Este artículo se publicó originalmente en Tonic, nuestra plataforma dedicada a la salud.
Correr es la manera más cutre de eliminar grasas, y es una de las maneras más ineficaces, seguro que de las peores, para estimular la salud cardiovascular. Y sin embargo, es la forma de ejercicio más popular de la tierra después de caminar.
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Y eso es lamentable. Porque correr es lamentable. Existe un motivo que explica por qué el 79 por ciento de los corredores se lesionan, al menos, una vez al año: correr es una manera increíblemente ineficaz para fortalecerte. Y, como todos sabemos, la mejor manera de prevenir lesiones, incrementar el metabolismo, quemar grasas y mantener el dinamismo y la funcionalidad a una edad avanzada, no es otra que mantener un cuerpo fuerte.
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A nivel estadístico, las cifras delatan que la persona que quiere mantenerse sana se pone a correr. Error. Sucede que a mucha gente correr le parece “natural”. Sin embargo, correr a una velocidad intermedia — ni demasiado rápida ni demasiado lenta — durante un periodo de tiempo largo, no genera nada parecido a un beneficio físico.
En realidad, la popularización del footing se produjo en los años 60, cuando fue propuesto como una herramienta para “paliar el sedentarismo”. Y si bien es cierto que hacer un poco de ejercicio es mejor que no hacer nada, correr es una actividad que no cumple con casi ninguno de los requisitos que se le exige a un ejercicio atlético saludable.
Según Lee Boyce, entrenador especializado en fortalecimiento, existen dos motivos por los que la gente corre. El primero es un clásico: rebajar grasas con “un poco de ejercicio cardiológico”. Es lo que hacen muchos para rebajar culo o panza. Y correr es una de las peores maneras de conseguirlo.
“Normalmente pensamos que correr te ayudará a estar más ligero y a perder peso. Sin embargo, practicar cualquier otra actividad que no sea correr será mucho más eficaz para conseguir ese objetivo”, explica. La receta para la pérdida de grasa de Boyce, como la de cada maestrillo con un poco de conocimiento, consiste en hacer ejercicios de fortalecimiento. Y eso significa estimular las articulaciones con movimientos como el de agacharse, levantar pesos muertos, abdominales, flexiones y estiramientos.
“Normalmente pensamos que correr te ayudará a estar más ligero y a perder peso. Sin embargo, practicar cualquier otra actividad que no sea correr será mucho más eficaz para conseguir ese objetivo” — Lee Boyce, entrenador
Para los yonquis del ejercicio cardiovascular, Boyce sugiere disminuir los periodos de descanso, o encadenar una serie de ejercicios a modo de circuito, con el objetivo de mantener las pulsaciones elevadas y de mejorar la capacidad cardiorrespiratoria.
De tal manera, estarás aspirando viento como si estuvieras corriendo, pero conseguirás mejores beneficios, ya que desafías a tus músculos con ejercicios de resistencia que quemarán muchas más calorías, aumentarán la pérdida de grasa, y elevarán tu metabolismo más que cualquier salida a correr suave a media tarde o a primera hora de la mañana”.
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El tipo tiene toda la razón. Los estudios han demostrado de manera consistente y continuada que los entrenamientos a base de pesas y de esprints son mucho más efectivos, no solo a la hora de fulminar la grasa de la panza, y sino también para crear un ambiente hormonal adecuado para la pérdida de esa grasa, lo cual se traduce en una mayor sensibilidad insulínica, en una disminución de la hidrocortisona, y en una generación de más hormonas del crecimiento y de testosterona. (Y sí, tal es un gran objetivo también para las mujeres).
Un estudio publicado en 2008 por Medicine&Science in Sports&Exercise dividió a 27 mujeres obsesas en tres grupos. El primero se dedicó a hacer ejercicios de footing de baja intensidad durante cinco días a la semana. El segundo se dedicó a hacer esprints intensos durante solo tres días a la semana, y al tercer grupo se le propuso que prescindiera de hacer ejercicio ninguno.
