Música

La era dorada de la psicodelia mexicana

A causa de una delicada situación familiar por ahora estoy viviendo en este departamento. Como puede ver no es mucho, pero tengo una botella de tequila en el refrigerador: le invito uno. Forjemos un toque. Mi nieta le dice a este lugar la cueva. Ya puede usted ver por qué; por primera vez en los cincuenta años que duró mi matrimonio soy feliz: puedo tomar todos los días, fumar mota, que siempre es el aliviane, y escuchar mis discos preferidos. Bueno, decir discos ya no es correcto: mi nieta me regaló esta tablet y aquí tengo todo. Espere: ya casi acabo de forjar el yoin. En los 70 así le decíamos a los toques: yoins: la deformación mexicana del inglés joints. No me pregunte: yo aprendí inglés ya siendo un hombre y gracias a nuestras bandas de rock mexicanas. A las meras meras: las del 71. Esa fue la razón por la cual le llamé: quiero deshacerme de mis vinilos para ganar espacio. Ya he ido repartiendo muchos, pero esta caja que tengo aquí la pensé para usted: tengo entendido que es usted muy melómano.

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¿Conoce a estas bandas? ¿No? Mire: este fue el pináculo del rock en México. Así, ya. Casi todos sus materiales salieron en 1971, aunque todavía en el 73 salieron gemas. Muchas de estas bandas se quedaron en uno, a lo mucho dos EP’s: ¡afortunadas las que llegaron a la larga duración! Desde luego hubo otras que pudieron seguir tocando, pero nadaban contra la corriente; vencieron, pero hoy son sólo vinilos empolvados. Quizá recuerde usted a los Three Souls In My Mind, a los Dug Dug’s… ellos continuaron. Pero estos otros, mire: La División del Norte, de Reynosa, para mí la mejor banda de todas: con su funky brass potentísimo, la mejor influencia de James Brown, hasta de Fela, y mire, se quedaron en dos EP’s: Ella regresa y Soul Lady​…, ambos en Polydor, 1971. ¿Por qué? Orita le digo por qué. 

¡O éstos, mire! ¡Los Tequila con Maricela Durazo! ¡La Janis Joplin Mexicana! ¡Nuestra Janis! ¿No sabía de ella? Hombre, en Suecia eran la onda. La propaganda que aventaron los de la CBS, desde los helicópteros, la tarde de Avándaro, fue precisamente de ellos. De Jalisco, se formaron a mediados de los sesenta, cuando las bandas chicanas llegaron a la Ciudad de México, cargando su influencia de la British Invasion que les llegó de la frontera, como a los gringos les llegó del Atlántico. Ahí en los cafés cantantes, Maricela Durazo aprendió a raspear magníficamente: al lado de gente como el Bátiz y su hermana Baby. Tequila sacó materiales hasta el 78, pero los mejores son, desde luego, en los que participó Nuestra Janis: el EP del 71, en Epic; y su larga duración: Rock Sound, CBS, de 1973. Otro de sus materiales invaluables son las grabaciones en vivo en Avándaro: yo rescato el track “Do You Belive Me​”. Creo que ahí en Avándaro fue donde Maricela realmente pudo estallar​. En el estudio de grabación la mantenían un poco en segundo plano: error. 

Sólo dos mujeres tocaron en Avándaro, ¿sabía? ¡Pues claro! Sexista y moralino como ha sido este país desde siempre, ¿cómo iba a estar una mujer de bien en festivales como ésos? ¡Y menos en el escenario! Era como decir, casi casi como afirmar, que eran prostitutas. Y añádale a la moral de Echeverría y sus predecesores las comunas hippies que ya habían proliferado por lo largo y ancho del país. Sino fíjese en éste dato curioso: el 3 de octubre de 1968 en el Jueves de Excélsior, en la página 14, aparece este titular: “Aparecen los Mexican Hippies”. Y el 2 de mayo de ese mismo año, en la página 22: “Ya nos invadieron los hippies”. Después de Avándaro, hubo una banda que firmó contrato de grabación con Peerless: La Comuna​. Se quedaron en este EP homónimo​ de 1971. 

