Conoce al candidato animalista y vegano de Unidos Podemos al Senado

Sergio García Torres, vegano, activista por los derechos de los animales y candidato a senador con Unidos Podemos, explica que incluso los que creen que el Senado no vale para nada, deben marcar su voto para la Cámara Alta.

¿El objetivo? "Controlar los impulsos populares que pudieran surgir en el Congreso de los Diputados" y evitar así que esta institución frene los posibles cambios legislativos.

Acabar con la tauromaquia y los circos con animales, introducir menús libres de explotación animal en los espacios públicos y controlar la actividad de los mataderos, son algunas de las medidas que considera urgentes.

VICE: ¿En qué momento decides presentarte como candidato al Senado?
Sergio: En realidad todo esto comienza el 15 de mayo de 2011, cuando indignados e indignadas de todo tipo y condición nos concentramos en la Puerta del Sol.

Esa indignación era participada por los y las animalistas. Posteriormente, las Candidaturas de Unidad Popular abrieron procesos de participación en la elaboración de propuestas electorales y la plataforma La Tortura No Es Cultura (LTNEC), a la que pertenezco, decidió formar parte.

Centenares de candidaturas municipalistas asumieron sus propuestas en materia de derecho animal, así como las de otros muchos colectivos que luchábamos por terminar con infinidad de injusticias contra las personas y por supuesto, contra los animales.

¿Habéis conseguido introducir políticas animalistas en los ayuntamientos?
Decenas de las candidaturas ganaron y surgieron los "ayuntamientos del cambio", que comenzaron a aplicar mejoras en materia de protección animal.

Representando a LTNEC participé, y sigo participando, en un trabajo coordinado para ejecutar estas propuestas con muchos de estos ayuntamientos, tales como: Madrid, Valencia, Valladolid, Cáceres, Córdoba,… y así un sin fin de ciudades que hemos recorrido y que han dado pasos importantes por los animales.

¿Por qué optaste por Unidos Podemos en lugar de otras formaciones?
Llegaba el momento de que los derechos de los animales fueran recogidos en los programas de los grandes partidos que concurren a las elecciones generales y la candidatura que siempre se ha mostrado predispuesta a sumar la lucha animalista a su trabajo político ha sido Unidos Podemos.

Y no sólo como un mero gesto para captar votos, ya que las organizaciones que integran esta candidatura han sido las responsables de los muchos avances en este pasado año. Desde Unidos Podemos entendieron que la lucha animalista debía estar representada en las instituciones.

A través de la dirección estatal me propusieron participar de la Candidatura al Senado por Madrid en los espacios de las listas electorales que Unidos Podemos reservaba para referentes de colectivos sociales.

No sólo se propuso un espacio en una lista electoral, sino que se planteó una visibilización importante durante la campaña, pudiendo mostrar a la ciudadanía los avances logrados hasta el momento y los planteamientos futuros.

La Ley Electoral, injusta con los partidos pequeños, no favorece tus objetivos.
La Ley Electoral es tremendamente injusta, sobre todo con los partidos pequeños porque elimina la posibilidad de representación de miles de personas y de organizaciones políticas. Se estableció así en la Constitución para garantizar gobiernos estables, justo después de una dictadura y buscando la "paz social y política".

Es entendible, hasta cierto punto, que se eligiera este método electoral pero en la actualidad, sin duda, es necesario cambiarla. La sociedad ha avanzado, es mucho más diversa en sus posicionamientos políticos y es necesario repensar y hacer más justa la representatividad política en las instituciones.

Uno de los ejes del programa electoral de Unidos Podemos es la reforma de dicha Ley y de la propia Constitución, para reflejar el sentir mayoritario de la sociedad.

Parece que la sensación generalizada es que el Senado es no vale para nada.
Incluso si la conclusión que se tiene es que el Senado no vale para nada, hay que votar al Senado. La Cámara Alta, el Senado, al igual que ocurre en modelos de otros países, tiene históricamente una finalidad muy concreta que es la de "controlar los impulsos populares que pudieran surgir en el Congreso de los Diputados".

El Senado actualmente es una cámara de doble lectura de las propuestas surgidas en el Congreso, sin una capacidad real de funcionar como cámara de representación territorial, esto en la práctica convierte al Senado en un censor del Congreso.

