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Sexo

Actrices porno nos explican cómo son sus orgasmos cuando están trabajando

"Cuando trabajaba como dependienta en una tienda de ropa nadie venía a preguntarme '¿Estás cómoda con el cliente? ¿Es forzado que le estés diciendo que esa camiseta le sienta bien?'".
actrices porno orgasmos
Ivy de Luna. Todas las fotografías cortesía de las protagonistas

Si nos tenemos que guiar por los gemidos que escuchamos por parte de las féminas en el porno (en los hombres los ruidos del placer parece que no se estilan mucho), muchas mujeres podríamos pensar que o nos estamos perdiendo algo que desconocemos o bien las chicas están sobreactuando un montón.

Parece que sin gemido no exista placer, que sin squirt no haya un buen orgasmo, que sin arcada no hay una buena mamada, entre muchos otros arquetipos machistas que la industria del porno nos ha inculcado, a veces sin que nos demos cuenta.

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Sin embargo, cada vez hay más actrices que, a pesar de haber cedido a estas demandas impuestas por determinadas productoras, están tomando el control sobre este tipo de conductas y apuestan por un porno más feminista, en el que no solo se tenga en cuenta la imagen de la mujer, sino que también sea un porno dirigido a las mujeres, más real y espontáneo.

Está claro que la mayoría de los jóvenes recibimos una educación sexual bastante precaria y que nos basamos en lo que vemos en el porno, con todas las consecuencias que eso conlleva. Por eso es tan importante que este desmarque exista, que seamos las mismas mujeres las que tomemos consciencia de ello y expliquemos a otras mujeres que la realidad no es todo lo que vemos en la pantalla ni tampoco lo que algunos esperan que sea.

Silvia Rubí, 31 años

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Con las experiencias que más he disfrutado en el trabajo han sido con aquellas que me han permitido explorar un poco más sobre mi propia sexualidad. Como por ejemplo una vez en la que, durante un festival erótico en Portugal, estábamos tres actrices aburridas y nos metimos en el backstage a hacernos pajas sin descanso.

Delante de las cámaras, obviamente, mis orgasmos no son siempre iguales, depende sobre todo del tipo de grabación y las técnicas de rodaje que se utilizan. Por lo general, cuanto más técnico es un rodaje, menos he disfrutado, porque se pierde espontaneidad. Por ejemplo, en los vídeos de VR [realidad virtual], al ser clips complicados de rodar por el tiro de cámara, no puedo disfrutar de la misma manera que escenas que sean a libertad de las performers. En el porno cuanto más disfrute la mujer mejor.

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Fingir lo hago todas las veces que se que no voy a llegar al orgasmo; al fin y al cabo estoy rodando ficción. Pero fingir en la vida real es una auténtica tontería.

Pamela Sánchez, 27 años

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Fotografía por Veggie Fotos, cortesía de Pamela Sánchez

Yo sé controlar la eyaculación femenina, el llamado squirt, pero el orgasmo no puedo controlarlo. Con mi pareja no suelo fingir si no tengo ningún orgasmo. Simplemente se lo digo porque la comunicación es fundamental. A mí en especial me gusta escucharme muy fuerte porque disfruto más del orgasmo.

En los rodajes es diferente, antes de rodarlo, me preparo entre una hora y media y tres horas antes de la grabación. Bebo mucha agua para no deshidratarme y no tener dolores pélvicos. Y para poder disfrutar del orgasmo del que va acompañado el squirt necesito estar muy tranquila y relajada. Hay que saber controlar muy bien el esfínter y relajar el suelo pélvico.

Durante algunos rodajes he tenido orgasmos tan fuertes después de realizar un squirt que he tenido que parar la grabación porque he estado apunto de llegar a caerme al suelo porque mis piernas han flojeado.

Lady Nala, 21 años

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Mis orgasmos en el trabajo dependen de si estoy trabajando para mí (también soy productora) o para otros. Cuando ruedo con y para amigos todo es mucho más sencillo, el sexo es divertido de por sí y disfruto mucho con la sesión, pero cuando no conoces el equipo con el que vas a trabajar, hasta el día anterior o el mismo del rodaje, se hace más duro. Por suerte, normalmente suelo gozar siempre aunque no haya un clímax final, pero tal vez sea imprescindible fingir cuando trabajas para terceros y no estás disfrutando de tu trabajo.

