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“En la actualidad, el futbol es cada vez más una industria, y menos un juego”.
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Esta frase, escrita en la página principal del sitio web de Zdenek Zeman, es la síntesis perfecta de los pensamientos del entrenador checo: el futbol no es dinero, tampoco marketing.
Considerado una figura de culto, Zeman continúa siendo uno de los entrenadores icono del futbol italiano, elogiado en los últimos 30 años por sus tácticas al ataque, sus extremosos regímenes de entrenamiento, y su habilidad para identificar y acoger numerosos jovencitos talentosos. Marco Verratti, la estrella del medio campo del Paris Saint-Germain, es uno de ellos.
Hace tres semanas, el actual club de Zeman, Pescara, derrotó al Genoa 5-0; su primer victoria en 24 partidos.
Zeman entrenó con los jugadores tres días antes del partido, nombrado entrenador por el presidente del club, Daniele Sebastiani, luego del despido del ganador de la Copa del Mundo de 2006 y arquitecto del ascenso del Pescara de la Serie B la campaña pasada, Massimo Oddo.
Es demasiado optimista creer que el Pescara puede evitar el descenso este año por la miserable campaña de 12 puntos en liga, pero Zeman ha concretado milagros en el pasado y no le agradan los trabajos fáciles.
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Nacido en Praga en 1947, Zeman esquivó los horrores de la Primera Guerra Mundial, pero no los de la Guerra Fría que lo obligaron a huir de Checoslovaquia cuando tanques rusos invadieron su país natal. Zeman decidió establecerse en Italia para seguir los pasos de su tío Cestmir Vycpàlek, ex futbolista de Juventus y Palermo, y ganador de dos Scudetti como entrenador de la Juve. Zeman vivió en Sicilia donde conoció a su futura esposa y inició su carrera como entrenador.
Su primera gran oportunidad se dio con el Parma en 1987 (en ese entonces en la Serie B), pero la temporada donde los fans se dieron cuenta que algo nuevo estaba por aparecer fue en 1989, cuando Zeman fue nombrado entrenador de Foggia, pequeña ciudad sureña sobre la costa del Mar Adriático.
En la nación del catenaccio, Zeman decidió desplegar un estilo extremadamente agresivo basado en el 4-3-3, tácticas de fuera de lugar, y dinámicos movimientos de jugadores con la pelota. Era algo nunca antes visto, al menos en las divisiones inferiores de Italia.
En Foggia, la combinación de Zeman de jugadores talentosos, desconocidos y comprometidos tomó por sorpresa el futbol italiano. En sólo tres años lograron ascender a la Serie A desde la tercera división y mantuvieron el mismo ímpetu al ataque durante las tres temporadas emocionantes que Foggia disputó en el máximo circuito.
Zeman en 1993 en su segundo paso como entrenador de Foggia. Dirigiría al equipo una tercera vez en 2010-11 // PA Images
De aquel equipo surgieron nuevas estrellas como Giuseppe Signori (295 goles con varios clubes y el equipo nacional) e interesantes extranjeros como la dupla rusa conformada por Igor Shalimov e Igor Kolivanov, quien brilló bajo las órdenes del checo bohemio.
En la campaña 1991-92 en la Seria A, el Foggia de Zeman permaneció leal a su naturaleza ofensiva: 58 goles anotados, el segundo mejor ataque en la liga después del poderoso AC Milan de Fabio Capello. Sin embargo, la mentalidad atacante del Foggia era un arma de dos filos: el equipo tenía la tercera peor defensa.
Después de su estimulante experiencia en Puglia, Zeman fue contratado por la Lazio, y llevó a los Biancocelesti a terminar en segundo y tercer lugar en los dos años siguientes. En Lazio, Zeman posee el reconocimiento de haber impulsado la carrera de Alessandro Nesta, uno de los grandes defensores italianos de la era moderna.
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En 1997, Zeman se mudó al otro lado de la Ciudad Eterna para entrenar a la Roma hasta 1999. Recordemos que en esos tiempos Francesco Totti estaba en la plenitud de su carrera. Bajo la implacable formación 4-3-3 de Zeman, la calidad de Totti se hizo más que evidente, y el resultado fue un cuarto y quinto lugar en las siguientes temporadas.
La actitud de Zeman era atacar por todos lados, dentro y fuera de la cancha. En julio de 1998, luego de terminar en cuarto lugar con la Roma, el bohemio entrenador se quejó públicamente de los casos generalizados de dopaje en el futbol en los que mencionó a jugadores de la Juventus como Alessandro Del Piero, Gianluca Vialli, y Ciro Ferrara. También acusó a la Federación Italiana de Futbol (Federcalcio) de no prestar suficiente atención e ignorar el problema.
La Juventus rechazó cualquier acusación pero las cortes, luego de varios juicios, sentenciaron al doctor deportivo Riccardo Agricola a 22 meses en prisión después de ser encontrado culpable de faltas cometidas relacionadas con el dopaje (sería absuelto posteriormente por la Corte de Apelación). El director de operaciones, Antonio Giraudo, fue absuelto.
Cerca de los 70 años, Zeman sigue siendo un rebelde irreverente // PA Images
Una vez que los ánimos se apaciguaron, Zeman fue visto como un provocador de problemas en el panorama del calcio. Los clubes italianos lo buscaron cada vez menso y en el 2000 se mudó a Turquía para entrenar al Fenerbahce. Los resultados fueron mediocres.
Posiblemente marcado por su acto de “rebelión” en contra de la élite del futbol, Zeman comenzó a merodear en las divisiones menores hasta junio de 2012, cuando regresó como entrenador de la Roma en Serie A.
Tan sólo dos meses antes (en abril de ese mismo año), la Suprema Corte de Justicia del CONI (el Comité Olímpico de Italia responsable de toda la actividad deportiva en dicho país) había confirmado la sentencia de expulsión para Antonio Giraudo y Luciano Moggi, los directores con más antigüedad en la Juventus, después de años de pelear un juicio por el escándalo de amaño de partidos, mejor conocido como calciopoli.
Con su cumpleaños 70 en el horizonte, Zdenek Zeman sigue predicando sus creencias futbolísticas, continúa remando contra la corriente del catenaccio, e intentando salvar desesperadamente al Pescara del descenso.
