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Tecnología

Seis razones por las que deberías borrar WhatsApp

Es hora de descargar un servicio de mensajería más fiable

Este artículo se publicó originalmente en  VICE Alemania.

Todos conocemos muy bien los perversos métodos de recolección de datos de los gigantes tecnológicos, pero por alguna razón, WhatsApp, que pertenece a Facebook, ha pasado prácticamente desapercibida. Con dos mil millones de usuarios que tiene al mes, es el servicio de mensajería más popular del mundo, especialmente desde que se implementara en 2016 el cifrado de extremo a extremo en todos los mensajes y llamadas. Básicamente, la gente confía en que el contenido de los mensajes está a salvo, lo cual parece ser verdad. Pero eso no es lo único que deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir una plataforma.

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El cifrado de extremo a extremo sirve para que nadie, ni siquiera WhatsApp, pueda acceder al contenido de los mensajes, excepto el emisor y el receptor. Utilizar cualquier servicio de mensajería que no ofrezca este nivel de cifrado es como irse de senderismo en chanclas: una estupidez.

Sin embargo, WhatsApp no es un buen servicio de mensajería. La privacidad y la protección de los datos de los usuarios ya no son su prioridad y los planes para fusionar la plataforma con otros servicios de Facebook como Messenger o los mensajes directos de Instagram son preocupantes. Hay muchas razones para borrar la aplicación y descargar otra mejor y mucho más fiable.

1.  WhatsApp quiere tener acceso a todos tus contactos

WhatsApp quiere muy seriamente ver todos tus contactos y no solo los que están en la plataforma. Según las condiciones del servicio, “debes proporcionarnos regularmente los números de teléfono de los usuarios de WhatsApp y del resto de los contactos que tienes en la libreta de direcciones de tu móvil”.

Técnicamente, puedes negarte a dar acceso a la aplicación, pero entonces no podrás ver el nombre de la gente que te envía mensajes —algo bastante molesto en una aplicación de mensajería— y no podrás hacer llamadas ni crear grupos o listas de difusión.

Pero, si permites el acceso, WhatsApp podrá leer la información de todos tus contactos, desde tu camello a tu ginecólogo. En este momento, se debate si esto es legal, especialmente bajo el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, que prohíbe que se compartan datos personales sin consentimiento. Digamos que conoces a alguien que no usa WhatsApp, pero está en tu lista de contactos. Su nombre, su número de teléfono, su correo e incluso su dirección podrían estar siendo compartidas por la aplicación sin consentimiento. Además, esta información sirve a la compañía para crear una red detallada de los contactos y de las conversaciones que establecen.

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En comparación, la aplicación de mensajería Signal no requiere acceso a tu lista de contactos. En su lugar, se cifran los números de teléfono con un valor que se conoce como “hash”. Signal solo conoce los hashes, no los números reales, y borra la información inmediatamente después de los servidores.

WhatsApp no parece tener mucho interés en soluciones como esta. Su empresa matriz, Facebook, que está impulsada por anuncios, quiere conseguir toda la información posible y, al aceptar las condiciones de uso, otorgamos a WhatsApp el derecho de compartirla con otras compañías y enlazar nuestro número de teléfono con nuestras cuentas de Facebook. Eso sin mencionar que Mark Zuckerberg planea fusionar WhatsApp, los mensajes directos de Instagram y Facebook Messenger en un solo servicio gigantesco.

2.  WhatsApp controla lo que haces

WhatsApp no conoce el contenido de los mensajes que envías, lo cual es genial. Pero registra todo lo demás. Según la política de privacidad de la plataforma, esto incluye “cómo usas nuestros Servicios y cómo interactúas con otros por medio de ellos, las opciones de configuración que elegiste, y el tiempo, la frecuencia y la duración de tus actividades e interacciones”. Dicho de otra forma: puede que WhatsApp no sepa de qué hablas, pero sí dónde, con quién y durante cuánto tiempo.

A menos que cambies los ajustes de seguridad que vienen por defecto, WhatsApp, y prácticamente cualquiera que tenga acceso a tu número de teléfono, puede ver tu imagen de perfil, nombre de usuario, estado y la última vez que estuviste en línea.

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A este tipo de información a menudo se le quita importancia por ser “metadatos”. Pero tal y como Edward Snowden escribió en su autobiografía: “ No obstante, la triste verdad es que el contenido de nuestras comunicaciones raras veces es tan revelador como sus otros elementos: la información no escrita y no expresada que puede dejar expuestos el contexto más amplio y los patrones de conducta”.

