Por qué las parejas pelean más cuando tienen menos sexo

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Por qué las parejas pelean más cuando tienen menos sexo

Las hormonas son solo una parte de la historia.
Juan  Regis
traducido por Juan Regis

Probablemente te ha pasado: estás en una relación, el sexo es grandioso, y entonces —de un momento a otro— se vuelve aburrido. En un principio lo entiendes; quizás tu pareja está presionada por el trabajo. Pero después comienzas a sentirte un poco molesto. Resentido. Incluso enojado. Pronto, estás listo para pelear —del tipo que empieza con cualquier pretexto y termina con alguien arrojando la mesa por la ventana y las cosas de la sala de estar—. Todo culmina preguntándote qué salió mal.

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¿La reacción? Bastante común. ¿Y el enojo? Muy válido. ¿Pero por qué pasa? Algunos se han planteado que cuando estás enojado por no tener sexo se debe a la falta de sustancias químicas que nos hacen sentir bien —dopamina, oxitocina, entre otras— en tu cerebro. Es parte del problema pero no te cuentan la historia completa. No quiero ser aguafiestas, pero sabemos que un encuentro de autocomplacencia en la regadera —sin importar qué tanta dopamina se libere en el acto— no reemplazará el hecho de que la persona que quieres no quiere tener sexo contigo.

"Para muchas parejas —tal vez para la mayoría— el sexo representa un medio importante para lograr una conexión íntima, en términos físicos desde luego, pero también en un nivel emocional", dice Amanda Gesselman, psicóloga social e investigadora en The Kinsey Institute. "A pesar de no ser para nada una correlación perfecta, la satisfacción con nuestras vidas sexuales tiende a ser vinculada con lo felices que nos sentimos en general en nuestra relación. No es ninguna sorpresa que cuando el deseo sexual de nuestra pareja comienza a disminuir —ya sea por estrés, depresión, cansancio o porque la frecuencia del sexo tiende a decaer conforme progresa la relación— interpretamos ese bajón como una señal de que algo está mal".


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Ya que la mente es capaz de lograr increíbles hazañas —como convertir preocupaciones válidas en montañas infranqueables de ansiedad—, la falta de sexo puede interpretarse incorrectamente. "Una persona podría interpretar esta disminución como una señal de que su pareja ya no la considera atractiva, ya no disfruta el sexo con él o ella o ya no quiere estar en la relación, incluso cuando ninguna de estas posibilidades es verdadera", dice Gesselman.

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Sin embargo, como bien sabemos, las cosas no necesitan ser verdad para quitarnos el sueño. Y como preguntar para tener sexo nos pone en una posición vulnerable —sí, incluso cuando han estado juntos por años—, el rechazo puede activar las inseguridades que hemos llevado de una relación a otra. Esto detona todo el odio y la molestia. Pero no hay por qué darse de golpes contra la pared por esto, ya que dicha activación se encuentra casi siempre fuera de nuestro control consciente. De hecho, puede llegar tan lejos como nuestra niñez, cuando aprendiste por primera vez cómo apegarte a otros por medio del vínculo que formaste con tus padres.

"Existen referencias individuales bien documentadas de estilos de apego, los cuales dictan cómo la gente se acerca al vínculo con sus parejas", dice Gesselman. "Algunas personas padecen más apegos de ansiedad con sus parejas, lo que significa que tienden a necesitar un poco más de validez e intentan evocar esto mismo en sus parejas. Algunas investigaciones han demostrado que las personas con más estilos de apego con ansiedad —gente que se preocupa un poco más de que su pareja los deje — son más propensas a ver el sexo como una especie de indicador de la estabilidad de su relación".

Si tu pareja no quiere tener sexo porque se la pasa respondiendo correos o porque come frente al televisor, entonces es una clara señal de que hay cosas más importantes que pasar el rato contigo. — Vanessa Marin

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"Para dichas personas, una pareja sin deseo sexual podría ser muy agobiante porque le prestan más importancia al sexo como un indicador de seguridad", añade. Vanessa Marin, terapeuta residente de Los Ángeles concuerda con esta idea. Marin ve con mucha frecuencia este tipo de problemas en su día a día, y aunque le inquieta que sea tan común, también dice que la intensidad de los sentimientos que afloran, cuando el sexo no está presente en la relación, pueden ser una verdadera sorpresa.

"Muchas parejas suelen pensar que el sexo es sólo sexo", dice Marin, "pero es mucho más que eso. Tu pareja no quiere hacerlo sólo porque quiere sentir un orgasmo. Desde luego, es la parte más divertida del sexo, pero en realidad tiene que ver con la prioridad que se dan mutuamente por encima de un millón de cosas más que buscan nuestra atención. Si tu pareja no quiere tener sexo porque se la pasa respondiendo correos o porque come frente al televisor, entonces es una clara señal de que hay cosas más importantes que pasar el rato contigo".

Pero hay un problema mucho más grande: cuando te enojas pero no lo hablas, tu pareja se da cuenta. ¿Qué hay de toda esa tensión? Marin dice que crea un círculo negativo que ha visto demasiadas veces. Pero expresar esos sentimientos tampoco es fácil. "No estamos capacitados para hablar de los sentimientos de rechazo y para lidiar con los mismos", opina, "así que los dejamos marinar dentro de nosotros y se mezclan con los demás sentimientos de rechazo que hemos recolectado en el pasado".

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¿Entonces qué puedes hacer si no tienes sexo y comienzas a sentirte enojado? Todo empieza por la comunicación, sin importar lo incómodo o raro que pueda llegar a ser. En su día a día, Marin comenta, trabaja ayudando a parejas para que entiendan que no deben trabajar para nunca ser rechazados por sexo, sino para que sean capaces de entender y procesar los sentimientos que se generan en dicho rechazo. Esto permite que ambos hablen más claramente sobre sus deseos, lo cual se traduce en menos peleas y más tiempo juntos. Y mucho menos resentimiento.


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Redefinir lo que el sexo significa para ti como pareja también es una forma útil de evitar los sentimientos de rechazo o resentimiento. "Muchas parejas tienden a caer en el coito por default", dice Marin. "Debes crear un menú más grande. Hay muchas formas de tener sexo, pero solemos perder nuestra creatividad y caemos en lo mismo". Si tu pareja no quiere tener sexo porque ya le aburrió, entonces tal vez sea hora de que el coito sea solamente una parte de la experiencia.

"Qué pasa si solamente es una persona dando sexo oral a otra?", pregunta Marin. "¿Qué pasa si una persona le habla sucio a su pareja mientras se masturban? ¿Qué hay si ven porno juntos? Hay muchas más cosas que se pueden hacer, y una vez que se abren a todas las posibilidades es más fácil afrontar los problemas y llegar a un acuerdo".

¿Algo más que sea de ayuda? Ver tu vida sexual como algo que requiere tiempo y esfuerzo en lugar de algo que debería pasar de imprevisto. De acuerdo con nuevas investigaciones de la Universidad de Toronto, las personas que creen que su vida sexual es un proceso en desarrollo tienden a sentirse mejor a la hora de resolver este tipo de problemas en sus relaciones. Así que la próxima vez que tu pareja te rechace, no te desquites, intenta algo nuevo como hablar sobre el tema.