Rentas un departamento pero también eres un güey caliente y heterosexual. Ayer corriste a unos inquilinos odiosos y quieres rentar ese departamento lo más rápido posible pero te das cuenta de que es un espacio agradable en una zona nice, algo muy valioso. No se lo puedes dar a la primera persona que entrevistes.
Pero el primer interesado es una morena hermosa llamada Sofía y no estaría mal vivir con una chica atractiva. Además, Sofía está desesperada porque la acaban de correr de su antiguo depa. Te gustaría ayudarla pero sólo tiene 10 mil pesos para pagarte el primer mes y el depósito. “Siento mucho que estés en esa situación”, le dices, “pero no tengo cómo ayudarte”.
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“Bueno y…”, dice mientras se abre la blusa, “¿hay algo que pueda hacer para que cambies de opinión?”. Y de pronto se te ocurre algo.
Claro, esto no pasa en la vida real. Se trata del mundo de PropertySex, una página porno que “graba videos porno sucios con las inquilinas desesperadas más pervertidas y los agentes de bienes raíces más atractivos”. Por el momento está en el puesto 17 de los canales más populares en PornHub, con más de 54 mil suscriptores y 369 millones de reproducciones en un año. En el mundo de series temáticas de un género específico para adultos, es un gran éxito.
“Tenía otra página llamada BackstabbingSluts.com y no le fue ni la mitad de bien”, dijo Lizz, dueña de PropertySex, para VICE.
Parece que cada fetiche tiene un lugar en nuestro adorado internet. Pero la gran pregunta que viene a mi mente cuando pienso en subgéneros construidos a partir de la explotación sexual de mujeres jóvenes que no pueden pagar su renta es: “¿Por qué nos atrae tanto?”.
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Para averiguarlo, contacté a Rebecca Sullivan, profesora en la Universidad Calgary que ha escrito mucho sobre pornografía. “Vale la pena investigar tendencias [como el porno de bienes raíces] porque el porno es parte de nuestra cultura cotidiana y a menudo es parte de la vida cotidiana de la gente… [Este género nicho] parece ser la respuesta de la generación a la fantasía del repartidor de pizza. Dos extraños se encuentran en una casa particular y de pronto la mujer se pone de rodillas de tan caliente que está”.
Si tomamos en cuenta el aumento en la popularidad de los escenarios porno de hombres cualquiera como el ejemplo del repartidor de pizza que mencionó Sullivan, el elemento en común parece ser la facilidad con la que podemos identificarnos. Es algo que está presente en todas la pornografía gonzo de la década de los 90 que imitaba los videos caseros de la familia en la época dorada de la cámara de video y las páginas de “sexo rudo” que surgieron no sé cuándo y que recuerdan el contenido repugnante de inicios del internet. Estoy seguro de que el porno de la década de los 30 se hacía en las filas para asistencia pública.
Entonces, el crecimiento de PropertySex se vuelve algo portentoso. Refleja el panorama triste de los bienes raíces y parece un RPG sobre caseros que usan su poder para intercambiar renta por chupadas.
Hoy en día, la renta se lleva gran parte de nuestro salario. Un estudio reciente realizado por RealtyTrac utilizó esa relación ingreso/costo como barómetro y reveló que San Francisco es el lugar con las rentas más caras en Estados Unidos, seguido de Honolulú, Washington, D.C. y Nueva York. En estas mecas millennial, la renta promedio es superior al 60 por ciento del salario promedio. Y el costo de vida no está subiendo únicamente en las grandes ciudades. Según información de HUD, se espera que la renta de los departamentos de tres habitaciones en todo el país suba un 3.5 por ciento entre 2015 y 2016. Esto significa que los que ganan un sueldo promedio van a tener que gastar el 37 por ciento en renta. Y eso no es bueno.
PropertySex ofrece una fantasía de superación para una generación de jóvenes que ven cómo un magnate de bienes raíces aspira a la presidencia mientras ellos luchan por tener un lugar donde vivir. Un usuario de PornHub que se hace llamar Shane1993 me escribió un mail donde explicó lo siguiente: “Creo que lo que más me atrae es la fantasía. ¿A quién no le gustaría comprar una casa, cobrar renta y tener sexo en el proceso?”.
A pesar de que PropertySex pinta a hombres jóvenes que incursionan en el mundo de los bienes raíces, según Forbes, los millennials no quieren comprar casas porque están atorados con la deuda estudiantil y no confían en el estado financiero del país. En vez de comprar propiedades y usarlas para obtener chupadas de chicas sin dinero, una tercera parte de los millennials vive con mamá y papá. Es la primera vez en 130 años que esa opción es más factible que cohabitar con una pareja.
Y mientras, tú, un millennial triste que vive en casa de sus padres, esperas a que las cosas se estabilicen en esta era de salarios estancados y rentas elevadas. Al menos tus padres tienen una conexión a internet lo suficientemente rápida como para permitir que fantasees sobre las situaciones sexys que podrías vivir si pudieras pagar tu propio departamento.
Lizz, la dueña de PropertySex, pidió a VICE que no utilizara su nombre completo.
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