Maricela Durazo.Hotel Aristos Cancun, grupo “Jet Set” 1975, via

Pero le decía: sólo dos mujeres, Maricela Durazo y Mayita Campos​ de Los Yaki​, de Reynosa. En Avándaro la presentación de los Tequila fue magnífica, aunque a esas horas de la madrugada las torres de luz y el escenario estaban a punto de caerse. La propia Maricela pedía y rogaba, y después exigía, calma entre el público. La de Los Yaki fue deplorable: en medio de su presentación la luz se fue y nos quedamos todos en tinieblas y en silencio. ¿Que qué fue de estas dos tremendísimas mujeres? Pues Maricela Durazo salió de Tequila y estuvo con otras bandas como Zeus​, La Raza y Jet Set; después se fue a vivir unos años a Los Ángeles. En algún momento regresó y hoy en día es conocida como “La diva del blues”: tiene una banda modesta y se presentan en eventos municipales y algunos bares. Mayita Campos salió también de Los Yaki y se fue a una banda que se llamó La Semilla del Amor​ y con ellos vivía en una comuna hippie. Tocó también con los Crazy Birds y Los Esclavos. Y, por supuesto, al lado de Lucifer, grabó el homónimo clásico en 1974. Hoy da clases de canto.

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A ver, mire: ya quedó bien macizo el yoin. Fúmele y tómele a su tequila, ¿le ofrezco algo más? Déjeme poner un disco. Orita seguimos con los vinilos: páseme el yoin y póngase cómodo que ahora sí le voy a contar mi historia. 

La primera vez que yo escuché la palabra rocanrol creo que fue por ahí del 55, yo nací en el 40. Verá: Elda, mi hermana la mayor, le preguntó a mi padre: pá, ¿qué es el rocanrol? Y él con su voz ronca: un baile que va contra las buenas costumbres. En ese entonces a mí me encantaba el mambo y el cha-cha-cha; estaba muy de moda Pérez Prado, que ya en el 48 se había pasado a vivir al D.F y en el 49 había sacado su mambo n°5. Vivíamos en la Santa María, una colonia de gente proletaria, trabajadora. Elda siempre fue muy de armas tomar, no se dejaba de nadie. Recuerdo que mi padre le reprochaba que fuera una rebelde sin causa. Que tenía comida, abrigo y una familia que atender, ¿cómo era posible que anduviera con esos pelados? Los pelados eran los amigos de Elda que andaban con las de hacer un grupo de rocanrol. Recuerdo una vez en particular que hubo un problema fuerte en la casa porque Elda quería ir a ver a Bill Haley y sus Cometas, fue en el 59. En ese mismo año Los locos del ritmo graban su primer LP Rock!, Orfeón/Dimsa. Al año siguiente, en el 60, aparece Los rockin rebels, el primer LP de Los Rebeldes del Rock: en la portada vemos a la banda, y al joven Johnny Laboriel, posando sobre dos autos hermosos en CU. Es porque ahí cerca de CU estaban los estudios de grabación de Orfeón. Creo que estos dos materiales marcaron el gusto de casi toda la década siguiente. Desde luego hubo sus variaciones; por ejemplo: casi todos estos eran refritos, cantábamos en español las originales en inglés. Busque en todos los discos de la época y verá: Los Loud Jets​, Los Hitters​, Los Hooligans​ (todos en Orfeón), Los Teen Tops​ (CBS) y Los Black Jeans​ (Peerless) todos ellos se dedicaban a hacer covers: de Elvis, de Jerry Lee Lewis, de Chuck Berry, Buddy Holly y demás nombres pujantes del rock de los gringos. Desde luego había rolas originales como: “Pensaba en ti​” de Enrique Guzmán, “Tus ojos​​” de Antonio de la Villa, o la emblemática: “Yo no soy un rebelde​”, de Los Locos del Ritmo. 

