Sexo

'Cuanto más tiempo paso sin follar, más temo que llegue el momento': cuando no tener sexo te genera ansiedad

Las personas que no han tenido relaciones un un periodo prolongado de tiempo van acumulando altos niveles de estrés y puede que incluso presenten dificultades a la hora de hablar en público o de concentrarse.
estrés por falta de sexo
Fotografía por la usuaria de Flickr Dasha Gosteva/ CC by 2.0

Son bien sabidos los beneficios que el sexo tiene para nuestra salud. La liberación de endorfinas, la reducción del estrés, el aumento de autoestima o la regulación de la frecuencia cardíaca son algunos de ellos.

Según confirma un estudio la ausencia de sexo compartido puede llegar a generar ansiedad y puede tener consecuencias a corto y medio plazo. Las personas que no han tenido relaciones un un periodo prolongado de tiempo van acumulando altos niveles de estrés y puede que incluso presenten dificultades a la hora de hablar en público o de concentrarse.

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Javier* tiene 25 años y hace seis meses lo dejó con su pareja. Llevaban 2 años juntos y desde entonces no ha tenido relaciones sexuales con otra persona. Asegura que esto le ha llevado a una situación de nerviosismo bastante intensa que deriva en pánico cada vez que queda con alguien. Teme no estar preparado para afrontar la situación y aunque quiera ir más allá en la mayoría de ocasiones corta cualquier posibilidad que haya de acabar en la cama debido a este miedo extremo.



Él teme que se haya convertido en una especie de bucle: “Cuanto más tiempo paso sin tener relaciones sexuales, más temo esa experiencia. Estoy convencido que parte de la culpa la tengo yo mismo cuando pienso que no soy capaz o que algo ocurrirá y la cosa no acabará bien, pero la realidad es que no me atrevo a dar el paso, quizás aún todo es muy reciente y simplemente dejo pasar el tiempo y pienso que ya me pasará”, nos dice.

La situación de Elena* es bastante similar. Cuando queda con alguien nos dice que le da mucha pereza pero a la vez se agobia. “Al principio tenía un poco de filtro a la hora de seleccionar con quién quedaba, pero conforme pasaba el tiempo iba ampliando ese filtro porque no tener sexo me generaba mucha ansiedad e insatisfacción general conmigo misma y con mi cuerpo”; nos explica.

"Cuanto más tiempo paso sin tener relaciones sexuales, más temo esa experiencia"

“Hay días que me he llegado a duchar como tres o cuatro veces antes de quedar con alguien para oler bien, es algo que me preocupa mucho, aunque luego no acabe pasando nada”. Ella asegura que aunque parezca una tontería, está más deprimida y nerviosa, se enferma más y tiene más sensación de cansancio ahora que hace tiempo que no tiene relaciones con nadie. De hecho la psicóloga y sexóloga Montse Iserte nos confirma que estos síntomas son totalmente compatibles con la ausencia de sexo compartido.

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“No tener sexo podría afectarnos tanto físicamente como mentalmente”; nos cuenta la sexóloga. Y es que cuando hay abstinencia el cuerpo no genera dopamina y oxitocina, por lo que la primera consecuencia sería experimentar cambios repentinos en el humor. “Está descrito científicamente que la ausencia de sexo puede generar mal humor, ansiedad y consecuentemente obesidad”, nos dice.

Iserte nos cuenta que eso ocurre normalmente cuando la ausencia de sexo no es voluntaria y puede llegar a aumentar con el paso del tiempo. Habría otros motivos que incrementarían esta sensación de ansiedad. “La presión social sería una de ellas”, nos dice. Saber que tus amigos saben que no tienes relaciones ejerce involuntariamente una presión que puede perjudicar aún más la situación.

Otro de los motivos, según nos cuenta, sería sufrir un trastorno del deseo sexual hipoactivo, que sería cuando alguien experimenta una disminución del deseo sexual durante seis meses o más. “Eso provoca un escaso o nulo interés por la actividad sexual. Pensar en recuperar esa sexualidad o si en si se rendirá o no después de un tiempo puede llegar a generar mucho estrés”, nos explica.

“Es como alguien que tiene fobia a subirse a los aviones. No subir a un avión no es el remedio, simplemente te estás autoengañando porque estás evitando aquello que te produce ansiedad"

Montse nos explica el caso de un paciente suyo al que le ocurría precisamente todo lo contrario: tenía múltiples encuentros sexuales porque no tener sexo le generaba ansiedad pero a la vez a la hora de tener un orgasmo con aquella persona que no le era familiar aún le angustiaba más.

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No tener sexo después de romper una relación larga duración es algo que ocurre con mucha frecuencia. “Cuando eso afecta a tu vida diaria, cambia tu estado de ánimo y te provoca estrés o ansiedad es cuando existe un indicio de que algo no va como tiene que ir”. Hay personas que deciden ignorar esas señales. Sin embargo evitar enfrentarse a ese problema no es la solución.

“Es como alguien que tiene fobia a subirse a los aviones. No subir a un avión no es el remedio, simplemente te estás autoengañando porque estás evitando aquello que te produce ansiedad. Las personas que después de un periodo prolongado sin sexo evitan enfrentarse a su problema al final están siendo víctimas de una arma de doble filo, porque al final solo engordan la pelota de sus miedos”, nos dice.

Eso no significa dejar de poner filtros o no elegir bien con quién se produce ese contacto. Según Iserte la situación puede revertirse mediante la comunicación con la otra persona. “Hablar con la pareja o parejas sexuales, tener confianza en él o buscar apoyo psicológico siempre es una buena alternativa, incluso cuando no hay ningún problema previo”, explica.

En el caso de tener pareja estable y no tener sexo de forma habitual también puede generar ansiedad a alguno de los miembros de la pareja porque puede ser un síntoma de que algo va mal y puede llegar a distanciarla. “En este sentido también aumentan los problemas en el caso de las personas con pene de sufrir problemas de erección o disfunción. Por eso es fundamental buscar el foco del asunto”; nos dice.

Según nos cuenta lo importante cortar el problema de raíz en cuanto se detecta porque puede derivar en problemas más graves. “Hay veces que cuando eso ocurre disminuye la autoestima y la seguridad y puede aumentar el riesgo de tener depresión. Teniendo en cuenta que el sexo es un antidepresivo natural hay que cuidar nuestra salud sexual porque también puede ser un claro indicador de cómo está nuestra salud mental.

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