Música

¿Ya reventó la burbuja del EDM?

Quedan cuatro años de vida al EDM, según el purismo colectivo todopoderoso que tanto aplaude como castiga cualquier hecho que ocurre en la escena mundial. Si jugamos esta dureza en teorías, 2016 es un año clave donde se necesita analizar toda esta embarcación que es el EDM, donde algunos artistas lo han tomado como pista de portaaviones y despegado hacia la ruta que mejor les favorece. Algunos regresan a su base, pero otros, en verdad sólo quieren saltar del barco antes de que se hunda. La pregunta es, ¿acaso sí se está hundiendo?, ¿existió una burbuja?, ¿qué es exactamente lo que tiene que reventar?

El EDM, que empezó como un simple término periodístico allá en 2010-2011, para sólo compactar el escribir, “Electronic Dance Music”, llegó como diamantes a los exploradores. Un sinnúmero de promotores o empresarios que buscaban invertir su dinero en algo que por fin les diera muchos frutos, encontraron en este género una suerte de olla al final del arcoiris que les hacía brillar los ojos. Estos receptáculos tenían la cara de un joven Avicii, un ambicioso David Guetta y un Tiësto que venía de abandonar a legiones de fanáticos que amaban y vivían por la música trance. Estos tres actores convirtieron la escena en su patio de juego, sin saberlo, ya que no esperaban que sus movimientos tuvieran un impacto tan fuerte como el que hoy han logrado.

Videos by VICE

David Guetta desde 2008 era entrevistado por varios medios de comunicación donde le preguntaban para él qué era el futuro de la música electrónica. Mucho comentó que su sueño es que este género musical fuera tan grande como podía serlo el hip hop en Estados Unidos, que tuviera más lugar en la mente de las masas y tuviera un respeto la figura del DJ. Ojo, su meta nunca fue la de igualar la cultura que puede ser el hip hop, ni mucho menos equiparar los logros que ha tenido ese género en la cultura norteamericana, lo suyo sólo era alcanzar esa grandeza que un género urbano logró en todo un país. Así fue como Guetta comenzó a hacerse de grandes amistades dentro de la industria discográfica que le permitieran explotar su potencial al máximo. Fue la suma de estas relaciones públicas lo que comenzó a hacer de la música electrónica un algo más de lo que la gente ya tenía en su mente, no necesitaba ser más grande en cuanto a audiencia en los festivales, porque sin antes tener el foco de atención que puso los Estados Unidos en ello para hacerlo más mediático, producciones como Tomorrowland, Sensation, Mysteryland, Nature One, entre muchos otros festivales, ya se llenaban por sí solos.

En pequeño cuarto de Estocolmo, un joven productor de nombre Tim Bergling, comenzaba a hacer sonidos por el puro gusto de hacer algo mientras la nieve caía con gran fuerza en las calles. Era complicado salir a la calle a divertirse y además, hablamos de una persona muy introvertida que no era la más sociable en su círculo. Dentro de esta mente guardada y llena de imaginación para desbordar sobre el FL Studio, uno de los programas más famosos para hacer música electrónica, Tim encontraba divertido compartir sus ideas dentro de la Internet a través de foros donde pedía la opinión y consejos de quienes formaban parte de la comunidad. Fue así como poco a poco fue ganando concursos de remixes hasta llamar la atención del legendario presentador de radio, Pete Tong, considerado el rey midas de la música electrónica, y quien presentó uno de los primeros tracks que firmaba como Avicii en su programa de radio, mismo que desató la atención de muchos seguidores para saber qué tenía entre manos este joven originario de Suecia.

La figura de Avicii desató una serie de momentos que nunca habíamos visto en la música electrónica. De pronto alguien menor de 21 años ya conquistaba la escena electrónica al ser repetido una y otra vez en las radios internacionales y siendo invitado a los más grandes festivales a ser una figura importante. Ya ni siquiera había que pasar por escenarios pequeños para ir creciendo con tiempo, de inmediato los ponían en los grandes porque la gente lo aclamaba. Su mismo nombre, logo, misticismo, lo hace ser alguien que a la gente le encantaba tener. La explosión que había por escuchar temas como, “Levels”, en vivo, hacían un estallido de gritos y aplausos en todos los festivales. La canción estaba por doquier, tiendas, restaurantes, televisión, radio, todos los DJs querían tocarla. Ya no había respeto en los DJs sets porque un DJ tocara una buena canción, ya todos querían hacer lo mismo. Desató un caos necesario para que esto se llevara al siguiente nivel y justo todo esto, es parte del movimiento que a la par explotaba David Guetta al producir canciones para The Black Eyed Peas, lo cual desató un amor desenfrenado por los sonidos big room. Los años de carrera que habían construido grandes instituciones como Carl Cox, Sasha, Digweed, Van Dyk, Oakenfold, los hizo entrar en shock al ver que de pronto, los jóvenes, llegaban a cobrar más que ellos y estar en mejores horarios en escenarios principales. Esto no sólo los molestó, y no por un tema de dinero, sino porque empezaba a perderse el respeto por quien honor siempre ha merecido. Los grandes padres de la electrónica se sintieron desplazados por el circo y teatro que empezó a generarse a través de la etiqueta, “EDM”. Todo esto, con pasteles integrados.