Estas eran las bandas que Elda más admiraba y cuya música todo el tiempo estaba ensayando con sus amigos: ella quería ser cantante de rocanrol. Pero ¿cómo iba a serlo si no teníamos para comprar los vinilos, ni mucho menos para los instrumentos? Nosotros éramos clase proletaria: el rocanrol, por donde lo viera, era para los juniors. Fíjese simplemente en las portadas de Rock! y Rockin’ Rebels: ¿cree que todos nos vestíamos así en aquella época? Además por todos lados se escuchaba hablar de “los rebeldes sin causa”, ya en el 59 Ernesto P. Uruchurtu – Jefe del Departamento del Distrito Federal del 52 al 66– había iniciado sus golpes sistemáticos contra los cafés cantantes, a los que a Elda le encantaba ir. 


El presidente era López Mateos y estábamos en el pináculo de lo que llamaban “el milagro mexicano”, que de milagro sólo tuvo el nombre pues había sido un crecimiento, sistemático sí, pero ficticio: como cuando se infla una tortilla por dentro. La alianza ideológica con Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, había traído una profunda desestabilización interna y teníamos a toda la nación al borde de las armas: ya se habían levantado los ferrocarrileros, los maestros, los médicos y Lázaro Cárdenas andaba con las del Movimiento de Liberación Nacional. La Revolución estaba cumpliendo cincuenta años y solo escuchábamos que México iba para arriba, que ahora sí era la nuestra: pasaríamos de ser un país agrario a uno moderno ¡industria, urbanidad, progreso! ¿Qué pasó después? ¡Pues nada! ¿Qué va a pasar? Lázaro Cárdenas apoyó la candidatura de Díaz Ordaz y entramos a los años oscuros. 

1de diciembre del 64, Díaz Ordaz asume la presidencia, vía

En el 62 ese mismo Uruchurtu sacó la casa por la ventana con la visita de los Kennedy. Por supuesto Elda estuvo ahí. Ella desde entonces ya traía ideas muy extrañas. Mi padre le reprochaba que quisiera ser gringa. Yo no creo que fuera eso. Nosotros los jóvenes éramos los que de verdad empujábamos el carrito del progreso. Quiero decir, mucha urbanidad e industria pero las cosas en la casa seguían igual: un sistema patriarcal y machista que nos dictaba cómo pensar, cómo vestir, y sobre todo a quién adorar. La religión era algo inamovible, era la segunda bandera nacional. Si no fíjese: en Estados Unidos a los comunistas se les condenaba por sus ideas sobre propiedad; acá los condenábamos por su falta de religión. Temíamos más a los comunistas ateos que a los rateros armados pero cristianos. Pero le decía: ¡un gentío en Paseo de la Reforma! Dicen que más de medio millón mientras pasaba el carrito de los Kennedy. Por encima todo una delicia, pero por abajo: redadas injustificadas a los únicos espacios a los que podíamos acceder para escuchar, y sobre todo ¡para vivir!, el verdadero lenguaje de lo moderno: ¡El rocanrol! 

Junio del 62, visita de los Kennedy a México, vía

Observe esto. En el Excélsior, 3 de febrero del 65, página 10: “Para vigilar los cafés cantantes no hay suficientes inspectores”. En El Universal Gráfico, 1 de febrero del 65, página 29: “Redada y clausuras en más de veinte cafés existencialistas”; dice: “el único objetivo de las autoridades es luchar contra el ruido”. 6 de febrero del 65, página 6: “Son un peligro para la sociedad los cafés existencialistas”; dice: “los cafés fomentan la rebelión sin causa y aumentan la tasa de delincuencia juvenil”, “centros de perversión y cuarteles de grupos malévolos”, “centros donde todos los días y todas las noches se juntan jóvenes delincuentes”. En el Universal Gráfico, 10 de febrero del 65, página 7: “Las redadas y clausuras se basan en exhaustivas investigaciones realizadas por inspectores encubierto; no son dictadas de manera arbitraria pues ello sería en detrimento de la garantía constitucional del libre comercio y trabajo”. ¿Se da cuenta? ¡Qué peligro íbamos a representar! ¿Sabe qué tomábamos en los cafés? Pues eso: café y juguitos. De las veces que fui acompañando a Elda lo más que llegué a ver eran cigarros, y de tabaco. 

