En fotos: así es una corrida de toros privada en Colombia

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En fotos: así es una corrida de toros privada en Colombia

A 40 kilómetros de la capital.

Todas las fotos por la autora.

Las corridas de toros (tan odiadas y tan amadas por razones diversas) se celebraban a veces en la Plaza de Toros La Santamaría, ubicada en el barrio La Macarena de Bogotá, en donde, ataviados fanáticos son recibidos por insultos por quienes no soportan esta práctica. Las corridas de toros en Colombia han generado un debate intenso y nacional en torno a dos temas: los derechos de los animales, por un lado, y la libertad de ir a ver la función, por el otro. Más allá de esas consideraciones, los aficionados tienen su espacio privado a 40 kilómetros de Bogotá.

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El espacio de la Plaza de Toros de Marruecos, en Subachoque, es reducido, y tiene una capacidad de apenas 3.000 personas, muy menor a las 15.000 personas que caben en el centro oriental de capital colombiana. El pasado sábado 29 de julio se celebró una corrida de toros en esta plaza.
La cita fue a las 3:30 pm.

Una fila de carros de más de 1kilómetro se hacía presente a la entrada de la plaza. Se empezaba a sentir el ambiente taurino antes de llegar: los tradicionales vendedores de botas de licor de cuero y cojines estampados con un toro y un torero; los que rebuscan boletas para revender, el humo que transportaba hacía la mazorca habitual ubicada a las afueras de la plaza de toros y, en general, el comercio, que siempre acompaña a la audiencia taurina. En el patio de cuadrillas —lugar desde donde salen los toreros— se presenciaba aun más el ambiente característico de los momentos antes del paseíllo, es decir, de la presentación de la cuadrilla. Hubo mucha expectativa y tensión, y bastante prensa cubría el festejo. La logística, a diferencia de la mayoría de las veces, fue impecable.

Dentro de ese ambiente se podían ver en primer plano y en detalle la variedad de trajes de luces. Al ser un evento importante que contaba con toreros de primera categoría, los matadores —como también se les llama— se pusieron sus trajes de luces . Entre los tipos de trajes que llevaba la cuadrilla (nombre que se les da a los seis ayudantes del matador en una corrida de toros), se destacaban los colores y bordados. Sobresalían los trajes lila, blanco y azul oro que llevaban puestos los matadores y que reciben este nombre acompañado de "Oro" por el color de sus bordados, los cuales solo pueden usar por regla los matadores entre la cuadrilla. Los demás toreros vestían trajes azul rey y negro, azul celeste y plata, azul celeste y oro con cabos negros, grana y azabache.

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De acuerdo a quienes saben, tener trajes de luces en Colombia es un lujo: su precio oscila entre 2.000 y 20.000 euros si estos son traídos de Europa. Aquí, por cuestiones económicas, los trajes los mandan a hacer en su mayoría en Perú, con precios entre 4'000.000 y 10'000.000 de pesos colombianos. La tendencia en Colombia es la compra y venta de trajes usados, debido a los elevados precios de compra de un traje nuevo. El recinto se llenó por completo, gran parte de los asistentes eran jóvenes que buscaban una foto con los toreros. La terna estaba compuesta por dos colombianos y un español: es costumbre colombiana endiosar a los toreros, cosa que no pasa en el resto del mundo.

Finalmente empezó la tarde taurina y el público, con una emoción desbordada, gritaba: "¡que vivan los toros! Fueron seis toros lidiados con mucha emoción y entrega en la que se resalta la actuación de uno de los toreros colombianos: Juan de Castilla, quien fue el triunfador de la tarde. De Castilla es un torero joven de origen humilde y fue apadrinado desde sus inicios por el artista colombiano Fernando Botero para que tuviera grandes oportunidades en el toreo.

La audiencia no permitió distracción alguna que le impidiera disfrutar la faena. No se oyó un ruido diferente a aquel producido por los toreros y los toros.