Era demasiado joven para ver Trainspotting cuando se estrenó. Pero eso no significa que no haya penetrado la burbuja de mi mundo puberto. Era la película de la que siempre hablaba con mis amigos en clase, la película cuyos pósters compramos con nuestros cupones de descuento y la película que fingimos haber visto hasta que en serio la vimos.
A finales de la década de los 90, antes del internet, en nuestras pequeñas ciudades, Trainspotting nos dio muchas primeras veces. Fue un portal hacia un mundo adulto que nunca antes habíamos visto, ni en el mundo real ni en la pantalla. Tarantino nos dio un vistazo al sexo y las drogas pero con mucho estilo. Trainspotting agregó el peso de realidad a ese mundo y verla, a pesar de que apenas teníamos 12 años de edad, nos hizo sentir mucho más maduros y experimentados. O al menos ese fue mi caso.
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La semana pasada fue el 20 aniversario de la película y para celebrarlo, platiqué con tres de las piezas más importantes: Ewan McGregor, que interpretó a Renton, Kelly MacDonald, que interpretó a Diane, y a Irvine Welsh, el autor de la novela original, cuyo próximo libro The Blade Artist, sigue la historia de Begbie.
El libro
Kelly MacDonald: Había escuchado sobre él pero no lo había leído. Como lo compré después de la primera audición, no sabía mucho al respecto.
Ewan McGregor: Danny Boyle me dio a leer el guión pero nunca había leído algo así. Parecía el mejor papel del mundo. Sabía de la novela y de su prestigio pero todavía no había tenido la oportunidad de leerla. Quedé impactado y me propuse convencer a Danny de que yo era la persona indicada para el papel. Después, cuando leí la novela, me encantó. Fue muy conmovedora. Irvine Welsh es un escritor fabuloso; puede llevarte a las profundidades de la suciedad, la desesperación y la bajeza humana, y después conmoverte en un abrir y cerrar de ojos. Como el autor es escocés y la novela es muy escocesa, me sentí muy conectado con los dos.
Del libro a la pantalla
Irvine Welsh: Había mucho interés. Todos querían hacer una película de Trainspotting. Al principio vendí los derechos a la persona equivocada. En ese entonces era muy ingenuo y estaba atrapado en un vórtex de personas diferentes a las que les interesaba lo que yo estaba haciendo. Cuando por fin vi el trabajo de Danny [Boyle] en Shallow Grave, su debut como director, ya había vendido los derechos a otro productor. En ese momento pensé “Eres un pendejo, la cagaste”, porque ese tipo de energía y rodaje habrían sido perfectos para mis personajes. Estaba triste porque creí que lo había arruinado pero al final logramos resolverlo.
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En mi opinión, que se grabe una película basada en tu libro es genial porque no hay riesgo. Si la película es fea, simplemente te desentiendes diciendo: “Ellos la cagaron”. Es brillante. Algunos escritores creen que es una profanación a su obra pero yo no lo creo, a fin de cuentas nadie toca tu libro. Nadie arranca páginas ni cambia tus palabras; lo único que hacen es transferir tu narración a otro medio. Me preguntaron si quería participar [como escritor] pero no acepté porque quería dejar intacta la energía que había entre Danny Boyle y Andrew Macdonald, el productor. Leí el guión que escribió John Hodge para Shallow Grave y pensé: “No tengo nada que enseñarle a este tipo sobre cómo narrar una historia”. Tenía que mantener mi distancia y dejar que los demás se adentraran.
Las audiciones
KM: Me enteré de la película por unos folletos amarillos que empezaron a repartir en el restaurante de Glasgow donde trabajaba. No sabía que iba a hacer con mi vida y me empecé a interesar en la actuación. En cuanto entré, tuve contacto visual con Danny y se sintió como algo muy especial. No sé qué fue pero sentí algo.
Era muy joven cuando me dieron el papel. Acababa de cumplir 19 años y no sabía en qué me estaba metiendo. Estaba muy emocionada de poder convivir con todos esos chicos —porque eran muy carismáticos y tenían muchas historias para contar— y, al mismo tiempo, moría de nervios y me iba a esconder al baño.
