Una o dos semanas previas a la menstruación muchas de nosotras podemos tener ataques de todo tipo, de llanto y de risa. También somos capaces de vivir en una profunda tristeza o transitar una ansiedad incansable. Sin embargo, intentamos esconderlo. Nos metemos nuestros cambios de humor en los bolsillos, porque históricamente nos han enseñado que una mujer con ira es una mujer que queda fuera del sistema. Es una mujer loca. Es una incomprendida. Pero lo que muchas personas no saben es que existe una explicación por la cual nuestras hormonas se disparan mes a mes y pueden ser la causa de algún tipo de afección que aún desconocemos.“Días antes de menstruar tengo hambre todo el tiempo, me hincho, me duele el cuerpo, voy del sofá a la nevera y salto de dulce a salado sin ningún tipo de vergüenza. Me encierro en mi casa e intento tener poco contacto con mis amigas porque estoy irritable, de verdad”, cuenta Eva de 32 años.
¿Qué es el trastorno disfórico premenstrual y cuál es la diferencia con el síndrome premenstrual?
“Estuve años preguntándome qué era lo que me pasaba durante mi periodo premenstrual. Mi psicólogo me diagnosticó ansiedad crónica y depresión. Luego de varios años de tomar antidepresivos me recomendaron hacerme unos estudios hormonales” cuenta Lucía de 28 años.
¿Cómo se diagnostica el Trastorno disfórico premenstrual?
Para los cuerpos que menstrúan, tanto el síndrome premenstrual como el trastorno disfórico premenstrual pueden ser más o menos severos. “Siempre aconsejo llevar un calendario o un diario donde podamos anotar las fechas de nuestro periodo y describir lo que sentimos a lo largo del mes, a veces es necesario descargarnos alguna aplicación. Mientras más información tengamos sobre nuestro cuerpo mejor asesoramiento podremos encontrar. Una vez que entendamos qué nos está comunicando nuestro cuerpo, yo aconsejo buscar la manera de no crear una solución que genere una dependencia. Es preferible cambiar a una alimentación saludable al igual que hacer actividad física. Eso ayuda a equilibrar nuestros vaivenes emocionales. Por otro lado, algunos tratamientos son más intensos, con antidepresivos, pero siempre es recomendable consultar a un especialista”, concluye Fercci.“Menstruo desde los 14. He pasado por periodos con más o menos dolor, más o menos sangrado y una cantidad de estilos de montañas rusas emocionales. Hace dos años comencé a tomar nota de mis sensaciones y entendí que muchos de los cambios de humor que tenía eran durante el mismo periodo, una semana antes de menstruar”, cuenta Catalina de 30 años.