La semana pasada publicamos un artículo en el que sexólogos nos explicaban por qué algunos hombres se niegan a comer coños. Pero para nosotras lo verdaderamente importante era escucharlos a ELLOS y entender, si se puede, por qué hay una clase de hombres que niegan este placer tan legítimo a las mujeres con las que se van a la cama. A modo de reclamo nos lanzamos al vacío de Twitter prometiéndoles confiable anonimato y no juzgarles pasara lo que pasara. La verdad es que pocos hombres nos han escrito para decir que “ellos no”, más bien para todo lo contrario. Todo ha ido un poco más “espera, que te paso el contacto de un colega que creo que no baja”. Y así han ido saliendo unos pocos hombres, como caracoles, levantando tímidamente la mano y agachando la cabeza.
Aquí están los testimonios recabado. También nos han pedido expresamente que cambiáramos sus nombres.
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XAVI, 26 AÑOS
A ver, hablando de coños: obviamente sí, he comido coños en mi vida, pero yo soy bastante pijito en eso y siempre he dicho que si encuentro una chica que me gusta y a la que me apetece comerle el coño significa que puede convertirse en mi novia. En ese caso, si se puede convertir en mi novia, significa que me pone, me atrae y automáticamente le como el coño bien y me da igual que no se duche desde hace tres semanas o que tenga pelos de kilómetros. Pero si no me gustas mucho, si no me atraes tanto o hemos acabado en la cama porque los dos estamos borrachos, no voy a comerte el coño ni aunque me pagues. Es imposible que el coño te haga cambiar la idea de una persona. El coño suele confirmarte lo que opinas sobre esa persona. Si me gustas, el coño no puede fallarte. Pero hay coños feos: hay coños negros, con la piel que cae. Por ejemplo, mi ex novia me parecía fantástica y su coño era perfecto y tenía sentido porque me lo esperaba así. En el momento en que me gusta comer el coño es después de la ducha, porque ahí estás seguro de que tiene un buen sabor. Digamos que no lo hago muchas otras veces porque no me apetece mucho, quizás soy machista por eso. He notado una cosa cuando hablamos entre hombres y es que cuando encuentras a una chica que parece perfecta, guapa, simple, limpia, con una sonrisa bonita y sincera, lo que pensamos es que nos gustaría comerle el coño unas cuantas horas. Cuando estoy movido por un sentimiento muy fuerte, sí que me gusta comer. Creo que comer el coño es un gesto de amor, no tanto sexual. Solo lo hago si me gustas muchísimo, si me quiero casar contigo.
Creo que comer el coño es un gesto de amor. Solo lo hago si me gustas muchísimo, si me quiero casar contigo
ÁLVARO, 26 AÑOS
He probado comer coño menos de 5 veces en mi vida. Las dos primeras experiencias fueron muy malas, no me gustó nada, olía mal. Tenía 16 años. Creo que se me desarrolló una apatía como cuando una comida no te ha gustado de pequeño y ya luego nunca más vuelves a probarla. La tercera vez que lo intenté fue con una chica que era mi pareja. Mi filosofía es que en la vida sexual hay que ser justo: para recibir hay que dar. A mí me encanta que me practiquen sexo oral, así que esa vez con mi novia lo intenté y me gustó. Fue en una bañera, estaba todo limpio. Aquella chica pareció disfrutarlo, pero estoy seguro que debo ser malo haciéndolo. Como no me gusta ni me interesa, realmente no debo ser muy bueno. Creo que en parte no me gusta porque no es una zona limpia. Una chica que está todo el día en la calle o en una fiesta… evidentemente no estará muy limpia después de horas de haberse bañado. De entrada no lo digo, pero cuando avanzo explico que no es lo mío. Muchas lo toman bien y lo entienden. Mi ex era una chica muy vergonzosa y no le gustaba mucho. Entonces estábamos perfecto. La mayoría no se me han quejado mucho, pero alguna que otra vez sí que ha jugado en mi contra. Una vez una chica me dijo “te doy un consejo: come más coño”. Otra con la que estuve una noche se enfadó mucho y me lo hizo saber cuando la llamé para quedar por segunda vez. Me dijo “o comes coño o nada”. Al final no quedamos. Me la crucé en una discoteca hace un par de semanas, fuimos al lavabo y ella me comió la polla. Yo no se lo comí. No dijo nada tampoco. Creo que en pareja, con confianza extrema, en situación de bañera, con todo bien limpio y bien planeado si me puede llegar a gustar, como aquella tercera vez.