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De hecho, yo he tenido que fingir algún orgasmo porque para mi la situación en la escena no era nada morbosa. Pero entiendo que el hecho de fingir orgasmos en el porno puede hacer que nos creamos que el sexo tiene que ser una fiesta sin parar cuando no es así. A veces pasan cosas y hay que parar, o moverse, o ir a mear, o tirarte un pedo. Mil cosas en fin, que no salen en las escenas porque no son "bonitas". Gemir, por otro lado, me hace recrearme en el placer,a mí al menos. No se trata de fingir, sino de aumentar la intensidad del sexo con son sonidos intensos.

En el porno feminista, si lo hay, no se busca el orgasmo como tal. Se busca un placer más real, reproducir el sexo sin prejuicios ni estigmas sociales, algo complicado y casi imposible teniendo en cuenta que la misma sociedad es machista y estamos en plena deconstrucción. En el mainstream no es así.

Ivy de Luna, 23 años

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Sé que no todas mis compañeras de profesión pueden decir esto y soy consciente de mi posición de privilegio. Puedo afirmar que no ha habido ninguna escena donde haya sentido que no estaba disfrutando, aunque en varias de mis escenas no llegue al orgasmo. Con el trabajo sexual me he dado cuenta que sí puede ser necesario fingir un orgasmo, ya sea porque la narrativa de la escena que estoy rodando —por un motivo o por otro— lo requiere o porque el tiempo que tenemos es limitado.

Antes de trabajar en el sexo nadie me había contado que es muy difícil llegar al orgasmo únicamente con la penetración de un pene en la vagina así que pensaba que la rara debía ser yo. En ese contexto, mi decisión de dejar de fingir orgasmos si algún día volvía a acostarme con un tío, fue una liberación. El orgasmocentrismo social no se puede obviar, estamos luchando para cambiarlo, pero es una realidad a tener en cuenta. El problema no es la exageración de los orgasmos en el porno, sino la no educación sexual que recibimos desde pequeños. No se puede responsabilizar a las trabajadoras sexuales de lo que es una responsabilidad colectiva.

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Hay una parte performativa y cultural en cualquier relación sexual, delante o fuera de cámara. Las tías cisgénero, por alguna regla no explícita, tenemos que parecer normativamente atractivas (levantar el pecho, que no se te vean los pliegues…) y los tíos cisgénero suelen teatralizar una hipermasculinización. Cuando trabajaba como dependienta en una tienda de ropa también había una parte performativa, pero nadie venía a preguntarme "¿Pero estás cómoda con el cliente? ¿Es forzado que le estés diciendo que esa camiseta le sienta bien a la cara?".

Anneke Necro, 31 años

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Raúl Bateman

Muchas veces en el porno se fingen los orgasmos o se exageran porque no hay que olvidar que estás trabajando y que hay que tener unos resultados. Obviamente no es lo mismo cuando estás teniendo una relación en tu casa con alguien que conoces que cuando estás rodando. Al fin y al cabo, somos performers y hay unas exigencias de guion.

En el mainstream se trabaja de una manera en la que se considera que, las actrices, cuanto más exageren el orgasmo mejor. En el porno feminista, por ejemplo, esto no es así y se busca más bien la naturalidad. Sé de actrices que muchas veces falsean el squirt con pis. Se beben dos litros de agua y si luego en el momento que les indican que es el momento de correrse se mean.

Muchas veces en el porno se representan posiciones que son incomodísimas y con las que muy difícilmente se puede llegar al orgasmo. La clásica del reverse cowgirl es terrible. Me destroza la espalda y las piernas. Luego lo haces tu en casa y te das cuenta de que es una auténtica mierda. A mí me ha pasado que me han pedido esta posición en mis relaciones personales y realmente no me gusta, pero en el porno se usa bastante porque estéticamente queda bien.

Soy consciente que más que unas expectativas irreales, lo que genera eso son unas pautas de comportamiento, unos roles en las relaciones heterosexuales, en los que si la mujer no monta el gran espectáculo parece que no te los estés pasando bien. En este sentido se crean unas relaciones de poder en las que ya no importa si las mujeres llegamos al orgasmo o no, y eso es un error porque tenemos que exigir nuestro placer en las relaciones.

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