Viche: una guía de las variedades del trago que toman en el Petronio

“El que no ha tomado viche no ha probado nada”, me dijo Magali, una vendedora de viche en el Festival de Música del Pacifico Petronio Álvarez, en el stand de Nidia Góngora, música colombiana, quien se ha dedicado también con su familia a traer este licor al festival. Y en cuanto a su trago, Magali no estaba equivocada.

La primera vez que lo probé me lo ofrecieron en Bahía Solano: un líquido transparente atrapado en una botella dos litros de Coca Cola que sólo se podía tomar de a sorbos pequeños. El vendedor me advirtió con cautela que no fuera a tomar como si fuera otro trago porque esta bebida era más fuerte para el paladar. Agarré esa botella, tomé un poco y sentí cómo un líquido ardiente pasaba por mi garganta y de paso quemaba mis labios por unos cuantos segundos. Tenía 15 años.

Videos by VICE

Ahora, mucho tiempo después, llegué por primera vez al Petronio con ganas de probar cuanta variedad de viche me ofrecieran. Me paseé por los corredores de comida, artesanías y bebida. Había, por lo menos, unos 20 puestos de viche de todo tipo, en los cuales se venden diferentes variantes del mismo trago.

Pero entendamos primero qué es, de dónde viene y cómo se hace.

El viche es una bebida alcohólica artesanal típica del Pacífico colombiano. Las mujeres de la región (Valle, Chocó, Nariño y Cauca) llevan preparando esta bebida por siglos para curar enfermedades, mejorar la circulación y aumentar el vigor y la fertilidad, por eso también se les conoce por sus propiedades afrodisiacas.

Para su preparación se sustrae un líquido que sale de la caña. En este caso, y de ahí el nombre, la caña se corta cruda o viche, para darle un sabor diferente de otras bebidas que salen de la misma caña. Después, es pasada a destilar: es decir se calienta la mezcla para separar las distintas sustancias que componen una mezcla líquida mediante vaporización y condensación selectivas. Es ahí donde se le agregan diferentes ingredientes, dependiendo de la variedad de viche que se quiera preparar.

“Del viche puro se deriva lo que es la Tomaseca, el Arrechón y el Viche curado”, afirma Magali mientras me muestra las botellas con líquidos de colores y texturas distintos. Y estos son los que se encuentran en los stands de bebidas y adentro, en las neveras de Icopor de los vendedores ambulantes que se pasean por el concierto. Con ellos, también, se pueden encontrar cremas de viches que están hechas con leche condensada, leche en polvo y leche normal, con sabores específicos.

Estos son los negocios de familias enteras, y, según Magali, es una tradición de toda la vida. Jhonny, un vendedor de los de adentro, me dijo que este negocio lo empezó su tía y toda la familia participa ya sea en festivales o en el barrio. Lo bueno, es que se trata de un trago barato —que varía desde 13 mil a 20 mil la “caneca” (o media botella) y emborracha hasta al más fuerte.

Estos fueron los viches que probé y que me hicieron bailar hasta que no me dieran los pies.

Curao

Se prepara a partir del viche puro y se le agregan todo tipo de plantas medicinales como menta o manzanilla. Sus recetas no se revelan a nadie porque hay mucha competencia.

Según Magali, el curao es para la necesidad de tu cuerpo. Se les da a las mujeres para que puedan tener hijos, para empezar mejor el día. “Usted justo antes de poner los pies sobre el piso, se toma una copa”, alivia todos los males.

Tomaseca

Esta variedad es más dulce y está hecha con clavos, canela, pimienta y nuez moscada al gusto. Para darle ese sabor le echan también miel.

Magali afirma que este trago se le da a las mujeres después de tener un hijo para limpiar el organismo y así expulsar la sangre mala.

Tumbacatre o arrechón:

Este es uno de los favoritos, me contó Magali. Este es el que más piden porque dicen que tiene propiedades afrodisiacas.

En su preparación se le echa lo mismo que al Tomaseca, pero se le añade borojó y leche. Por eso su color. También, me dijo Magali, que estas bebidas varían su nombre según la región y que a este le dicen también “el siete polvos”, “el raspa rodillas” y otros nombres de ese estilo para llamar más la atención.

El viche puro

De acá sale la magia. A este no se le echa nada y su sabor es el más fuerte de los cuatro. Esta es la verdadera bebida para los fuertes de garganta.