Salud

¿Por qué pierdo mis cosas constantemente?

Cuando no has salido de tu casa en un año, tener en mente todo lo que debes llevar contigo no será algo que ocurra de forma natural.
Katie Way
Brooklyn, US
LC
traducido por Laura Castro
Mujer angustiada busca sus llaves dentro de su bolso

El "Ay, mierda, ¿dónde lo puse?" es un ritual que probablemente todos hemos realizado una o dos veces esta primavera. Ahora que podemos salir de nuevo, es posible que nos resulte más difícil que nunca recordar todas las cosas que necesitamos llevar con nosotros al aventurarnos a salir de casa.

Teléfono, billetera, mascarilla, audífonos, llav… espera, ¿dónde diablos están mis llaves? Juro que estaban en mi bolso hace dos segundos... a menos que las haya puesto en mi escritorio... o tal vez estén en mi otro bolso... ¡Ash! ¡¿Por qué no puedo recordarlo?! Es un desagradable monólogo interno que entre más se repite, más molesto se vuelve.

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Si estás a un paso de tatuarte recordatorios como "LA CARTERA ESTÁ EN LA CHAQUETA NEGRA, IDIOTA", como el chico de la película Memento, olvida la tinta y repite después de mí: "No soy la única persona que se frustra consigo misma por ser un poco olvidadiza". A continuación, te explicamos por qué podrías estar un poco más distraído de lo habitual, cómo buscar sin arrancarte el pelo y cómo trabajar en la construcción de rutinas que eviten que tengas un colapso cuando no recuerdes donde dejaste tus pertenencias.

Estás funcionando en piloto automático

Flash noticioso: ¡las cosas están más ajetreadas en este momento de lo que han estado en mucho tiempo! Para muchos de nosotros, eso significa que tenemos más cosas en mente de las que teníamos hace un par de meses, algo que no es propicio para que nos concentremos en las pequeñas tareas olvidables de la vida. “Puedes olvidar casi cualquier cosa si no tienes una referencia accesible en el momento”, le dijo a VICE Daniel Schacter, profesor de psicología y autor de The Seven Sins of Memory [Los siete pecados de la memoria]. “Cuando te pones a pensar, ¿qué le voy a decir a mi amigo cuando nos veamos? o ¿qué voy a pedir en este restaurante?, solo aumentas las posibilidades de olvidar algo como el cargador de tu teléfono".

Es por eso que Schacter recomienda aprovechar al máximo las ocasiones en las que tu concentración está en la planificación y prepararlo todo justo en ese momento. Si sabes que querrás tener una batería portátil o una botella de agua contigo en el parque, ponlas en tu bolso de inmediato y el bolso ponlo junto a la puerta para que no tengas sed ni hagas corajes a mitad del paseo. “Aprovecha los momentos en los que eres consciente y eso te ayudará a evitar el problema que surge cuando, mientras sales de casa, cierras la puerta y te vas, no estás pensando en el cargador de tu teléfono”.

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Te estás castigando por tu "mala memoria"

Si a menudo cometes el mismo error una y otra vez —extraviar tu tarjeta de crédito en el desorden de tu bolso, no saber dónde dejaste la billetera—, puede ser difícil no enojarte contigo mismo. Pero resulta que, decirte a ti mismo que eres un idiota con una pésima memoria, no hace que sea más fácil recordar las cosas.

"Hay muchas asociaciones negativas con tener mala memoria, las cuales solo agravan la situación", le dijo a VICE Susan Krauss Whitbourne, profesora emérita de psicología en la Universidad de Massachusetts Amherst. "Se convierte en un ciclo que se perpetúa a sí mismo, en el que ahora estás tan enojado por haber olvidado algo que tienes una explosión de ira y ésta, a su vez, reduce aún más tu capacidad de recordar". No es difícil ver cómo pasar de "¡Ay, no! Olvidé algo y es muy molesto" a "Soy tan olvidadiza que doy asco" puede afectar tu autoestima, así que haz tu mejor esfuerzo para erradicar de raíz esta tendencia. Respira profundamente unas cuantas veces cuando empieces a exaltarte y trata de recordar exactamente dónde viste por última vez el artículo que no encuentras.

Esto no solo es bueno para ti a largo plazo, sino que será esclarecedor en el momento en que estés buscando algo que no encuentras. “Tienes que deshacerte de todas las capas de enojo, frustración, baja autoestima, estereotipos autoimpuestos, y llegar a la realidad fundamental de lo que estás tratando de hacer, que es prestar atención a lo que estás haciendo”, dijo Whitbourne.

