Entre más grande es una ciudad, menos nos percatamos de lo que sucede en ella. Diferentes mundos se entrecruzan sin tocarse, pasando desapercibidos uno del otro. Cada quién enfocado en su propia historia ignora lo que sucede a la vuelta de la esquina. El fin de semana pasado decidí salir a conocer y retratar a quienes frecuentan uno de los mundos que sucede las noches de jueves a sábado en la calle de Oaxaca en la Colonia Roma.
Ellos son visitantes de uno de tantos antros de la Ciudad de México, donde el cover cuesta 250 pesos y debes comprar una botella de 1,200 pesos, bajita la mano. Hay una cadena para entrar y es muy difícil que entren chicos solos; deben ir acompañados de alguna chica o grupo de chicas.