Esto no acaba aquí, la corrección del voto al Senado es aún más injusta que la de elección al Congreso, favoreciendo más a las mayorías, mayorías que casualmente han estado controladas, en casi todas las legislaturas, por el Partido Popular.

¿Qué sentido tienen entonces entrar ahí?
El Senado debe tramitar leyes, plantea enmiendas a las propuestas y presupuestos, y tiene la última palabra en una posible reforma constitucional (necesaria si queremos cambiar la Ley Electoral).

Incluso si en esta reforma constitucional se plantea la eliminación de esta cámara, es necesario primero romper la mayoría absoluta del Partido Popular. Por este motivo, Unidos Podemos planteó la posibilidad de un acuerdo con el PSOE para el Senado, para garantizar que esta cámara no sería el freno de los posibles cambios legislativos.

Decís que es un lugar al que van "los dinosaurios a morir". El Pequeño Nicolás opina lo mismo.
(Risas) Sin duda, el Pequeño Nicolás es el producto de un modelo que no ha funcionado y una cámara que se ha desprovisto de todo sentido práctico para el beneficio de la ciudadanía.

Unidos Podemos pretende darle un valor de representación de movimientos sociales y posteriormente abrir un proceso de reforma constitucional donde la ciudadanía será la que decida qué se debe hacer con el Senado.

Quizá conseguir una cámara de representación territorial real o quizá su eliminación si así se acuerda mayoritariamente. De momento, lo que sí tienen que desaparecer son los privilegios y prebendas de los cargos públicos y evitar que la cámara alta vete los avances que pudieran venir desde el Parlamento, avances para las personas y para los animales.

Te alejas de la imagen típica de senador. ¿Crees que la sociedad sabrá digerirlo?
Creo que a quien le cuesta digerir esos cambios es a la vieja política y a sus medios de comunicación afines. Sin duda, la imagen de senadores y diputados nunca ha estado tan cerca de la calle, de la realidad social como ahora, donde gente normal, activistas y representantes de colectivos sociales acceden a espacios de representación política.

Estoy lejos de la imagen de un senador pero mucho más cerca de la imagen de la gente normal y corriente.

Eva Abril, activista del movimiento LGTB, también se sale del cliché de senadora.
Se sale del arquetipo de las y los candidatos de los partidos clásicos, es cierto, pero encaja perfectamente en el perfil de la candidatura de Unidos Podemos. Eva, junto a Pilar Lima, luchadora del colectivo de personas sordo-mudas, o Ramón Espinar, referente del colectivo Juventud Sin Futuro, y yo, si salgo elegido, conformaríamos un crisol de luchas sociales representadas en el Congreso y el Senado.

Es necesario que las luchas sociales tengan voz en las instituciones. La oportunidad que nos ofrece una candidatura con opción real de gobierno que se abran a las diferentes luchas es ya un triunfo social.

Eres vegano y antitaurino… ¿Un antisistema destrozando el sistema desde dentro?
No me considero antisistema, pero sí considero que hay muchas cosas que el sistema no quiere cambiar y hay que agitarlo para que reaccione y sin duda la única manera efectiva de conseguir esta reacción es hacerlo desde dentro.

Han sido muchos años trabajando en colaboración con cargos públicos y contando con ellos y ellas para cada avance para los animales.

Ahora tenemos la posibilidad de participar activamente en esa toma de decisiones y crear canales directos entre las instituciones y los colectivos sociales para adecuar las leyes al sentir mayoritario de la sociedad.

¿Qué puede aportar tu experiencia como activista a nuestras instituciones?
La base del sentimiento antitaurino y la condición de vegano tiene una raíz común: el respeto y el amor por todos los seres que sienten, animales humanos y no humanos.

Aportar esta visión en el Senado sin duda dará más visibilidad a esta lucha. Por supuesto, pediremos que existan menús libres de explotación animal en el Congreso y el Senado, como en el resto de espacios públicos.

¿Cuáles son las principales medidas que te gustaría implantar?
Lo primero una Ley Marco de Protección Animal, elaborada de manera coordinada con colectivos de defensa de los derechos de los animales. Es una promesa eternamente incumplida por todos los partidos políticos, pero esta vez, será la prioridad de mi trabajo durante la próxima legislatura si alcanzamos el escaño.

