativo de factores deprimentes los que arruinan la vida. Los problemas de memoria, en particular, pueden ser insidiosos. Bolton dice que “pueden afectar cosas pequeñas, como no poder recordar el nombre de alguien después de una conversación. Pero, también tienen grandes impactos, como al ser incapaz de retener información de una reunión, del manejo de las finanzas o de aprender de los errores”.
En general, la única forma de tratar los problemas cognitivos es detectando la depresión. Bolton explica que “si alguien se recupera de un periodo de depresión, su concentración, motivación e interés en la vida puede incrementar, así como la habilidad de memorizar las cosas”.
Pero, no siempre es así de simple, y además, no hay una cura permanente para la depresión. Jones dice que “hay un aspecto específico de la depresión que puede persistir aun cuando los síntomas del ánimo hayan cambiado. Así, entre los episodios de la depresión, los pacientes pueden sentir que nunca volverán a ser los mismos de antes”. Este argumento está soportado por otros estudios de otros investigadores.
El conocimiento de Jones indica que los antidepresivos pueden incrementar la potencia del sistema cognitivo en la forma que lo plantea Bolton. También asegura que la vortioxetine no dispara el funcionamiento del cerebro más allá de lo normal, pero, los resultados de los exámenes indican que ha sido un avance dentro de lo positivo de la droga.
“En términos simples, se evalúa en qué medida la mejoría en las pruebas cognitivas puede ser explicada por un incremento en el tratamiento de la depresión”, dice. “A partir de esto, podemos calcular todo lo que se nos queda por fuera cuando se trata de lograr un alivio para la depresión. Lo que podemos ver es que, del 40 al 50% del incremento en la habilidad cognitiva, no puede ser explicada con base en ésta”.
“El próximo paso consiste en ver si esto ocurre en la vida diaria de los pacientes. Vamos a realizar más pruebas, pero, los indicadores muestran que existen resultados. Todos los estudios y datos que producimos han sido examinados por el Food and Drug Administration de los Estados Unidos y el European Medicines Agency, y han sido publicados durante el proceso. Cualquiera puede evaluar la vortioxtine, y los invitamos a hacerlo”.
Cuando se trata de depresión, el tratamiento más efectivo, y más frecuentado, es una combinación entre incrementar las habilidades de afrontar los problemas, terapia y medicación. Pero, de acuerdo con el pronóstico del World Health Organization, la depresión va a ser la peor enfermedad para el 2030, y debemos considerar alguna manera de curarla. Después de todo, la depresión siempre va a hacer de las suyas.