Quizás algún día pueda llegar a disfrutarlo. Me gustaría que me guste. Tengo sentimiento de culpa por esto
RAÚL, 30 AÑOS
He probado varias veces pero todas fueron mal. Nunca lo disfruté. Creo que algunas de ellas sí lo han disfrutado, hasta donde entiendo, o así me lo han hecho saber. Realmente para comer un coño tengo que forzarme. La razón fundamental es el olor, y la segunda, el sabor. He tenido situaciones tensas. Una vez empecé a practicar sexo oral, tuve una fuerte arcada y la chica se horrorizó, se levantó y fue corriendo al baño a lavarse. Otra vez me encontré con la situación de que la chica squirteaba. Ahí descubrí que el squirt no es flujo sino orina. Lo pasé fatal. No me va para nada. He probado comer coño sobrio, bebido, de MDMA, fumado, lo he probado todo. Siempre mal. Colocado, incluso peor. En vez de abrirme, que es lo que yo esperaba, se me acentúa el problema, me dan más arcadas. De cualquier manera en mi experiencia sexual he cedido. Nunca he dicho que “no”, pero jamás lo he disfrutado. Tampoco me cierro, quizás algún día pueda llegar a disfrutarlo. Me gustaría que me gustase. Tengo sentimiento de culpa por esto. Lo vivo como un problema. Quiero pensar que es una cuestión de mala suerte, que no he podido tener una experiencia buena aún. Pienso que algún día se podrá arreglar. Quizás con una pareja estable, con la que te conoces los olores, pueda finalmente disfrutarlo.
CARLOS, 34 AÑOS
A grandes rasgos, he probado más de cien coños. Intento no recordar los de olor a pescado podrido. Particularmente yo creo que no hay amor sin sexo, ni sexo sin amor. Así como las mujeres suelen pensar con el coño y una vez penetradas se enamoran, para los hombres el enamoramiento es algo más complicado. Es por esto que ellas no tienen problemas en comer nabo a cualquiera mientras que nosotros sí; al liarnos con mujeres para salir del paso, por necesidad imperiosa de los chutes de testosterona. Creo que para comer un coño debes querer a la otra persona; al no haber, en el fondo, ningún instinto reproductivo. Algunas mujeres a las que no les he comido el coño se enfadan. Y, claro, es mejor decirles que no comes coños antes que la cruda verdad de la naturaleza sexual diferente entre hombres y mujeres. Si además la chica abraza la estúpida ideología queer, la cosa se complicaría todavía más. No creo que sea un asunto maniqueísmo de comer sí/comer no. Una vez, una muchacha famosa por promiscua fue diciendo por ahí que nadie se lo había comido como yo, pero claro, es que esa chica me gustaba mucho. Se habla mucho de técnica a causa de esta rentrée de la ideología positivista de Macho Avenarius; y se oscurece, no inocentemente, la indescifrable potencia del amor y la voluntad. Insisto, que no creo en la igualdad. Que no como coños, como mujeres en concreto.
MARCOS, 30 AÑOS
En temas sexuales, si tengo que establecer prioridades, me ponen mucho más otras cosas que comer coños. No es que no me guste, pero es que prefiero hacer otras cosas como, por ejemplo, follar. Comer coños no me excita tanto. Cuando lo hago, lo hago sobre todo por ella, para que le guste, pero no porque me guste. Y si huele mal, directamente no puedo. En esos casos, puedes hacer la cobra, bajar un poco y luego volver a subir (risas). Pero por ahora no me he encontrado con guarras así. A mí me gusta que me practiquen sexo oral y cuando me lo hacen, a veces yo también se lo devuelvo, pero muchas otras veces no. Yo creo que es más fácil para ellas comer un rabo que para nosotros bajar ahí abajo. Está más instalado lo de comer rabos que coños. Tú cuando ves pelis porno, ¿qué ves más? ¿qué coman rabos o coños? Yo si es algo esporádico no lo hago, pero con parejas estables sí. Además, no hay demasiada educación sexual sobre el asunto. ¿Puedes pillar algo por comer coños?