Lo que más me gustó de la vieja guardia del rocanrol, que por lo demás estaba a punto de extinguirse, fue el sonido surf. El famoso ritmo de Orange County. Lo traían Los Locos del Ritmo con su “Rey del surfin​”. Los Weelers con su extraordinario cover de “Bésame mucho​”. Y el Bátiz con su “California Sun”. Aquí en la caja tengo este vinilo, mírelo: Surf a la Mexicana, varios artistas, Repent Records 001, año desconocido.

Pero en fin: en estos cafés ‘existencialistas’ vi a muchas de las bandas cuyos vinilos están aquí en la caja. ¡Existencialistas! ¿Sabe por qué nos decían así? ¡Que por una novela que causaba pendejismo! ¿Sabe cuál es? Exacto: La náusea de Sartre. No tiene idea de cómo me molestaba –y a Elda– el profundo moralismo en el que vivíamos: todo lo nuevo, lo desconocido, que por un lado podía sacarnos de una plena ignorancia en que vivíamos, el sistema lo pasaba por el filtro de lo moral y así se ganaba a las masas. ¡Pues claro! Preocupado el Mandril, Díaz Ordaz, por mantener el status quo y ganarse la cede de los Olímpicos… Muchos cafés había en aquel entonces que cerraban y volvían a abrir, a veces años después, o se quedaban ahí pero con diferentes nombres: el Hollaballoo en la Zona Rosa, La Hostería del Bohemio cerca del Metro Hidalgo, El Tapanco, el Café París, el Aramis de Plutarco en División del Norte, el Amor, El Muralto, La Posada, La Rana Rosa, El Faisán en Vértiz, etcétera.

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Tampoco le voy a mentir: finalizando ya los sesentas el sonido del rocanrol cambió. Entramos a la era aguada y pendeja de los solistas: se deshicieron los Teen Tops, Los Rebeldes del Rock, los Black Jeans, los Hooligans… Pero empezaron a llegar bandas de la onda chicana: bandas de Tijuana, de Guadalajara, de Monterrey; llegaron acá a la Ciudad con un sonido bien nuevo y extraño, y sobre todo con la novedad de que ¡cantaban en inglés! La primera banda que escuché de esta onda chicana fueron Los Dug Dugs​, de Durango. Después me enteraría de que la canción era un cover de los Beatles. De hecho ellos fueron sus introductores aquí en México: sus tocadas Beatles precedieron a la llegada de Capitol –distribuidora oficial de lo Beatles en México. Estas bandas chicanas y su onda cambiaron al público y a los cafés: había unas ganas enormes de hacer desmadre.

Nuestras ansias tan poderosas de tener los discos verdaderos, no las compilaciones o las ‘versiones mexicanas’ con portadas otras y con tracks faltantes; no: los discos de verdad de Los Beatles, de Los Doors, del Henrix; yo creo que forzaron a las disqueras a crearse un mercado mexicano, pero mientras, le abrieron las puertas a las bandas chicanas que poco tiempo después dejaron los fusiles y tocaron originales en inglés. ¡Cómo nos criticaban por nuestras ansias de aprender, de estar a la vanguardia! ¿Qué íbamos a hacer? Vivíamos los jóvenes un momentum: el pico de la guerra fría, la guerra de Vietnam, los hippies, ¡queríamos estar a la altura! Primero fuimos los ‘rebeldes sin causa’, después ‘existencialistas’ y después ‘hippies’. Observe esto: Jueves de Excélsior, 12 de marzo del 64: una caricatura de una banda de rock, con la cara transformada y cambiando de tono de piel: de prieto a blanco, y abajo la leyenda: Mexican Beatles. 1 de julio del 65, página 14: “es necesario educar a nuestros jóvenes en materias de lo espiritual, lo moral, lo intelectual, antes de que sea demasiado tarde”; 22 de septiembre del 66: una caricatura de una pareja​: él con el pelo largo y vestido, ella con pantalones y pelo corto, y la leyenda: “¿Quién es el hombre, quién es la mujer?”. 