Las mejores escenas
KM: La escena saliendo del club. Creo que fue mi primer día de filmación. Esa vez grabamos todo el día y toda la noche. Todos los chicos eran muy traviesos y se la pasaban tomando, y yo también. Shirley Henderson [que interpretó a Gail] fue la que me dijo que no lo hiciera. Llevaba varias horas en el bar con gente que no estaba grabando y ella fue la única que me dijo “Te recomiendo que dejes de tomar”. Y tenía razón. De hecho, para cuando grabamos la escena, creo que ya estaba cruda. No tenía idea de lo que estaba haciendo, no sabía cómo funcionaban las cosas. La escena de sexo me puso muy nerviosa. En esa época no tenía mucha experiencia en el sexo, por eso fue muy vergonzoso. Era tan ingenua que justo ese día invité a mi mamá y a mi hermano al set.
EM: Hay muchas escenas que me gustan porque estaban muy bien escritas y los otros actores lo hicieron increíble. La que más recuerdo es la secuencia bajo el agua. Me encantó. Es silenciosa y trabajas con la cámara de una forma muy diferente. Me encantó esa secuencia. Amé todas las escenas con Kelly. Me gustó mucho la escena del club y afuera del club, cuando Renton quiere hacerlo con ella y se mete al carro. Fue muy divertido el beso con Kelly MacDonald en la parte trasera del taxi. Fue muy agradable trabajar con ella. Kelly no era una actriz verdadera en ese entonces; era su primera filmación y dejó a todos con la boca abierta. La escena del síndrome de abstinencia fue increíble con Jimmy Cosmo interpretando a mi papá. La escena del parque con Jonny Lee Miller y el perro también fue muy divertida. Por cierto, que quede claro que nunca dañamos a ningún perro.
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IW: La escena donde se escucha “Perfect Day” [de Lou Reed] en el fondo durante la caída —creo que es la forma perfecta de tener una sobredosis, como un arrullo antes de la muerte—. La segunda parte de la escena tiene una energía muy especial. Me sorprendió porque he visto cómo la gente puede morir de forma dramática por una sobredosis y también de forma lenta, como si te quedaras dormido. Incluso puedes disfrutar esa sensación de cómo te llevan, de cierta forma, y hay veces que puedes evitarlo y veces que no. Esa escena resume el horror y el encanto de la heroína. Su caricia mortal. Esa escena es grandiosa. Hay muy pocos directores mejores que Danny Boyle; Danny sabe cómo contar una historia con imágenes y cómo decir algo de forma visual en una escena.
La película terminada
IW: Reservaron una sala de proyecciones en Soho y yo decidí llevar a algunas personas que amaban el libro y sabía que iban a ser honestas si la película apestaba. Invité a Bobby Gillespie y a Andrew Innes de Primal Scream, y a Jeff Barrett de Heavenly Records, en primera porque eran mis amigos y en segunda porque les gustaba mucho el libro. Estaba seguro de que si la película no capturaba el espíritu del libro, ellos no se iban a quedar callados. La verdad, creo que los vi más tiempo a ellos que a la película. Al principio hubo comentarios como “¿Se supone que ese es Begbie? ¿En serio ese es Sick Boy?”. Pero después ya no escuché nada. Una vez que los personajes se grabaron en su mente, se adentraron en la historia y se dejaron llevar. Al final de la película se quedaron sin palabras. Cuando por fin lo procesaron, dijeron que era brillante. Sabía que iba a ser todo un éxito.
EM: No encontraba las palabras para describirla. Estaba impresionado. Recuerdo que salí a la calle y todavía no estaba seguro de mi opinión. Era todo lo que había imaginado y mil cosas más.
KM: Lo que más recuerdo de la primera vez que vi la película es la reacción de Bobby Carlyle porque estaba sentada junto a él. Casi se arrastraba de la vergüenza. Cada que salía en la pantalla, se hundía más en su asiento, lo cual me pareció muy interesante. Yo también me sentía así, aunque creo que es muy común. No me gusta verme a mí misma.
La música
IW: Creo que donde más colaboré fue en la banda sonora. Como conozco a varios músicos, los puse en contacto directamente con los directores para saltar el proceso de pagar muchísimo dinero para obtener los derechos de la música. Los músicos estaban tan enamorados de la película y tenían tantas ganas de participar que le decían a sus disqueras “¿Podemos regalar esta canción?”. Eso nos ayudó a conseguir los derechos a un precio muy bajo y a veces gratis. De otra forma no habríamos podido tener una banda sonora de tal calidad. Danny ya había trabajado con Leftfield en Shallow Grave y creo que también conocía a New Order. La vibra era tan buena que se extendió a los músicos, quienes nos regalaron muchas cosas que en circunstancias normales habrían costado una fortuna.
