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“En Cartagena sí hay racismo” y otras verdades incómodas para la cartagenidad

Un grupo de artistas está indignado en Cartagena: la posible prohibición de bailar de forma erótica, los insultos racistas de una mujer a un taxista y la programación del teatro principal, los hizo manifestarse todo el fin de semana.

Durante el fin de semana hubo en Cartagena una toma artística que llamó la atención de los nativos y extranjeros que por estos días pasean sus calles. Carteles y bailes de protesta en lugares emblemáticos resonaron en redes sociales y tuvieron alcance hasta en otros países, donde probablemente no saben qué significa champeta, pero sí tienen muy claro qué es el racismo y cuál es el método comprobado para provocar un embarazo.

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¿Qué fue lo que pasó?

El Centro Cultural Ciudad Móvil, liderado por Dina Candela, Lobadis Pérez y Christian Ahumada, recibe por estos días a un grupo de artistas nacionales e internacionales en un encuentro llamado "Zuma, ecosistemas culturales". En el marco de este evento se tenía planeado ofrecer dos actos públicos para la ciudad en lugares convencionales, como la Cooperación Española o las emblemáticas murallas. Sin embargo, en las últimas semanas, tres sucesos llamaron la atención del grupo de artistas y, por eso, la agenda artística cambió de forma drástica.

El primer suceso fue el proyecto de acuerdo distrital que se trabaja en el Concejo de Cartagena para hacer prohibiciones a algunos bailes populares llamados eróticos (entre ellos la champeta), con el fin de evitar embarazos no deseados entre adolescentes; el segundo es el caso de racismo que se hizo viral con un video en el que una mujer insulta a un taxista llamándolo "ratero, hijo de puta, feo, bobo…" y remata con "negro" una y otra vez. El tercero fue un artículo publicado recientemente en El Universal de Cartagena que alaba la gestión del Teatro Adolfo Mejía: para el grupo de artistas esta información es equivocada, pues, de acuerdo con sus declaraciones, el teatro distrital carece de agenda cultural y en cambio sí tiene una agenda comercial, que, según ellos, es ajena a la escena artística local.

Las manifestaciones comenzaron el viernes 24 de julio las 5:00 p.m., hora en la que comienza el éxodo de cartageneros que caminan desde su trabajo en el Centro Histórico hacia sus hogares en distintos lugares de la ciudad. En Puerto Duro, a la altura de la estatua de la India Catalina, el grupo de artistas pegó carteles en los buses que desde ahí van a los barrios del sur oriente y sur occidente de Cartagena. Los mensajes eran claros: "En Cartagena sí hay racismo", "Lo plebe es comprar votos", "La champeta no embaraza, lo que embaraza es la mondá". Los letreros fueron diseñados por Runner, uno de los cartelistas picoteros más reconocido en la escena del arte popular cartagenero.

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La segunda ocupación ocurrió el sábado 25 de julio a las 6:30 p.m. frente al Teatro Adolfo Mejía, cuando dos bailarines de la Compañía Periferia, residentes de Ciudad Móvil, y el músico Jorge Pardo, rodeados por más de 30 personas sosteniendo derechos de petición en sus manos, hicieron un baile protesta que duró alrededor de siete minutos. Los derechos de petición firmados por todos los asistentes y espectadores, que piden explicación acerca de la gestión cultural del teatro, fueron radicados hoy en la mañana.

Va acá la manifestación: