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La Guía VICE al ahora

La ganadora en Colombia de la Señorita Afrodescendiente es… una mujer blanca

El fin de semana pasado se llevó a cabo el Concurso Nacional Señorita Afrodescendiente en Bogotá y la corona es tal vez lo más sorprendente que pudimos encontrar.
Coronación de Señorita Afrodescendiente 2018 (Izquierda: @theafrolatindiaspora). Ana Paula Rueda (Derecha: @anapaularueda). | Tomado de Instagram. 

Artículo publicado por VICE Colombia.


“Afrodescendientes somos todos”, dijo en una entrevista la modelo y empresaria negra Belky Arizala, quien desde la agencia de modelos que lleva su nombre busca eliminar la discriminación racial y de género en ese entorno.

Arizala creó en 2009 la Fundación El Alma no tiene Color. Y en el marco de la misma nació el concurso “Señorita Afrodescendiente”, que en la página oficial parece resumirse —y venderse— bajo el hashtag #MelaninaFascinante con fotos de acompañamiento que en su mayoría son de mujeres negras.

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Este año se desató una polémica tras los resultados del concurso: una mujer blanca (así como lo van leyendo) se llevó el título de Señorita Afrodescendiente. Se trató de Ana Rueda, representante de Norte de Santander.

"No quiero reconocerme esclava nunca, porque mi mente es libre. Dios me hizo libre", afirmó Arizala durante la ceremonia de premiación de su concurso. Luego recalcó que todos tenemos algo de afro y defendió el color de la piel de las participantes de su concurso —blancas, mestizas y negras—, diciendo: "la belleza del arcoíris se encuentra en la variedad de sus colores", como pueden leer en esta nota.

A raíz de esto, varias personas en redes sociales criticaron el hecho de que en un espacio diseñado para celebrar la belleza negra, concursaran y ganaran mujeres blancas. Por ejemplo, esta columna escrita por la afrofeminista Sher Herrera, afirmó en la revista Nómada que este caso es un claro ejemplo de “afroconveniencia”: se trata, dice ella, de la acción de apropiarse, explotar y lucrarse del capital cultural negro sin sufrir la carga del racismo y la discriminación a cuenta de una frase fácil como “todos somos afrodescendientes”.

En la página del concurso, por su parte, se lee que tiene como objetivos: “Visibilizar a la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera”, y “contribuir al fortalecimiento de la educación, la autoestima, la identidad y el rescate de la dignidad étnica de la población”.

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Sin embargo, Arizala dice que la afrodescendencia “es un eufemismo sociopolítico, que no significa color de piel”. Y luego añade que “el origen de la humanidad proviene de África” y “que [el hecho de que] unos seres humanos tengan más grado de melanina en el color de la piel es otra cosa”, tal como afirma en esta página.

María Isabel Mena, una activista afro, docente, investigadora e historiadora habló con VICE sobre el tema.

“Esta discusión hay que ponerla en su contexto para no terminar en la misma orilla de confusión en la que está Belky (Arizala) y las personas que organizan este reinado. Los últimos hallazgos paleontológicos indican que toda la humanidad nació de África. Sí, técnicamente toda la humanidad es afrodescendiente, pero a veces lo afro vuelve invisible a estas personas esclavizadas, es decir a los negros.

“Durban acuñó el término afrodescendiencia para unificar a las personas que salieron de África en condición de esclavitud; raptadas, animalizadas y reducidas.

“Algunas personas, entre ellas Belky, han dicho que ‘afrodescendientes somos todos' y que 'el alma no tiene color’. No tengo ningún conocimiento del alma, pero si sé que el cuerpo que habitamos viene en distintos colores y los que somos agredidos por racismo somos las personas negras”.

En esta entrevista, le preguntaron a Arizala cuáles eran los parámetros para participar en este certamen de belleza a lo que ella respondió: “pueden participar las jóvenes que tengan conciencia y estén cansadas de otra clase de certámenes en los que las eligen por una belleza efímera”.

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Pero como bien dice la columna de Herrera: “ [la ganadora] Ana Rueda [es] una joven blanca que en sus redes sociales nunca había mencionado la palabra afro hasta que se inscribió al reinado”.

Acá vale la pena preguntarnos, como por no ser injustos con dicha premiación, ¿bajo qué parámetros están calificando a las concursantes? Pero no parece haber claridad al respecto.

Lo que sí está claro es que 14 jóvenes —entre blancas, mestizas y negras— de todo el país compitieron por el título de “Señorita Afrodescendiente 2018” que además otorga una beca de estudios universitarios.

“El problema es que cuando hay plata y poder de por medio la gente no tiene por qué ser reflexiva y racional. Esto puede prostituir nuestra lucha. Este concurso tenía tanta plata que todos los medios lo cubrieron y enviaron un mensaje funesto. Ser blanco en este país es sinónimo de prestigio, estatus y ser negro, de exclusión y racismo. Hay que seguirle la pista al concurso y a lo que pasó como un hecho político”, dijo Mena, luego de expresar que sentía que esto era usurpar y violentar la lucha de las comunidades negras y que estas cosas contribuyen a que nuestra sociedad sea cada vez más pigmentocrática.

¿Será que en un país como el nuestro ser Señorita Afrodescendiente significa dejar a un lado todas las problemáticas de la raza negra y simplemente autoproclamarse como tal?

Me niego rotundamente,

a negar mi voz, mi sangre y mi piel, a dejar de sentirme bien cuando miro mi rostro en el espejo,

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con mi boca rotundamente grande y mi nariz rotundamente hermosa,

y mis dientes rotundamente blancos y mi piel valientemente negra,

Me acepto,

rotundamente libre,

rotundamente negra,

rotundamente hermosa.

Este poema fue recitado por la representante de Cartagena y ganadora del concurso en su versión online, Estefany Sphat. La concursante, de labios pequeños, piel clara, pelo rubio y liso lo pronunció frente a un espejo como el cierre del video en el que se promocionaba a sí misma como candidata a Señorita Afrodescendiente 2018.