David Guetta en el Estadio Azteca de México en 2013. Fotografía de Rukes.com

Tiësto comenzó a hacer lo que pocas veces hacía: colaborar. Su nombre se ha vuelto como un rótulo que hay que poner a quién debes escuchar y hacer famoso. Hace unos años comenzó a juntarse con un holandés que lo tenía como loco con un sonido lleno de distorsión, mucha fuerza, kicks pesados y bajos muy fuertes. Hardwell empezaba a ser considerado, “el siguiente Tiësto”, a la luz de los ojos de muchos de nosotros, pero poco sabíamos que más bien, Tiësto comenzaría a desatar una serie de colaboraciones de acuerdo a cómo iba mutando el sonido. En su entonces, aún logró coronarse con una colaboración junto a Diplo mucho antes del éxito mundial de Major Lazer, y así lo fue haciendo con varios de los DJs del momento para señalar que Tiësto estaba presente en todo lo que significara vanguardia. Esto es algo que pueden seguir viendo hoy, al ver cuándo es que lanza una nueva colaboración o remix, significa que el sonido está yéndose hacia ese camino.

La famosa burbuja que la gente ha hablado por años en esta década, hace una especial referencia a las grandes cantidades de dinero que se manejan en la industria. Cuando antes se le pagaba a un DJ unos cinco mil dólares por tocar una noche, un set de tres horas, de pronto esa cantidad se volvió insignificante. La alta demanda y grandeza que empezaba a tener el EDM en todo tipo de festivales, pues no sólo se trataba de Tomorrowland y sus increíbles producciones de ensueño, sino también de cómo algunos actores como Coachella empezaban a ver atascadas las carpas donde los DJs se presentaban, ponía signos de dinero en los ojos de todos los promotores y agentes del mundo. Ya no ibas a tener al mismo DJ por esos cinco mil dólares, debías agregarle un cero más al cheque, y en varios casos, empezó a ser otros dos ceros a la cifra que se estaba ofertando. ¿Qué le quedaba al promotor? Ceder. Si querías tener a un artista en tu fiesta, más te valía estar preparado para recaudar mucho dinero a través de marcas y otros inversionistas porque ya no iba a ser barato lucrar con los DJs. Esto fue un tema de meses y años, ya ni siquiera de décadas para que pasara. Por eso se empezó a hacer una metáfora de cómo se infla una burbuja que en algún punto, va a reventar dada sus propiedades físicas que soportan sólo un punto de tensión antes de que todo explote y reviente.

Hace poco en Pitchfork, se publicó un artículo que describe de manera puntual cómo la burbuja del EDM ha reventado a raíz de que Avicii dejará los escenarios. A su vez se suman una serie de argumentos que desencantan la vida en Miami y la poca asistencia a las pool parties que allá se ofrecían. Me dejó algo confundido haber leído esto porque tanto el autor como yo, asistimos a la misma ciudad en el mismo año a presenciar la vida de los DJs por allá. Su percepción apunta hacia una poca afluencia a las fiestas y cómo las calles de Miami eran tranquilas comparada con años anteriores. En mi sentir, todo esto era totalmente al revés. Yo viví horas de tráfico, cantidades enormes de gente que entre varios colegas que estuvimos en el Ultra Music Festival nos dimos cuenta que ya estaba rebasado por la cantidad de gente que asistía y el espacio en el que se hace este festival. Trasladarse de un escenario a otro era un calvario porque había demasiada gente. Bayfront Park ya no es un espacio suficiente para Ultra, necesitan algo más, pero a su vez, la tradición y la magia que ha ofrecido ese parque ha hecho que uno se sienta como en el hogar.


Ultra Music Festival 2016. Fotografía de Rudgr.