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De hecho, Schacter dijo que las características de la llamada mala memoria, como la falta de atención, sirven para otros propósitos, como permitirnos enfocarnos en el panorama general en lugar de en las minucias de la vida. “Hay beneficios en concentrarnos en cosas más importantes que nuestra rutina”, dijo. "Es por eso que gran parte de nuestro comportamiento se puede llevar a cabo de forma automática, porque eso nos libera para ocuparnos de cosas más importantes".

Busca con un propósito, no con pánico

Cuando perdemos algo importante, especialmente si tenemos poco tiempo, es fácil ceder al impulso de convertir los espacios en que vivimos en una zona de desastre para encontrar lo que buscamos, al puro estilo del demonio de Tasmania. Sin embargo, un enfoque más sistemático es la mejor política cuando se trata de buscar tus audífonos o cualquier otra cosa que se te haya extraviado.

“El principal error que comete la gente es enfadarse y empezar a buscar el objeto perdido de forma aleatoria y poco sistemática. Hacer esto es algo muy humano; pero es un grave error. Es lo que yo llamo ‘el error básico’”, le dijo a VICE Michael “Professor” Solomon, autor de How to Find Lost Objects [Cómo encontrar objetos perdidos]. “El primero de mis doce principios para encontrar objetos es 'No los busques', es decir, no busques hasta que tengas una idea de dónde empezar la búsqueda y estés en el estado de ánimo adecuado".

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Si tienes problemas persistentes para recordar dónde dejaste algo o si lo necesitarás en una salida, es posible que sea buena idea que hagas una nota o recordatorio para ti mismo, por escrito o verbalmente. "Solo di las palabras, 'Dejo mis llaves en el lado derecho de la cómoda', usa palabras para describir lo que estás haciendo", dijo Whitbourne. Es posible que esto no funcione siempre, especialmente cuando vives con otras personas que podrían mover tus pertenencias, pero al menos podría proporcionarte una pista de dónde iniciar y evitar una búsqueda frenética.

¿Un consejo más? Designar una zona para poner las cosas y respetarla. “Una cosa que he encontrado útil para no extraviar cosas como llaves y lentes es tratar de dejarlos siempre en el mismo lugar dentro de mi casa”, dijo Schacter. “Eso no elimina el problema, porque parte del problema es que no te das cuenta de que estás colocando las llaves o los lentes en determinado lugar al momento de hacerlo. Pero si intentas entrenarte a ti mismo para decidir "Solo voy a poner mis cosas en este lugar específico, descubrí que eso realmente reduce los extravíos".

Designar esta zona también puede ayudarte a reducir tu búsqueda, algo que dijo Solomon que es fundamental en su método de búsqueda. “Mi principio más útil es el Principio Diez: la Zona Eureka. Es sorprendente la frecuencia con la que el objeto perdido se encuentra literalmente en un radio de cuarenta y cinco centímetros de donde se supone que debe estar, o donde lo vimos por última vez, o donde lo hemos encontrado en el pasado”, dijo Solomon.

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Recuerda que (probablemente) eres una persona normal

Los tres expertos enfatizaron que a todos nos ocurren pequeños lapsus de memoria, aun cuando sean muy frustrantes. “Perder cosas es una parte ineludible de la condición humana”, dijo Solomon. "Eso se debe a que: a) tenemos muchas cosas y b) la mente solo puede lidiar, recordar o procesar una cosa a la vez".

Según Schacter, a menos que pierdas tanto tus cosas que se vuelva un problema que interfiera activamente con tu vida, no es necesario que intentes hacer ningún tipo de autodiagnóstico. “Por ejemplo, ¿debido a los olvidos realmente ya no te es posible realizar tu trabajo? Si la respuesta es sí, podría valer la pena darle seguimiento”, dijo. "Pero para la mayoría de nosotros, la respuesta sería no, es solo una molestia ocasional con la que podemos lidiar".

Ya sea que hayas metido la tarjeta del metro en el bolsillo de tu short justo antes de derramar accidentalmente un refresco o que inadvertidamente lanzaras tus llaves debajo de la cómoda mientras te preguntabas si en verdad le agradas al chico lindo que conociste en una fiesta, las distracciones ocurren cuando la vida se vuelve ajetreada. Eso es inevitable. Enojarte y tener un mal rato, no lo es.

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