3.  WhatsApp podría compartir esa información con la policía

WhatsApp no es una herramienta de control policial y las compañías tecnológicas se arriesgarían a un linchamiento digital si ayudasen a las autoridades. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, es posible que los investigadores pidan datos sobre ti a WhatsApp. “Estamos dispuestos a revisar, validar y responder a aquellas solicitudes de las fuerzas del orden de acuerdo a la legislación y política aplicable”, dice una página de la plataforma específicamente destinada a las fuerzas del orden. Obviamente, no es algo necesariamente malo si sirve para resolver crímenes graves a través de la plataforma.

 Pero el poder y la motivación de la policía depende de dónde vivas y en qué momento. Nadie puede garantizar que las cosas no se vayan de las manos en el futuro o que ningún empleado robe los datos almacenados por WhatsApp.

La única información que está a salvo es la que no se guarda. Las aplicaciones como Signal y Threema que almacenan una cantidad mínima de metadatos e información de contacto son la mejor opción

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4.  El cofundador de WhatsApp Brian Acton se marchó de la compañía

Es difícil confiar en las decisiones de WhatsApp bajo el mandato de Mark Zuckerberg, teniendo en cuenta que su cofundador, Brian Actos, tampoco lo hace. Tras vender la aplicación a Facebook por 22 000 millones de dólares en 2014, Acton se marchó del gigante de Zuckerberg a finales de 2017 por preocupaciones de privacidad y monetización. “Vendí la privacidad de mis usuarios por un beneficio más alto”, dijo Acton a Forbes en 2018. “Tomé una decisión e hice un compromiso”.

Acton asegura que los directores ejecutivos de Facebook, entre los que se encontraba Sheryl Sandberg, tenían la intención de transformar WhatsApp en una plataforma de servicios publicitarios y en el proceso habían tanteado a Acton para averiguar cómo podían ofrecer a las empresas una visión analítica del comportamiento de los usuarios. Básicamente, querían vender los datos de los usuarios como hacían con Facebook e Instagram. Acton se marchó, negándose a firmar un acuerdo de confidencialidad y perdiendo 850 millones de dólares en opciones de compra de acciones. En marzo de 2018, tuiteó que había llegado la hora de #borrarFacebook.

5.  WhatsApp te pedirá que rompas el cifrado de extremo a extremo

Seguramente hayas notado que, de vez en cuando, WhatsApp te envía un mensaje preguntando si quieres guardar una copia de tus mensajes en Google Drive o iCloud. Lo que parece una oferta inocente es en realidad una trampa: estas copias de seguridad guardan los mensajes sin un cifrado de extremo a extremo en los servidores de Google y Apple.

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“Los archivos multimedia y mensajes que guardes no estarán protegidos por el cifrado de extremo a extremo de WhatsApp mientras estén en Google Drive”, según la web de la plataforma. Lo mismo ocurre con iCloud.

¿Es tan importante acceder a tu historial de conversaciones? Al fin y al cabo, las copias de los mensajes siempre suponen un riesgo de que alguien acceda y los lea todos. Los que tienen un temporizador de autodestrucción son la mejor solución para este problema porque desaparecen automáticamente después de un tiempo determinado. WhatsApp no ofrece esta función. Wickr, Signal y Wire, sí.

 6.  WhatsApp no revela su código

La aplicación no quiere revelar exactamente cómo está programada. Esto puede parecer una medida de seguridad, pero es todo lo contrario. Los softwares son mucho más seguros cuando su código se hace público y los expertos independientes lo pueden examinar con detenimiento en busca de defectos o posibles vulnerabilidades. Es lo que se conoce como software “de código abierto”.

Signal, Wire y Wickr, la competencia de WhatsApp, son de código abierto, y Threema está haciendo lo mismo. Después de todo, WhatsApp utiliza la misma tecnología de cifrado que Signal. En este sentido, al menos una parte puede ser analizada independientemente.

Sería mucho más fácil… si todos lo hicieran.

Hay un argumento principal para usar WhatsApp y tiene que ver con la comodidad: todo el mundo lo utiliza. Y es verdad, pero hay que empezar por algún lado.

Las mejores alternativas son Signal, Threema, Wickr y Wire.No Telegram, por cierto. Y si no te asustan los detalles más tecnológicos, puedes leeraquí en inglés por qué ni siquiera la plataforma Signal es perfecta. Puesto que, en lo que a tecnología respecta, no existe la seguridad total.