Refried Elvis deEric Zolov, vía

Por todos lados el sistema manifestaba aversión hacia nosotros; odio a la juventud. ¿Qué hicimos nosotros? Pues entregarnos al rock. ¡Ah! pero eso sí, cuando vinieron Los Doors y pretendían hacer tres conciertos masivos para cubrir el espectro total de la sociedad mexicana: alta, media y pobrísima, les cancelaron dos y les dejaron el primero: con los juniors no había problema, ellos podían tener rock, drogas y la liberación, pero los pobres no. Esa noche cuando se presentaron los Doors en el Forum en la colonia Del Valle fui solo: me quede afuera, en la banqueta, junto con muchísimos otros que no teníamos para pagar, a escuchar el rumor de nuestros ídolos. Fui solo porque a mi hermana Elda la mataron en Tlatelolco en el 68, junto con su novio, un argentino cuarentón al que le decían ‘Che’.

Después del 68 ¿a dónde nos íbamos a meter sino a la onda? Radio Juventud, XERPM, canal 66, que después de Avándaro desmantelarían y pasaría, el cuadrante entero, a ser Radio Fórmula, transmitía a todas las bandas de la onda pesada, la onda chicana. Alrededor del 70 conocí a todas estas bandas que constituyeron el punto más alto del rock en México. Y casi todas sacaron sus materiales en 1971, el Gran Año; el que lo definió todo.

de Héctor Fernández y Eric Zolov, p 30

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Y ahora sí, sigamos con el diggin’ en la caja de vinilos, ¿en dónde, con quién nos quedamos? ¡Ah, mire, La Revolución de Emiliano Zapata de Guadalajara!, Polydor, 1971; el primer LP​ de la banda​​ que sería, de todas, la más famosa con su “Nasty Sex”. 

La Quinta Visión: Lamentos de un mico ; Blues de la calle libertad

39.4: EP, 1972; Rock Sound, único LP, uno de los más cotizados en el mercado, 1973, CBS. 

Bandido​: la banda de jazz-rock con su brass potentísimo, característico de la onda chicana: influencia indiscutible de Herb Albert y su Tijuana Brass, pero también de John Coltrane y su Africa Brass; homónimo​​​, Philips, 1973. 

La Fachada de Piedra​: EP en vivo en Avándaro Valle de Bravo, Orfeón, 1971. 

Peace and Love ​, de Tijuana: la banda que prendería más cabrón en Avándaro: homónimo

, RAFF, 1971. 

El Ritual​: considerada la mejor banda de rock en México ever: LP homónimo, RAFF, 1971.

La Tribu​, de Monterrey: otra banda con un brass potente: EP, Polydor, 1971.

Los Clicks​: su EP con la portada más divertida: una lata de chela abierta, casi a la Andy Warhol, Polydor, 1971.

Dug Dug’s​, de Durango: sería una de las pocas bandas que sobrevivieron a la masacre mediática post-Avándaro: LP homónimo, RCA Víctor, 1971.

Muchas de estas bandas estuvieron en Avándaro, muchas otras no. Hay algunas perdidas, por ejemplo estas, mire: Luz y Fuerza​, del D.F, grabaron un único EP en RCA: We Can Fly, 1971. Tiene una de las canciones más extrañas que escuché jamás en estos grupos: cuasi free jazz, avant-garde: “Midnight”.

Las Antorchas : tengo este EP de tres tracks, homónimo

La pipa de la paz​, de Ciudad Juárez: se quedaron en dos EP’s: Groovy Situation y Give it to me… Capitol, 1971.

Macho​, de Monterrey: otra banda con un brass funky: se quedaron en tres EP’s: Homónimo y Deja pasar el tiempo, de 1971; y Destrucción, de 1972. Todos en Philips.