Hago referencia a la mayoría de los artistas en el libro: Iggy, Lou Reed, Bowie y todo el material house que me gustaba en ese momento. Lo único que no entendía era lo del britpop. Primal Scream y Damon Albarn eran amigos y yo conocía a Jarvis Cocker pero no lograba entender cómo entraba el britpop. No entendía por qué creían que iba a funcionar pero Danny fue el que decidió que necesitábamos ese toque contemporáneo, lo cual resultó perfecto porque el britpop fue lo último de la cultura británica juvenil y ayudó a posicionar la película como la última película de cultura británica juvenil.
La reacción y la supuesta idealización de las drogas
IW: El candidato presidencial estadounidense Bob Doyle la criticó sin siquiera haberla visto. El cine idealiza todo por naturaleza, con su reparto de actores y toda la estilización. Una de las cosas que más me gustaron de la visión de Danny fue que no quería una película pomposa de realismo social setentero que hiciera que la burguesía y los políticos mejoraran los barrios y toda esa mierda, porque ese barco ya zarpó y nunca va a pasar. Si no puedes hacer que los políticos gasten dinero en esa clase de obras, lo único que hace tu película es hacer que los ricos se sientan afortunados de no ser pobres. Mi intención era capturar la emoción de ser joven en un entorno peligroso sin olvidar que todavía tienes un mundo de posibilidades a pesar de que las circunstancias actuales no son las mejores. Fue la primera película que dijo que las drogas pueden ser divertidas y peligrosas al mismo tiempo. Es necesario mostrar lo bueno y lo malo. Y también hay que mostrar por qué la gente empieza a consumir drogas en primer lugar. Para mí, la razón por la que consumimos drogas es más que evidente.
KM: Después de grabar la película, volví a vivir en casa de mi mamá por un tiempo. Un día salí y cuando regresé había dos periodistas en la sala, platicando con mi mamá, lo cual se me hizo un poco raro. Hice una breve entrevista y les pedí que se fueran. Pocos días después, leí un encabezado que decía que una de las estrellas de Trainspotting tenía un problema de adicción. En ese momento pensé “Oh, dios, ¿quién es?” y resulta que se trataba de mí. Todo fue porque me preguntaron que si había probado alguna droga y, como era muy ingenua, les respondí que sí, que había probado un yogurt con hash y me puse muy mal.
La secuela
IW: John [Hodge] hizo un guión magnífico. Está basado en Porno [La secuela de Trainspotting] pero evolucionado. Tuvimos que evolucionar porque se supone que la historia de Porno es diez años después y ahora los actores son 20 años mayores. Debemos tomar eso en cuenta. Digamos que cuenta la historia de Edimburgo tal como es hoy. El elemento principal es la reunión de Renton, Begbie, Sick Boy y Spud, y cuenta la historia de cómo se entraron en la industria del vicio de una forma muy innovadora.
Tiene escenas fantásticas y es una gran oportunidad para los actores. Por eso me emociona tanto. Sé que Danny va a tener una visión increíble. Va a ser una película excelente. Lo interesante va a ser ver la reacción de los jóvenes en el cine porque los protagonistas ya son mayores, ya no va a ser una película de jóvenes como lo fue Trainspotting. Podría ser como ver a tu tío bailando en una boda. Espero que sea lo suficientemente divertida y loca. Tiene el potencial para que los actores se luzcan.
EM: Va a ser increíble. El guión es hermoso y brillante. Tiene que serlo; si no, no creo que ninguno de nosotros habría aceptado participar si no tuviera la misma calidad que definió a la primera película. Ese es el riesgo con las secuelas, en especial con las que salen después de mucho tiempo.
KM: Todavía no sé qué va a pasar. Ya leí el guión pero no sé qué tanto puedo hablar sobre el tema, la verdad. Sería muy interesante trabajar con las mismas personas, en especial ahora que todos han cambiado, pero ahora ya sé cómo funciona todo. Trainspotting fue mi inicio incómodo y estoy muy agradecida porque pudo haberse quedado ahí, pero no fue así, y ahora tengo la oportunidad de trabajar en lo que más me gusta y ya no me escondo en los baños.
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