Por otro lado, la eliminación de figuras de protección cultural de espectáculos donde se maltrate animales. Esta propuesta se presentó ya en el Parlamento en esta pasada y breve legislatura, no llegó a debatirse al disolverse la cámara, pero será la primera PNL en materia de protección animal que volverá a presentarse.

Esta PNL eliminaría espectáculos como el de Coria, Benavente, Medinaceli y definitivamente el torneo del Toro de la Vega en Tordesillas, además de muchos otros espectáculos que se realizan incluso incumpliendo los propios reglamentos taurinos de sus comunidades autónomas.

¿Cómo pretendes acabar con la tauromaquia y el sufrimiento en los mataderos?
La eliminación de subvenciones a la tauromaquia ha demostrado ser sin duda, como hemos podido comprobar en los "ayuntamientos del cambio", la estrategia más efectiva para la eliminación de lo que suponen anacronismos culturales sustentados íntegramente con dinero público.

En cuanto a animales de "consumo", sin duda la posición que podremos aportar a las directivas europeas serán en torno al control de mataderos, aumento de la calidad de vida de estos animales, fomentar el consumo responsable de productos de origen animal, una reforma de las ayudas de la PAC favoreciendo la cría extensiva sobre la intensiva y la producción responsable y local.

Todos estos objetivos se quedan cortos desde tu posicionamiento personal, ¿no?
En lo personal, soy vegano y sin duda mi posicionamiento particular es mucho más comprometido. Creo que en la acción política se deben hacer esfuerzos pedagógicos para que una mayoría social conozca esta posición ética.

Por esto también, creo que es necesario visibilizar estas opciones personales en los espacios políticos públicos.

Planteas la eliminación de los circos con animales. ¿Es posible lograr algo así?
Es posible si hay voluntad política y si se quiere escuchar el sentir mayoritario de la sociedad. Los primeros ayuntamientos que iniciaron este cambio de la concepción de los animales sin duda tuvieron algunas dificultades en su inicio, pero una vez que los avances se consolidaban y se visibilizaba que la sociedad lo recibía gratamente, se generó un efecto llamada de decenas de municipios.

Al principio costaba convencer a ediles para elaborar propuestas que avanzaran en los derechos de los animales, ahora son las corporaciones las que recurren a los colectivos sociales para recibir asesoramiento en esta materia, sobre todo, ayuntamientos gobernados por las organizaciones que ahora configuran la candidatura de Unidos Podemos.

Hay animalistas en contra de la decisión del PACMA de no confluir con Unidos Podemos.
Lo primero, respeto absoluto a la decisión que legítimamente ha tomado la dirección del PACMA. Me habría gustado que hubieran participado en las Candidaturas de Unidad Popular primero y ahora en Unidos Podemos. Sin, duda habríamos sumado muchos más apoyos de cara a poner en marcha aún más propuestas para la próxima legislatura.

Creo que el 15M nos dio a muchos y muchas una visión más transversal de las luchas sociales, más participadas y más líquidas, donde todos los colectivos hemos ido aprendiendo del resto. En todo esto, la dirección del PACMA ha preferido mantenerse al margen de la movilización ciudadana y es legítimo, pero erróneo desde mi punto de vista.

Creo que al menos podrían haber elaborado mecanismos de participación en esta decisión para sus seguidores y simpatizantes, como han hecho otras fuerzas políticas durante este último periodo.

El debate clásico: ¿Quienes se llevan las manos a la cabeza con la caza o los toros deberían dejar de comer carne para ser coherentes?
Creo que ser antitaurino es el primer paso hacia una conciencia respetuosa hacia los animales. La tauromaquia es matar animales por placer y divertimento, sin duda debe ser la primera de las formas de utilización de los animales en ser rechazada socialmente.

El primer paso que la mayoría de las veganas y veganos hemos seguido para nuestros propios procesos de evolución ética, fue empezar por ser antitaurinos y antitaurinas, después fuimos resolviendo nuestras propias contradicciones.

Creo que la tarea de los y las veganas es visibilizar este proceso, facilitarlo y acompañarlo, nunca juzgarlo, ya que la mayoría de veganos y veganas no lo somos de nacimiento y todos necesitamos de nuestros propios procesos de crecimiento personal.