La salida que está intentando hacer Avicii es algo que se esperaba dadas sus condiciones de salud, donde la incertidumbre ha reinado y todos hemos tenido la verdad al señalarlo de muchas cosas, pero él nunca ha confesado estar en algún problema, aunque fuera evidente para el resto. Ni siquiera vamos en la mitad del año 2016 cuando todos ya le dieron las gracias y aún le restan más de seis meses de gira a mi compadre. Más de 20 shows están marcados en su agenda de aquí a que termine el año, más los que se vayan sumando por ciudades que necesiten tenerlo una última vez antes de que él de un gran adiós a su público. Todo esto se vuelve la misma historia que vimos en 2013 cuando la Swedish House Mafia daba un gran adiós sobre el escenario principal de Ultra Music Festival, el año donde decidieron hacerlo dos fines de semana seguidos y tuvieron oportunidad de despedirse doble, y así repetir su presentación en ese escenario. Cuando en ese año se preguntaba, ¿la Swedish House Mafia volverá? Ellos confesaban que no, no había planes de volver, pero tres años después hay dejos de esperanza cada vez que se les cuestiona sobre una posible reunión donde de manera individual dicen: “Puede que volvamos algún día”.

Grandes salarios para los artistas, festivales llenos de lo mismo, altos precios para entrar a ellos, una industria discográfica que lucha por saber cuál es la mejor forma de monetizar las canciones de todos estos artistas, jets privados, mucha champagna, pasteles, inflables, pirotecnia al por mayor, láseres por doquier, gritos al micrófono que invocan a brincar sin parar, colaboraciones con grandes figuras del pop, marcas que patrocinan a estas grandes figuras para atraer a su público. Todo esto es lo que hoy define al EDM y muchos odian que haya pasado. Muchos festivales han sufrido grandes crisis de cómo seguir vivimos o relevantes en este momento donde se debe volver a ajustar el tabulador de contrataciones para poder hacer un negocio de esto. Además, la crisis mundial que se vive en los sectores financieros han hecho que también afecte este a los empresarios, mismos que se sienten con desconfianza a invertir a lo grande. Una de las respuestas más inmediatas es la de empezar a hinchar al talento nacional que bien necesita ser escuchado por los suyos, porque las propuestas musicales no tienen nada que pedirle a las de fuera.

Lo cierto es que, a la gran mayoría de los géneros musicales les ha pasado esto dado que cuando algo entra en tendencia, todos se quieren sumar a saber más de ello y explotarlo al máximo, a un punto tal donde deje de importar todo otra vez, para desviarse hacia otro estilo de música y después volver. No veo la sorpresa, ni tampoco por qué fomentar un gran odio hacia los grandes actores de esta industria que se ha hinchado de dinero. Por años la música ha sido así, existen siempre los padres, los que tienen un enorme respeto por el papel que han desempeñado en la industria, y siempre existen los que de pronto hacen de esto todo un paraíso financiero para generar altos ingresos y explotar todo a como de lugar. No es algo exclusivo de la música, sino que el mercado actúa así para muchas de las cosas que hay hoy, desde lo que consumimos en alimentos, lo que se usa para hablar con otra persona, las computadoras en casa, los televisores, todo es un mercado que necesita explotar a como de lugar el gusto de las personas para generar ingresos que privilegian a unos cuantos.

Mientras los ojos se centran en cómo Avicii decide al menos, por ahora, dejar a un lado la escena de la música electrónica para dedicarse a seguir produciendo música, misma que podrá salir bajo otros nombres, rostros o momentos, la gente usa este momento como un catalizador de emociones negativas llenas de odio e insultos que poco son del interés del artista, mismo que con toda tranquilidad, sigue haciendo lo que hacía. Al final los fanáticos de la música electrónica son los que motivan y hacen grande a un artista, así como están los detractores que no siempre son mayoría pero gozan de ser sabelotodos en situaciones de crisis como la que vivimos hoy. Las crisis no son un destino fatal, significan un cambio, y qué bueno que existen dichas, porque sí necesitábamos un respiro para que esto cambiara en una dirección donde puedan seguir existiendo las mejores propuestas.

Vivimos una etapa de transición, que a la luz de mis ojos, jamás ha tenido una burbuja en frente que deseche a la industria como si esto fuera un producto de red social donde la euforia dura una semana y después desaparece. Fanático de música electrónica que se respete a si mismo, entenderá que nunca hemos necesitado de una explosión mediática para ser grandes, ya lo éramos, sólo que ahora nos tocó estar en la lupa de muchas más personas que no sabían que les gustaba este género, o que les disgustaba, pero al final, hemos movido emociones y esto ha generado reacciones. Buenas o malas, siempre las habrá, pero son necesarias para seguir puliendo un género que por ahora, detonó a toda una generación que no parará de producir música, hacer grandes (o pequeños) eventos y que sobre todo, están decididos a hacer que el mundo los siga escuchando a diario.

Trino Treviño es el Publisher de THUMP en México. Está en Twitter.