Los estudios han demostrado de manera consistente y continuada que los entrenamientos a base de pesas y de esprints son mucho más efectivos
Después de dieciséis semanas de entrenamiento, los resultados eran incontestables: las esprintadoras habían rebajado importantes cantidades de grasa en sus muslos y en su abdomen. En cambio, las corredoras de footing, si bien mejoraron su condición aeróbica, vieron como su cantidad de grasa se quedó prácticamente igual a la de las chicas que no habían hecho absolutamente nada.
El otro principal objetivo de quienes corren consiste en mejorar la salud cardiovascular. De hecho, de acuerdo con las encuestas, es el motivo principal que explica que cada día millones de personas se embutan en unas mallas y se pongan a correr en mitad de calles asfaltadas y mega transitadas. Y si bien es cierto que el ejercicio mejora la salud y la capacidad cardiorrespiratoria, y que correr ayuda a ello, también lo es que salir a hacer footing es como quedarse a medias. Vamos, que un ejercicio tan sencillo como esprintar diez veces en una bicicleta estática resulta mejor para fortalecer tu resistencia, que salir a hacer footing durante media hora.
Recordad: correr solo es bueno a nivel cardiológico porque te hace respirar más, pero existen infinitas maneras de conseguirlo. ¿Que te encanta correr? ¿Que no quieres dejar de hacerlo? Pues si tu intención es estar en forma, hazlo más rápido. “Esprintar es mucho más recomendable que correr”, asegura Boyce.
Un ejercicio tan sencillo como esprintar diez veces en una bicicleta estática resulta mejor para fortalecer tu resistencia, que salir a hacer footing durante media hora
“Correr implica descargar a cada zancada gran cantidad de presión sobre tus articulaciones, siendo especialmente nocivo para la salud de tus tobillos y de tus rodillas, sobre todo cuando lo haces sobre superficies duras, como la mayoría de fondistas metropolitanos.
Es más, salir a correr a una velocidad media durante periodos largos puede provocar dolores crónicos y desequilibrios, mientras que esprintar soluciona muchos de los problemas que genera correr. Por un lado, rebajarás el número de zancadas (lo cual disminuirá el impacto de la zancada en las articulaciones, especialmente cuando corres sobre asfalto), y te moverás de manera más eficaz porque estarás usando muchos más músculos de tu cuerpo.
Dean Somerset, también especialista en fortalecimiento y acondicionamiento físico asegura que “esprintar aumenta la testosterona, las hormonas del crecimiento y la producción de las hormonas de las tiroides”. Las primeras dos hormonas tienen un poderoso efecto en la pérdida de grasa y en el desarrollo de la musculatura, lo cual es el principal motivo que explica hasta qué punto esprintar es preferible.
Si eres de los que prefiere hacer ejercicios de resistencia, tampoco tienes que desesperarte. Si eres constante, obtendrás beneficios a largo plazo a fuerza de reproducir patrones de movimiento que fortalecerán y protegerán las partes más débiles de tu organismo. Claro que correr no es la manera de conseguirlo. No olvides que ser más resistente a las lesiones es el mayor beneficio de estar fuerte, especialmente a medida que envejeces.
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Digamos que remar diez kilómetros en cuarenta minutos en una máquina de remar, o levantar quinientas pesas son logros capaces de aportar unos beneficios sostenibles sin causar demasiados perjuicios en las articulaciones. Si te dedicas con constancia los beneficios serán inmediatos: mejor postura, un centro más fuerte y una espalda más resistente y saludable.
Si correr es tu vida, entonces corre, pero arranca con una sesión de esprintadas de media hora. Quemarás más grasas, mejorarás la salud de tu corazón, y tendrás mejor movilidad, equilibrio y flexibilidad hasta que seas un anciano o una anciana.
¿Acaso no es eso lo que buscabas cuando decidiste ponerte a hacer ejercicio?