¿Que si fui a Avándaro? Pues claro que fui a Avándaro, pero no quiero darle una crónica del festival: esos cuentos ya están requetechotiados. ¿Que si hubo drogas? Sobre todo cerveza. Yo esa noche probé de todo, pero en paz; y de lo que más: rock… música. Los jóvenes no fuimos ahí a destruir, ni siquiera a buscar. Por el contrario, fuimos porque ya habíamos encontrado algo. Nos habíamos encontrado como generación. Por primera vez en muchísimos años los jóvenes estábamos sintonizados en una misma onda: habíamos superado al establishment: las etiquetas de fresa, naco, jipiteca, hongadicto, proletario, pudiente, junior, existencialista, prieto, jodido: estaban abolidas. Éramos jóvenes simplemente: hombres, mujeres, habíamos superado el machismo: no había mi mujer, o mi hombre; ni mi espacio o mi droga. Habíamos superado la propiedad, pero al ignorar todo el aparato político, habíamos superado el comunismo, al capital… ¿Y ahora qué son? 45… 50 años después: memorias, vinilos viejos en una caja… llegamos al ápice: al pico de la montaña al cual nunca podremos volver. Y no importa cuántas palabras conjuguemos aquí, nunca lograremos expresar lo hermoso de saber que vivimos el momento: México a inicio de los setentas era un momento muy especial… Al menos así lo veíamos en aquella época. En realidad íbamos montados en la cresta de una bella ola que unos años después rompería. Ahora puedes pararte en cualquier parte de Tenochtitlán y ver en dónde quedó la marca: meta a superar para las futuras generaciones. 


Revista Siempre, número 952, septiembre22 de 1971, página 4.

¿Qué pasó después? Pues lo de esperarse: en el 68 los militares asesinaron a los estudiantes, a mi hermana Elda, con balas de plomo. Después de Avándaro los periódicos asesinaron a los músicos, a toda una generación, con editoriales, con balas hechas ahora de papel. Mire si no: Jueves de Excélsior, 23 de septiembre del 71, página 5: “Culpables de la orgía en Avándaro”: “una pequeña villa se convierte en un campo nudista”: “fue el agosto de los narcomenudistas”: “refugio de drogadictos”; Excélsior, 14 de septiembre del 71, página A1: “Moya reprueba lo de Avándaro, la procuraduría investiga”: “numerosas violaciones, incluida el uso indebido de la bandera nacional”; Revista Siempre!, 22 de septiembre del 71: “Carta al editor de Siempre!”: “ahora resulta que como en Estados Unidos y en Inglaterra […] hacen festivales de rock y ruedas, nuestros siempre originales estudiantes decidieron hacer el suyo propio en Avándaro. Y claro, contaron con las autoridades que los apapachan en vez de darles un buen soplamocos”. ¿Ya lo ve? ¡Y ese mismo año tuvimos el halconazo! Que nuestra vocación era imitar. Pero ellos no entendían, ni pudieron, y quizá jamás lo entiendan. En el 73 se conforma Televisa, y alrededor de estos años, en el Festival OTI de la canción, debutan Juan Gabriel y José José. Entre ambos, esa década editaron como treinta discos. 






Revista Siempre, número 953, septiembre29 de 1971, página 19.

Y así nos fuimos separando: las mujeres a las peñas, los hombres a los hoyos funky: focos de represión policial como alguna vez lo fueron los cafés cantantes. Unos siguieron cotorreando, otros desaparecieron, algunos nos casamos, tuvimos hijos, y véanos ahora, buen amigo: viejos, pero enteros. Right here, right now, yo en esta cueva hablando con usted y usted oyéndome. El porro, el tequila, se han terminado. Ándele pues, llévese la caja: contiene joyas del rock en México: verdadero rock de México. Y le mando también los cuatro volúmenes de Guaraches de Ante Azul de Federico Arana, la Contracultura en México de José Agustin, Sirenas al Ataque: Historia de las mujeres rockeras mexicanas de Tere Estrada y Refried Elvis de Eric Zolov para que se informe. ¡Hay una inmensa bibliografía! Pero eso ya le toca a usted. ¡Ah!, llévese también el disco que estaba sonando: Septober/Energy el único y rarísimo álbum de Centipede. El álbum en donde la psicodelia llegó más alto, el más fino de todos los tiempos, también de 1971. Ahí piénsele si no los mexicanos estábamos a la altura de las circunstancias históricas.